7. Y hubo guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles guerreó contra el Dragón, y el Dragón guerreó y sus ángeles,
Comentario:
πόλεμος (guerra): cfr. Mt. XXIV, 6; Mc. XIII, 7; Lc. XIV, 31; I Cor. XIV, 8; Apoc. IX, 7.9; XI, 7; XII, 17; XIII, 7; XVI, 14; XIX, 19; XX, 8. Ver Lc. XXI, 9. Ver Apoc. II, 16; XII, 7; XIII, 4; XVII, 14; XIX, 11.
πολεμῆσαι (guerreó): cfr. Apoc. II,
16; XIII, 4; XVII, 14; XIX, 11. Ver Mt. XXIV, 6; Mc. XIII, 7; Lc. XIV, 31; I
Cor. XIV, 8; Apoc. IX, 7.9; XI, 7; XII, 7.17; XIII, 7; XVI, 14; XIX, 19;
XX, 8. Ver Lc. XXI, 9.
δράκοντος (Dragón): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 3-4.9.13.16-17; XIII, 2.4.11; XVI, 13; XX, 2.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: “τοῦ πολεμῆσαι (guerreó): construcción singular; tal vez el hebreo לְה (le) con infinitivo expresa lo que sucede o lo que alguien debe hacer, cf. Os. IX, 13; Eccl. III, 15 donde los LXX vierten servilmente τοῦ con infinitivo; aquí pues “Miguel… peleaba”.
Comentario:
Allo: “Miguel, considerado como el Arcángel protector de la comunidad judía, Dn X, 13.21; XII, 1”.
Crampon, citado por Straubinger (Gr.): “Miguel, en hebreo Mi-ka-El (¿quién como Dios?), uno de los principales ángeles, probablemente uno de los siete que están delante del trono de Dios (I, 4 y nota); es llamado arcángel en Jud. 9; Daniel lo llama “uno de los principales jefes” (Dan. X, 13) y dice que está especialmente encargado de los intereses del pueblo de Israel (Dan. X, 21; XII, 1)”.
Iglesias: “Miguel (lit. el Miguel, e. d., ese ángel que se llama Miguel): nombre hebreo (mîka’el = ¿quién como Dios?), que determina a un ángel de especial relevancia, arcángel, jefe o príncipe de ángeles. Cfr. Jud. 9”.
Swete: “Yalkut Rub. (en Ex. XIV, 7): se hizo una gran guerra en el cielo”. Es imposible admitir con Andrés de Cesarea que aquí se indica la rebelión original de Satanás, aunque Papías, a quien cita, parece haberlo entendido así. Mucho menos aún se puede admitir la interpretación “en el cielo” propuesta por varios comentadores latinos, por ej. Beda: “el cielo significa la Iglesia”, una opinión que arroja el simbolismo a una desesperada confusión”.
Swete: “Y el Dragón guerreó y sus ángeles: el Dragón también reclama el rango de Arcángel y tiene ángeles bajo su mando; cf. Mt. XXV, 41”.
Ribera: “El común de los comentadores piensa que esta guerra tuvo lugar al comienzo del mundo, cuando el diablo y sus ángeles fueron arrojados del cielo, pero sin dudas pertenece a los últimos tiempos…”.
8. y no prevalecieron ni lugar se halló para ellos ya en el cielo.
Concordancias:
ἴσχυσεν (prevalecieron): Hapax en el Apoc.
τόπος (lugar): cfr. Apoc. VI, 14; XII, 6.14; XVI, 16; XVIII, 17; XX, 11.
Εὑρέθη (hallarán):
cfr. Apoc. II, 2; III, 2; V, 4; IX, 6; XIV, 5; XVI, 20; XVIII, 14.21-22.24;
XX, 11.15.
Οὐδὲ τόπος εὑρέθη αὐτῶν ἔτι (ni lugar se halló para ellos ya): el mismo giro aparece en XX, 11 referido a la tierra y al cielo hacia el tiempo del juicio final.
Comentario:
La Mujer tiene un lugar preparado mientras que el diablo y sus ángeles ya no tienen más lugar en el cielo.
Charles: “ἴσχυσεν (prevalecieron) = יְכָל, como en Sal. XII, 5; Dan. VII, 21. Este verbo hebreo es usado absolutamente en el sentido de “ser victorioso” en Gen. XXX, 8; XXXII, 28; Os. XII, 4, etc”.
Charles: “ἐπολέμησεν… καὶ οὐκ ἴσχυσαν (guerreaba… y no prevalecieron) recuerda Dan VII, 21”.
Charles: “οὐδὲ τόπος, etc. (lugar no se halló, etc): esta frase, que se encuentra en Dan II, 35 (cfr. Zac. X, 10), ocurre de nuevo en XX, 11”.
Drach: “Neque locus… et projectus est, etc.: “Esta expresión podría hacer creer a primera vista que se trata de la revuelta y de la caída de los malos ángeles, pero el Apóstol no hace más que recordar el resultado de la lucha que vio en espíritu, y que trata de una lucha futura, es decir, a la de los últimos tiempos, sobre todo sobre la conversión del pueblo judío, como lo acabamos de decir”[1].