miércoles, 11 de diciembre de 2024

La pronunciación del Tetragrámaton, por P. Drach (I de VI)

La pronunciación del Tetragrámaton,

por P. Drach

 

 Nota del Blog: Las siguientes páginas están tomadas del libro del Rabino converso P. Drach, De l`Harmonie entre l'Église et la Synagogue, (1844) tomo 1, pp. 469-498 (nota 11).

En la edición española (disponible AQUÍ) se encuentra en las pp. 417-443.

 

 ***

 El estudio más interesante e importante que debe hacerse del nombre Jehová, el que realmente merece la más seria atención del hebraísta cristiano, es desde el punto de vista de la importancia teosófica que parece haber tenido en la antigua sinagoga. Esta última depositó en ella, como nos enorgullecemos de haber mostrado mediante los monumentos más auténticos del pueblo de Dios, las verdades fundamentales de la doctrina mesiánica, también conocida como la fe evangélica. Estas verdades, esta fe, están contenidas en estas admirables palabras de quien es en sí mismo el camino, la verdad y la vida. “Y la vida eterna es: que te conozcan a Ti, solo Dios verdadero, y a Jesucristo Enviado tuyo” (Jn. XVII, 3). Conocer, es decir, amar, a Jesucristo, es efectivamente el resumen de la única ciencia necesaria, el unum necessarium (Lc. X, 42). Un Mesías Salvador, Reparador, Reconciliador, una Persona divina engendrada del primer Principio divino, y hecha hombre por la operación de otra Persona divina, ésta procedente de las dos primeras: generación y procesión eternas: nacimiento temporal. Esto es lo que descubren las investigaciones profundas y juiciosas en la enseñanza de la antigua sinagoga. Esta es la vida, la salvación de los Justos del Antiguo Testamento.

Pero no nos equivoquemos, la sinagoga no encontraba estas dos grandes verdades, la Trinidad y la Encarnación, en el análisis gramatical, y menos aún en la apreciación sutil de las letras y puntos del nombre inefable. Estas sublimes percepciones le llegaban de una fuente más pura, de la revelación: las tenía de la mano de una tradición que se remontaba al día en que el paraíso terrenal resonaba con la primera promesa de un Reparador, revelación que se repetía con cada nueva promesa del Mesías. Es por ello que decíamos al principio de esta nota que la sinagoga depositaba en el nombre Jehová la doctrina mesiánica. Sólo que, al enseñar estas grandes verdades, les dio como apoyo los caracteres materiales, las letras del nombre inefable, a fin de fijarlas mejor en la memoria de los que debían ser instruidos. Los Padres de la sinagoga, además, observaban generalmente el mismo método, que llamaban simple apoyo, con respecto a todas las tradiciones que constituían el cuerpo de la ley oral. Como prueba de ello, citamos un pasaje de la Introducción que Isaac Abuhab, rabino español del siglo XV, puso al frente de su Menorat-Hammaor, uno de los libros más populares y estimados entre los judíos.

Después de indicar el origen de la tradición, y de explicar su modo de transmisión, añade: "Y los antiguos, aunque conocían por tradición el modo de observar las prescripciones y ordenanzas de la ley escrita, se esforzaban por probar estas explicaciones orales, bien sea por la letra del texto, bien por uno de los trece razonamientos, o bien diciendo: El texto es un simple apoyo”. Maimónides, libro Moreh-Nebuhhim, parte III, cap. LIV, da la siguiente gradación al estudio de la ley sagrada: 1. adquirir un verdadero conocimiento de la misma por tradición; 2. establecer su certeza por pruebas de uso; 3. aplicarla a la práctica.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 21

 21. Y los restantes fueron muertos con la espada del sentado sobre el caballo, la que salía de su boca y todas las aves se hartaron de sus carnes.

 Concordancias:

 οἱ λοιποὶ (los restantes): cfr. Apoc. II, 24; III, 2; VIII, 13; IX, 20; XI, 13; XII, 17; XX, 5.

 Ἀπεκτάνθησαν (fueron muertos): cfr. Apoc. II, 13.23; VI, 8.11; IX, 5.15.18.20; XI, 5.7.13; XIII, 10.15.

