5c-6. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados
con su sangre y nos hizo reino, sacerdotes para el Dios y Padre suyo; a Él sea
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Comentario:
Esta doxología se
encuentra luego como ampliada en el Cap. V en boca de los 4 Vivientes y los 24 Ancianos.
Cap.
I.
5c Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre,
6) y nos hizo reino, sacerdotes para el Dios y Padre suyo;
a Él sea la gloria y el imperio por los siglos de
los siglos. Amén.
Cap.
V.
9. Y cantan un cántico nuevo diciendo: “Digno eres de recibir el libro y de abrir sus sellos porque
fuiste muerto y compraste para Dios con tu sangre (hombres) de toda
tribu y lengua y pueblo y nación.
10. Y los has hecho para
nuestro Dios reino y sacerdotes y reinan sobre la tierra”.
11. Y vi y oí voz de muchos ángeles alrededor del
trono y de los Vivientes y de los Ancianos y era su número miríadas de miríadas
y millares de millares.
12. que decían a gran voz: “Digno
es el Cordero, el muerto, de recibir el poder y riqueza y sabiduría y fuerza y
honor y gloria y bendición”.
Como se puede apreciar, la
coincidencia se da incluso en el orden.
Allo:
“Doxología a Cristo. Cfr. Apoc. V, 12-13;
las otras cinco (en total son siete
en el libro), se dirigen a Dios Padre,
pero el Cordero, la mayoría de las veces, le está asociado”.
I) Al que nos ama y nos libró de
nuestros pecados con su sangre
Notas lingüísticas:
Zerwick: “ἀγαπῶντι (al que nos ama): participio
presente: que amó y ama”.
Charles: “ἐν τῷ αἵματι (con su sangre): Aquí al
igual que en V, 9 ἐν (con) denota el precio por medio del cual se compra algo. Cfr. I Paral. XXI, 24”.
Comentario:
Gran
discusión existe sobre si el participio correcto es λύσαντι (libró) o λούσαντι (lavó). Nosotros creemos que debe
leerse libró puesto que esta
doxología, como se vio más arriba, está desarrollada en el capítulo V, en el
cual el Cordero es hallado digno de “desatar” (λῦσαι) los sellos del libro (v. 2).
Así
como en los títulos había una alusión al Reino Milenario, lo mismo sucede con esta
hermosa doxología, puesto que toda ella está calcada sobre la del Cap. V,
capítulo en el cual el Hijo toma posesión del Testamento de manos de Su Padre,
tal como lo indica Lacunza AQUI.
Esta apertura del Testamento da inicio a la Septuagésima Semana y a todo lo que
ella implica. No es lícito, pues, separar esta doxología de San Juan de
su contexto obvio y natural.
Wikenhauser: En forma de solemne doxología litúrgica dividida en tres miembros, se
enumeran ahora los bienes de la salud de que los cristianos son deudores a
Cristo. El primero de los tres miembros (al que nos ama) señala la fuente de los otros dos; se trata
del grande y generoso amor del Redentor a los hombres, que no es un acto
pasajero, sino un sentimiento estable. Se menciona luego nuestro rescate
de la esclavitud del pecado por obra de su sangre, lo que constituye el
ápice del amor de Cristo (cfr. V, 9). El tercer miembro se
basa en Éx. XIX, 6, según la versión de los LXX (“Debéis ser para Mí un
reino de sacerdotes y un pueblo santo”); afirma que Cristo llamó a los
redimidos a participar de la realeza de Dios sobre el mundo y los destinó a
ser una estirpe santa, que sirve a Dios y le tributa alabanza (V, 10; XX, 6;
XXII, 5; I Ped. II, 5.9)”.
Charles:
“λύσαντι ἡμᾶς ἐκ, etc (nos libró de…): esta es, por lejos, la lectura mejor atestiguada. Con la idea en λύσαντι podemos comparar la
palabra un tanto similar ἀγοράζειν (comprar) en V, 9, y los
términos usados por San Pablo en Gal III, 13; IV, 5; Rom. III, 24; VIII, 23; I Cor. I, 30; Ef. I, 7; IV, 30;
Col. I, 14. La
lectura poco atestiguada λούσαντι… ἀπὸ no puede basarse
en VII, 14 ni en XXII, 14, si bien ambos han sido usados en su defensa. Pues
mientras estos dos pasajes expresan la acción propia del hombre en la obra de
su propia salvación, λύσαντι[1]…
ἀπὸ denota
la parte de Dios en la salvación del hombre, esto es, la liberación del pecado
por Cristo”.
II) y nos hizo reino,
sacerdotes para el Dios y Padre suyo
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “βασιλεία,
reino, o más bien, “pueblo sujeto a Dios como a su rey, pueblo teocrático,
pueblo real”.
Zerwick: “τῷ Θεῷ καὶ Πατρὶ (el Dios y Padre): bajo un
solo artículo, habla de la misma persona”.
Charles: “καὶ ἐποίησεν (y nos hizo): “Cristo no solo
nos libra del pecado (el lado negativo) sino que nos hace también un reino y
sacerdotes”.
Comentario:
Clara alusión a:
XX,
4-6: “Y
ví tronos y sentáronse en ellos y les fue dado juicio, y (vi) las almas de los que habían sido decapitados a causa del
Testimonio de Jesús y a causa de la Palabra de Dios, y los que no habían
adorado a la Bestia ni a su imagen, ni habían aceptado la marca en sus frentes
y en sus manos; y vivieron y reinaron
con Cristo mil años.
XXII,
5:
“Y no habrá allí noche y no tienen necesidad de luz de
lámpara ni de luz de sol, porque Yahvé, el Dios lucirá sobre ellos y reinarán por los siglos de los siglos”.
Varios comentadores traducen
“hizo de nosotros un reino, etc”, pero el pronombre “nosotros” está en
acusativo y no en genitivo; así también hay quienes traducen o interpretan
“reyes” en lugar de “reino” y lo justifican diciendo que se usa el abstracto
por el concreto, pero esto no es necesario, además de no poder explicar el uso
del singular en lugar del plural.
Este versículo alude
indudablemente al Reino Milenario, como se ve por el pasaje paralelo que dice:
“Y los
has hecho para nuestro Dios reino y sacerdotes y reinan sobre la tierra” (V,
10).
III) a Él sea la gloria y
el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: κράτος (imperio): poder, imperio”.
Fillion:
“En griego, los dos substantivos son precedidos del artículo: “a Él la Gloria y la Fuerza (τὸ κράτος).”
Comentario:
Caballero
Sánchez:
“Esta primera estrofa del cántico de Juan
tributa a Jesucristo, creador del
“reino sacerdotal”, “la gloria y el poder
por los siglos de los siglos”. No es esto simple aspiración de un corazón
entusiasta. Es una constatación
profética de realidades consubstanciales al Señor destinadas a manifestarse en
la Parusía. “Gloria” al Rey del Israel de Dios. “Poder” al Dominador de las Gentes. Todo ello durante los siglos
futuros que emergerán de entre los demás siglos por su nobleza y perfección”.
[1] El original dice λούσαντι pero es un evidente error tipográfico.