V.
CONCLUSIÓN
El
docto Cardenal Billot, muerto hace algunos años, no presenció la persecución actual
de los judíos, la cual, por encima del resentimiento racial y de la lucha
económica que tal vez haya contribuido en un principio, ha tomado proporciones
y formas nunca vistas. Dios visita a su pueblo, quiere curarlo en su eterna
misericordia.
“Pero,
¿quién hay entre vosotros que escuche y atienda, y piense en lo que ha de venir? ¿Quién ha abandonado a
Jacob e Israel para que sea presa de los que le han saqueado? ¿No es el
mismo Señor contra quien hemos pecado no queriendo seguir sus caminos, ni
obedecer su ley? Por eso ha descargado Él sobre éste (pueblo) su terrible
indignación y le hace una guerra atroz, y le ha pegado fuego por todos sus costados,
y no cayó (Israel) en la cuenta; le ha entregado a las llamas, y no ha entrado
en conocimiento (de sus culpas)” (Isaías 42, 23-25). Ver Deut. 32, 6
y 29 s.
No
te hagas sordo, oh Israel, en el día en que el Señor tu Dios te busque mediante
la tribulación, porque Él es también quien te consuela, como dijo por boca del Profeta:
“Consuélate,
oh pueblo mío, consuélate: dice vuestro Dios: Habladle al corazón a Jerusalén,
alentadla, pues se acabó su aflicción; está perdonada su maldad; ha recibido de
la mano del Señor el doble por todos sus
pecados" (Is. 40, 1-2)[1]
[1] A título informativo y para dar testimonio a la verdad, añadamos una
palabra sobre la leyenda negra inventada contra los judíos. Se les acusaba, y
se les acusa aún, de cometer "asesinatos rituales" en niños
cristianos, crimen que ya el Papa Gregorio IX (siglo XIII) después de maduro
examen, declaró ser una "mera invención”. Este mismo Papa, como también
otros Pontífices Romanos, dispuso que los judíos no debían ser molestados en
sus conciencias ni en la observación de sus fiestas. Hoy día circula también la
leyenda de los "Protocolos de los Sabios de Sión” cuya falsedad igualmente
con toda certeza está probada.
Nota del
Blog: Palabras dignas de estudio.
Llamamos la atención solamente el hecho de que, en lo que respecta a los
“Protocolos”, hubo una discusión al respecto allá por los años 40 en una
revista de teología muy conocida, que estaba a cargo de los jesuitas, y en la
cual la misma revista tomó posición al respecto, concluyendo lo mismo que Straubinger.