 Ῥομφαίᾳ (espada): cfr. Apoc. I, 16; II, 12.16; XIX, 15. Ver Sab. XVIII, 15; Is. XI, 4; XLIX, 2; Ef. VI, 17; Heb. IV, 12; Apoc. VI, 8; XIV, 14.17-18.

 (Ver Μάχαιρα en Apoc. VI, 4; XIII, 10.14).

 Καθημένου (sentado): cfr. Apoc. VI, 2.4-5.8; IX, 17; XIV, 14-16; XIX, 11.18-19.

 ππου (caballo): cfr. Apoc. VI, 4-5.8; VI, 2; IX, 7.9.17.19; XIV, 20; XVIII, 13; XIX, 11.14.18-19.

 ἐξελθούσῃ (salía): cfr. Apoc. III, 12; VI, 2.4; IX, 3; XIV, 15.17-18.20; XV, 6; XVI, 17; XVIII, 4; XIX, 5; XX, 8.

 Στόματος (boca): cfr. Mt. IV, 4; XV, 11.17-18; II Tes. II, 8; Apoc. I, 16; II, 16; III, 16; XIX, 15 (Verbo); IX, 17-19 (sexta Trompeta); XI, 5 (dos Testigos); XII, 15-16 (serpiente) XII, 16 (tierra - suelo); (tierra); XIII, 2.5-6 (Bestia); XIV, 5 (144.000 sellados); XVI, 13 (Dragón - Bestia del Mar – Falso Profeta).

 Ὄρνεα (aves): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XVIII, 2; XIX, 17.

 Ἐχορτάσθησαν (se hartaron): Hápax en el Apocalipsis. Ver Mt. V, 6; Lc. VI, 21.

 Σαρκῶν (carnes): cfr. Apoc. XVII, 16; XIX, 18. Ver Ez. XXXIX, 17 ss.

  

Comentario:

martes, 3 de diciembre de 2024

La Armonía entre la Iglesia y la Sinagoga, vol. II (Reseña)

La Armonía entre la Iglesia y la Sinagoga, vol. II (Reseña),

por el Caballero P. L. B. Drach, Rabino converso;

Alfa Ediciones - CJ Ediciones, 2024

 


Algo más de un año después de ver a luz el primer tomo (ver la reseña AQUI), ya está disponible la segunda y última parte de esta monumental obra escrita por Paul Drach, el famoso rabino converso, de quien hemos publicado también otras reseñas (AQUI y AQUI) y varias secciones (AQUI).

La tesis central del Autor, a través de sus páginas, y que desarrolla con una asombrosa erudición, es que la antigua Sinagoga siempre conoció, sobre todo por Tradición, los dos principales dogmas del catolicismo: la Santísima Trinidad y la Encarnación del Verbo.

Habiendo dedicado el primer tomo al primero de los dogmas mencionados, toda su atención se centra en esta segunda parte en la Encarnación del Hijo de Dios.

El libro se abre con una extensa instrucción sobre la Cábala donde deshace los prejuicios que tan a menudo se leen sobre ella.

Después de darnos el sentido etimológico y el triple sentido que los judíos dan al término cábala (y que es ocasión de no pocos malentendidos), hace una distinción tan básica como necesaria:

 

Hay que distinguir dos partes de la ciencia cabalística.

1. La Cábala verdadera y sin mezcla, que se enseñaba en la antigua Sinagoga y cuyo carácter es francamente cristiano, como veremos más adelante.

2. La falsa Cábala, llena de ridículas supersticiones, y que además trata de magia, teúrgia y goeticismo; en una palabra, tal como se ha convertido en manos de los doctores cabalistas de la Sinagoga infiel, que se ha divorciado de sus propios principios.

Bonfrère y Sixto de Siena, así como un gran número de otros escritores de gran mérito, hacen esta distinción entre la Cábala buena y la mala: Corpzovio, Pfeiffer, Wolf, Glassio, Walther, Cuneo, Buddeo, etc.”.

 

Y luego la distingue del Talmud para indicarnos que la cábala nos da el sentido místico de los textos bíblicos, algo así como la teología espiritual nuestra.

