15. A causa de
esto, están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su santuario y el sentado
sobre el trono tenderá su tabernáculo sobre ellos.
Notas
Lingüísticas:
Iglesias: “Le sirven: o también: le dan culto”.
Allo: “Notar con atención los
presentes εἰσιν, λατρεύουσιν, que se leen por todas partes, y son
seguidas siempre del futuro σκηνώσει”.
Comentario:
Esta escena ocurre en el cielo y
tiene lugar durante el reinado del Anticristo (excepto la parte futura sobre el
tabernáculo que se refiere a la Jerusalén Celeste durante el Milenio).
Los mártires del Anticristo sirven a Dios tras haberse negado a servir a la Bestia.
Tenderá su tienda: Bover y Allo; cfr. XII,
12.
Straubinger, Zerwick y Castellani
traducen “fijará su morada con ellos”.
Templo = ναὸς. Misma
palabra usada en III, 12 cuando habla del premio al que venciere.
Notar la preposición “porque” que
indica causalidad, como si dijera “están delante del trono de Dios porque
vienen de la gran Tribulación”, es este un privilegio de los mártires del Anticristo.
En su Santuario, es decir, el que está en
el cielo y que sirvió de modelo al de Salomón.
Notar, por último, como
característica de esos tiempos, o sea, del Milenio, el hecho de que Dios fija
su morada con los hombres, y de aquí que la fiesta de los Tabernáculos se
celebre durante el Milenio como lo indica Zac. XIV, 16 ss.
Allo: “σκήνουν: es la traducción en los LXX del
hebreo שכן; es una palabra exclusivamente joánica en el Nuevo
Testamento: Jn. I, 14; también Apoc. XII, 12; XIII, 6; XXI, 3; según
XII y XIII, no puede tratarse de una habitación temporaria”.
Allo: “Día y noche”, como
los Vivientes, IV, 8”.
Allo: “La felicidad de esta
multitud reviste una forma litúrgica, cuyo modelo, observa Holtzmann, podría
ser el servicio del Templo (ἐν τῷ ναῷ) donde residía la “Schekinah”; de ahí la
palabra σκηνώσει, a fin de significar la presencia de Dios como en el Santo de
los Santos, con una alusión posible a la fiesta de los Tabernáculos (Swete)”.
Allo: “Noche y día",
podría tomarse simplemente en sentido figurado (como en IV, 8), para significar que las alabanzas son ininterrumpidas. Pero
podría observarse que en los capítulos XXI-XXII, que ofrecen tantas
analogías con este pasaje, se dice formalmente que ya no hay más templo
(XXI, 22) ni noche (XXI, 25; XXII, 5) ¿No habría aquí un contraste buscado con
la escena presente?...”.
Gelin: "El v. 15b hace alusión al modo de
habitación de Dios entre el pueblo de Israel (Num. XXXV, 34; Ez. XXXVII, 27):
la "Sekinah" era el intermediario de la Divinidad, su
"presencia" gloriosa y activa (cf. también XXI, 3)".
Fillion: “Habitabit super…:
más exactamente: Él extenderá una tienda por encima de ellos, es
decir, los protegerá”.
Bartina: "Viene ahora un
trasfondo cuajado de alusiones bíblicas. Yahvé
extenderá su tienda sobre ellos, como el beduino acogedor recibe en
hospitalidad espléndida a los fatigados en el desierto (Zac. II, 10 ss; Ez.
XXXVII, 27), cumplida en la venida de Cristo al mundo (Jn. I, 14) y que alcanza
su perfecto sentido cuando Dios habite indefectiblemente con los suyos (Ex.
XXXIII, 12-17; XXXIV, 9; III Rey. VIII, 11-13.27)".
Charles: "Con λατρεύουσιν αὐτῷ (le
sirven) cfr. XXII, 3. Este λατρεύειν (=עֲבֵ֨ר casi siempre en los LXX) denota el servicio ofrecido a Yahvé por
Israel como Su pueblo peculiar; cfr. Fil.
III, 3: "Porque la circuncisión somos nosotros los que adoramos (λατρεύοντες)
a Dios en espíritu…"; Hech. XXVI, 7:
"… cuyo cumplimiento nuestras doce tribus esperan alcanzar, sirviendo (λατρεῦον)
a Dios perseverantemente día y noche"; Rom. IX, 4; Heb. IX, 1.6. "Es, como observa Lightfoot (en Fil. III, 3), el servicio
no de ritos externos sino de un culto espiritual"; ver también Rom. XII, 1: "Os ruego hermanos,
por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como hostia
viva, santa, agradable a Dios (en un) culto (λατρείαν) espiritual
vuestro". Como tal pertenece a todo
el pueblo y es distinto del servicio sacerdotal. Para este último la palabra
apropiada es λειτουργεῖν (= שָׁרֹת)".
Danielou[1]: “Toda la liturgia de los Tabernáculos sirve a San Juan, en el Apocalipsis, para describirnos la
procesión de los elegidos en torno al altar celeste. El pasaje de Apoc. VII,
9-17, donde se describe la “multitud inmensa” congregada ante el trono del
Cordero, está montado, sin duda, sobre la liturgia de los Tabernáculos. Son
varios, en efecto, los rasgos relacionados con nuestra fiesta: las palmas (φοίνικες)
llevadas en la mano[2], las vestiduras blancas que evocan las de Cristo en la
Transfiguración (VII, 9), el tabernáculo donde mora el Señor en medio de los
elegidos (σκηνώσει) (VII, 15), las fuentes de agua viva en que éstos sacian su
sed (VII, 17). Tenemos aquí, en el segundo plano de la escatología, la
proyección del episodio de los Ramos, que era, en el plano del Evangelio, un
primer cumplimiento de la procesión de los Tabernáculos”.
Iglesias: “Extenderá su tienda: evocación
de la fiesta de los Tabernáculos (cfr. Jn. VII, 2). El Apoc. tiene un trasfondo
general de Éxodo y de fiesta litúrgica. Bajo la presencia protectora de Dios,
que “extiende su tienda” sobre los redimidos, éstos caminan hacia la tierra
prometida”.
[1] Sacramentos y Culto
según los Santos Padres, Guadarrama, 1962, pag. 484.
[2] “Sólo san Juan observa que, en la
escena de los Ramos, se trataba de palmas y que éstas eran llevadas en la mano
(XII, 13)”.