Según la tradición hebrea, quien puso por escrito los 70 libros no fue otro más que Esdras, si bien no todos han llegado hasta nosotros, y lo que es no menos cierto, tras la aparición del cristianismo, se le agregaron blasfemias contra Nuestro Señor y su santa Iglesia.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 19-20

 19. Y vi a la Bestia y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos congregados, hacer la guerra contra el sentado sobre el caballo y contra su ejército.

 Concordancias:

 Θηρίον (Bestia): cfr. Apoc. XI, 7; XIII, 1-4.11-12.14-15.17-18; XIV, 9.11; XV, 2; XVI, 2.10.13; XVII, 3.7-8.11-13.16-17; XIX, 20; XX, 4.10. Ver Apoc. VI, 8; XVIII, 2.

 Βασιλεῖς τῆς γῆς (los reyes de la tierra): cfr. Mt. XVII, 25; Hech. IV, 26; Apoc. I, 5; VI, 15; XVII, 2.18; XVIII, 3.9; XXI, 24.

 γῆς (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; V, 3.6.10.13; VI, 13.15; X, 2.5-6.8; XI, 4; XIV, 7; XVII, 2.5.18; XVIII, 1.3.9; XIX, 2; XX, 8-9.11; XXI, 1.24. Ver Apoc. III, 10; VI, 4.8.10; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX, 1.3-4; XI, 6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6.15-16.18-19; XVI, 1-2.18; XVII, 8; XVIII, 3.9.11.23-24.

 Στρατεύματα (ejércitos): cfr. Mt. XXII, 7; Apoc. XIX, 14. Ver Apoc. IX, 16.

 Συνηγμένα (congregados): cfr. Mt. III, 12; XIII, 30.47; XXII, 34.41; XXIV, 28; XXV, 24.26.32.35.38.43; XXVI, 3.57; XXVII, 17.27.62; XXVIII, 12; Mc. VII, 1; Lc. III, 17; XXII, 66; Jn. XI, 47.52; XV, 6; Hech. IV, 5.26-27.31; Apoc. XVI, 14.16; XIX, 17; XX, 8.

 Πόλεμον (guerra): cfr. Mt. XXIV, 6; Mc. XIII, 7; Lc. XIV, 31; I Cor. XIV, 8; Apoc. IX, 7.9; XI, 7; XII, 7.17; XIII, 7; XVI, 14; XX, 8. Ver Lc. XXI, 9. Ver Apoc. II, 16; XII, 7; XIII, 4; XVII, 14; XIX, 11.

 Καθημένου (sentado): cfr. Apoc. VI, 2.4-5.8; IX, 17; XII, 17; XIV, 14-16; XIX, 11.21.

 Ἵππου (caballo): cfr. Apoc. VI, 4-5.8; VI, 2; IX, 7.9.17.19; XIV, 20; XVIII, 13; XIX,11.14.18.21.

  

Comentario:

 Straubinger: “San Agustín cree que entre la muerte del Anticristo y el fin del mundo mediará un tiempo, al cual se refiere también Sto. Tomás diciendo: “Consolará el Señor a Sión (Is. LI, 3)… y a causa de esto, después de la muerte del Anticristo, será también doble la consolación: esto es, la paz y la multiplicación de la fe; porque entonces todos los judíos se convertirán a la fe de Cristo, viendo que fueron engañados: en aquellos días suyos, Judá será salvo e Israel vivirá tranquilamente y el nombre con que será llamado, helo aquí: Justo Señor nuestro (Jer. XXIII, 6)”.

 Straubinger remite a XVI, 16; Is. XI, 4; II Tes. II, 8; Dan. VII, 21, a lo cual podría agregarse Sal. II.

 Fillion: “Esta matanza es obra del mismo Cristo. Aunque hubiese un ejército numeroso, el Verbo de Dios parece ser el único que toma parte efectiva en el combate”.

  

20. Y fue cogida la Bestia y con ella el Falso Profeta, el que había hecho los signos delante de ella, con los cuales había engañado a los que habían recibido la marca de la Bestia y a los que se postran ante su imagen. Vivos fueron arrojados los dos al lago, el de fuego, del que arde con azufre.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 17-18

 17. Y vi un ángel estando de pie en el sol y clamó con voz grande, diciendo a todas las aves, las que vuelan en medio del cielo: “Venid, congregaos al banquete, el grande, de Dios, 

Concordancias: 

γγελον (ángel): cfr. Mt. XI, 10; Mc. I, 2; Lc. VII, 27 (San Juan Bautista); Lc. VII, 24; IX, 52 (mensajeros); Sant. II, 25 (dos mensajeros de Josué); Apoc. I, 1; V, 2; VII, 2; VIII, 2-5; X, 1.5.8-10; XIV, 6.8-9.15.18; XVIII, 1.21; XXII, 16 (San Gabriel); VIII, 6.8.10.12-13; IX, 1.13-14; X, 7; XI, 15 (7 Arcángeles que tocan las siete trompetas); I, 20; II, 1.8.12.18; III, 1.7.14 (Jerarquía); III, 5; V, 11; VII, 1.2.11; XIV, 10 (ángeles); IX, 11 (ángel del abismo); IX, 14-15 (ángeles malos de la sexta Trompeta); XII, 7 (ángeles de San Miguel); XII, 7.9 (ángeles de Satanás); XIV, 17.19 (un ángel con la hoz afilada); XV, 1.6-8; XVI, 1; XVII, 1.7; XXI, 9; XXII, 8 (ángeles de las siete Copas); XVI, 5 (ángel de las aguas); XX, 1 (San Miguel); XXI, 12 (12 Apóstoles); XXII, 6 (¿Cristo?).

 Ἑστῶτα (estando de pie): cfr. Apoc. V, 6; VI, 17; VII, 1.9.11; VIII, 2-3; X, 5.8; XI, 4.11; XII, 4.17; XIV, 1; XV, 2; XVIII, 10.15.17; XX, 12.

 Ἡλίῳ (sol): cfr. Mt. XIII, 43; XVII, 2; Apoc. I, 16; VI, 12; VII, 2.16; VIII, 12; IX, 2; X, 1; XII, 1; XVI, 8.12; XXI, 23; XXII, 5.

 Ἔκραξεν (clamó): cfr. Apoc. VI, 10; VII, 2.10; X, 3; XII, 2; XIV, 15; XVIII, 2.18-19.

 Φωνῇ μεγάλῃ (voz grande): cfr. Apoc. I, 10; V, 2.12; VII, 2; VIII, 13; X, 3; XI, 12; XII, 10; XIV, 7.9.15.18; XVI, 1.17; XIX, 1; XXI, 3. Ver Apoc. I, 12; IV, 1; XI, 15.

 κραξεν φωνῇ μεγάλῃ (clamó con voz grande): cfr. Apoc. V, 2; VII, 2; X, 3; XIV, 15.

 Ὀρνέοις (aves): cfr. Apoc. XVIII, 2; XIX, 21.

 Πετομένου (vuelan): cfr. Apoc. IV, 7; VIII, 13; XII, 14; XIV, 6.

 Ἐν μεσουρανήματι (en medio del cielo): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. VIII, 13; XIV, 6.

 Δεῦτε (venid): Hápax en el Apocalipsis.

 Συνάχθητε (congregaos): cfr. Mt. III, 12; XIII, 30.47; XXII, 34.41; XXIV, 28; XXV, 24.26.32.35.38.43; XXVI, 3.57; XXVII, 17.27.62; XXVIII, 12; Mc. VII, 1; Lc. III, 17; XXII, 66; Jn. XI, 47.52; XV, 6; Hech. IV, 5.26-27.31; Apoc. XVI, 14.16; XIX, 19; XX, 8.

 Δεῖπνον (banquete): cfr. Lc. XIV, 12.16-17.24; Apoc. XIX, 17. Ver Is. XXV, 6; Mt. VIII, 11, XXIII, 6; XXVI, 29; Mc. XII, 39; Lc. XX, 46; Lc. XXII, 18; Jn. XII, 2.

  

Notas Lingüísticas:

 Zerwick: “δεῖπνον... τοῦ Θεοῦ (banquete de Dios): banquete que Dios prepara”.

  

Comentario:

jueves, 21 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 16

 16. Y tiene sobre el vestido y sobre su muslo un nombre escrito: “Rey de reyes y Señor de señores”.

 Concordancias:

 Ἱμάτιον (vestido): cfr. Mt. XVII, 2; XXI, 7-8; Mc. IX, 3; XI, 7-8; Lc. XIX, 35-36; Apoc. III, 4-5.18; IV, 4; XVI, 15; XIX, 13. Ver Mt. V, 40; XXIV, 18; Mc. XIII, 6; Lc. VI, 29.

 Μηρὸν (muslo): Hápax absoluto.

 Ὄνομα (nombre): cfr. Apoc. II, 3.13.17; III, 1.4-5.8.12; VI, 8; VIII, 11; IX, 11; XI, 13.18; XIII, 1.6.8.17; XIV, 1.11; XV, 2.4; XVI, 9; XVII, 3.5.8; XIX, 12-13; XXI, 12.14; XXII, 4.

 Γεγραμμένον (escrito): cfr. Lc. X, 20; Apoc. II, 17; III, 12; XIII, 8; XIV, 1; XVII, 5.8; XIX, 12; XX, 12.15; XXI, 12.27.

 Βασιλεὺς βασιλέων (rey de reyes): cfr. I Tim. VI, 15; Apoc. I, 5; VI, 15; IX, 11; X, 11; XV, 3; XVI, 12.14; XVII, 2.10.12.14.18; XVIII, 3.9; XIX, 18-19; XXI, 24. Ver Deut. X, 17; Sal. CXXXV, 3; Dan. II, 47 y II Mac. XIII, 4.

 Κύριος κυρίων (Señor de señores): cfr. Apoc. I, 8; IV, 8.11; XI, 15.17; XV, 3-4; XVI, 7; XVIII, 8; XIX, 6; XXI, 22; XXII, 5-6; (Dios Padre) XI, 4 (¿Dios Padre?); XI, 8; XIV, 13; XVII, 14; XXII, 20-21 (Jesucristo); VII, 14 (Ancianos).

  

Notas Lingüísticas:

 Zerwick: “μηρὸν (muslo), es decir, sobre el vestido que cubre el muslo”.

 

 Comentario:

 Rey de reyes: es decir, de “los reyes de la tierra”.

 Señor de señores: es decir, de las “dominaciones”.

 Allo: “El Jinete divino porta, inscrito probablemente sobre un cinturón o talabarte militar (Düsterdieck, Holtzm, Bousset, etc), un título inteligible en sí, y que no hay que confundir con el nombre misterioso del v. 12”.

 Gelin: “El título de Señor (Κύριος) tiene un significado real y triunfal; corresponde al bélu de las cartas de Tell-el-Amarna, al adón de los hebreos, al marana de los papiros de elefantina. El título ha debido usarse en la iglesia judeo-aramea para expresar la dignidad de Rey-Mesías. En este sentido puede leerse los siguientes pasajes donde se emplea en un contexto real y triunfal: Mc. XI, 3; XII, 35-37; I Cor. XVI, 23 (Marana = Κύριος); XI, 26; Hech. VII, 60; Lc. XIX, 11; Mt. XXIV, 42. En la literatura neotestamentaria, le son dados a Cristo otros títulos reales paralelos, por ejemplo Ἀρχηγὸν (jefe militar) y Σωτῆρ (liberador) (Hech. V, 31)”.

 Sales: “Sobre su vestido real y sobre su costado, en donde se colocaba la espada. Rey de reyes, etc. (ver XVII, 14). Este nombre escrito junto a la espada muestra claro que Jesucristo, siendo Dios omnipotente, tendrá una victoria completa sobre sus enemigos”.

 Ribera: “Por el muslo se suele entender la propagación del linaje (Ex. I; Gén. XXIV).

domingo, 17 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 15

 15. Y de su boca sale una espada aguda, para con ella herir a las naciones y Él las destruirá con vara férrea y Él pisotea el lagar del vino del furor de la ira de Dios, el Todopoderoso. 

Concordancias: 

Στόματος (boca): cfr. Mt. IV, 4; XV, 11.17-18; II Tes. II, 8; Apoc. I, 16; II, 16; III, 16; XIX, 21 (Verbo); IX, 17-19 (sexta Trompeta); XI, 5 (dos Testigos); XII, 15-16 (serpiente) XII, 16 (tierra - suelo); (tierra); XIII, 2.5-6 (Bestia); XIV, 5 (144.000 sellados); XVI, 13 (Dragón - Bestia del Mar – Falso Profeta). 

Ἐκπορεύεται (sale): cfr. Mt. IV, 4; XV, 11.18; Mc. VII, 15.19-21.23; Apoc. I, 16. Ver Apoc. IV, 5; IX, 17-18; XI, 5; XVI, 14; XXII, 1.

 Ῥομφαίᾳ (espada): cfr. Apoc. I, 16; II, 12.16; XIX, 21. Ver Sab. XVIII, 15; Is. XI, 4; XLIX, 2; Ef. VI, 17; Heb. IV, 12; Apoc. VI, 8; XIV, 14.17-18.

 (Ver Μάχαιρα en Apoc. VI, 4; XIII, 10.14).

 ὀξεῖα (aguda): cfr. Apoc. I, 16; II, 12. Ver Apoc. XIV, 14.17-18.

 Πατάξῃ (herir): cfr. Mt. XXVI, 31; Mc. XIV, 27; Apoc. XI, 6.

 Ἔθνη (naciones): cfr. Mt. IV, 16; X, 18; XII, 18; XXIV, 9.14; XXV, 32; Mc. XIII, 10; Lc. II, 32; XXI, 24.25; Apoc. II, 26; X, 11; XI, 2.18; XII, 5; XIV, 8; XV, 3-4; XVI, 19; XVIII, 3.23; XX, 3.8; XXI, 24.26; XXII, 2. Ver. Apoc. V, 9; VII, 9; XI, 9; XIII, 7; XIV, 6; XVII, 15.

 Ποιμανεῖ (destruirá): cfr. Apoc. II, 27; XII, 5. En Mt. II, 6 y Apoc. VII, 17 significa “apacentar”.

 Ῥάβδῳ σιδηρᾷ (vara férrea): cfr. Apoc. II, 27; XII, 5. Ver Num. XXIV, 17-19; Heb. I, 8; Apoc. IX, 9; XI, 1.

 Πατεῖ (pisotea): cfr. Lc. X, 19 (serpientes y escorpiones, sexta y quinta Trompeta respectivamente); Lc. XXI, 24 y Apoc. XI, 2 (Jerusalén – Tiempo de las Naciones); XIV, 20 (¿Juicio de las Naciones?).

 Ληνὸν (lagar): cfr. Mt. XXI, 33; Apoc. XIV, 19-20.

 Οἴνου (vino): cfr. Apoc. VI, 6; XIV, 8.10; XVI, 19; XVII, 2; XVIII, 3.13.

 Θυμοῦ (furor): cfr. Apoc. XII, 12; XIV, 8.10.19; XV, 1.7; XVI, 1.19; XVIII, 3.

 Οἴνου τοῦ θυμοῦ (vino del furor): cfr. Apoc. XIV, 8 (caída de Babilonia).10 (adoradores de la Bestia); XV, 1.7; XVI, 1 (siete Copas); XVI, 19 (¿Naciones?). Ver Apoc. XIV, 19.

 Ὀργῆς (ira): cfr. Rom. II, 5; V, 9; IX, 22; XII, 19; Ef. V, 6; Col. III, 6; I Tes. I, 10; V, 9; Heb. III, 11; IV, 3; Apoc. VI, 16-17; XI, 18; XIV, 10; XVI, 19.

 Cfr. Jer. XXV, 15; Is. LI, 17.

 Τοῦ Θεοῦ τοῦ Παντοκράτορος (de Dios, el Todopoderoso): cfr. Apoc. IV, 8.11; XVI, 14; XVIII, 8; XXII, 5-6. Ver Apoc. I, 8; XI, 17; XV, 3; XVI, 7; XIX, 6; XXI, 22. Cfr. Zerwick, Graecitas, n. 33.

  

Notas Lingüísticas:

 Allo: “Notar el énfasis καὶ αὐτὸς… καὶ αὐτὸς (y Él… y Él)”.

 Mateos: “καὶ αὐτὸς πατεῖ τὴν ληνὸν τοῦ οἴνου: es Él quien está pisando el lagar”.

  

Comentario:

 Descripción del juicio de las Naciones.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 14

 14. Y los ejércitos, los (que están) en el cielo, le seguían en caballos blancos, vestidos de lino fino blanco, puro.

 Concordancias: 

Στρατεύματα (ejércitos): cfr. Mt. XXII, 7; Apoc. XIX, 19. Ver Apoc. IX, 16.

 οὐρανῷ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 1.4-5.20; XIX, 1; XX, 1.9.11; XXI, 2.10.

 Ἠκολούθει (seguían): cfr. Mt. XIX, 27-29; Jn. X, 1-18; Apoc. VI, 8; XIV, 4.8.9.13 (Mártires del Anticristo). Ver Apoc. III, 4; VII, 17.

 Ἵππος (caballo): cfr. Apoc. VI, 4-5.8; VI, 2; IX, 7.9.17.19; XIV, 20; XVIII, 13; XIX,11.18-19.21.

 Λευκός (blanco): cfr. Apoc. I, 14; II, 17; III, 4-5.18; IV, 4; VI, 2.11; VII, 9.13; XIV, 14; XIX, 11; XX, 11.

 Ἵππος λευκός (caballo blanco): cfr. Apoc. VI, 2; XIX, 11.

 Ἐνδεδυμένοι (vestidos): cfr. Mt. XXII, 11; Rom. XIII, 12.14; I Cor. XV, 53-54; Gal. III, 27; Ef. IV, 24; VI, 11.14; Col. III, 10.12; I Tes. V, 8; Apoc. I, 13; XV, 6. En Apoc. III, 5, etc. se usa περιβαλεῖται con el mismo significado de “vestido”.

 Βύσσινον (lino fino): cfr. Apoc. XVIII, 12.16 (Babilonia); XIX, 14 XIX, 8 (mártires del Anticristo).

 Καθαρὸν (puro): cfr. Apoc. XV, 6 (ángeles con las copas); XIX, 8 (mártires del Anticristo); XXI, 18.21 (Jerusalén Celeste).

  

Notas Lingüísticas:

 Iglesias: “Revestidos: la concordancia lit. es defectuosa: en griego, ejércitos es vocablo neutro, mientras que revestidos es masculino. No se trata, pues, de los astros, “ejércitos” de Jehováh en el A.T., sino de personas”.

  

Citas Bíblicas:

 Mt. XXVI, 52-53: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que empuñan la espada, perecerán a espada. ¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre, y me dará al punto más de doce legiones de ángeles?”.

  

Comentario:

 Puesto que esta escena no se identifica con la Parusía, no es posible que los santos resuciten aquí. Si ha de haber santos, parecerían ser los Mártires del quinto Sello y del Anticristo (ver Apoc. II, 27; Sab. III, 7). A menos que la cita de XVII, 14 se refiera a los 144.000 sellados del capítulo XIV que son contra los cuales va a luchar el Anticristo.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 13

 13. Y vestido con un vestido teñido en sangre, y se llama su nombre “la Palabra de Dios”.

 Concordancias:

 Περιβεβλημένος (vestido): cfr. Mt. VI, 29.31; XXV, 36.38.43; Lc. XII, 27; Apoc. III, 5 (premio al Vencedor); III, 18 (Laodicea); IV, 4 (24 Ancianos); VII, 9.13 (Mártires del Anticristo); X, 1 (San Gabriel); XI, 3 (los dos Testigos); XII, 1 (Mujer que huye al desierto); XVII, 4 (Babilonia); XVIII, 16 (Babilonia); XIX, 8 (Jerusalén Celeste).

 Ἱμάτιον (vestido): cfr. Mt. XVII, 2; XXI, 7-8; Mc. IX, 3; XI, 7-8; Lc. XIX, 35-36; Apoc. III, 4-5.18; IV, 4; XVI, 15; XIX, 16. Ver Mt. V, 40; XXIV, 18; Mc. XIII, 6; Lc. VI, 29.

 Περαντισμένον (teñido): Hápax en el Apoc. cfr. Lc. XVI, 24; Jn. XIII, 26. Ver Heb. IX, 13-19.21; X, 22; Lev. XIV, 4.7; XVI, 14-16; Num. XIX, 6.9.17.18.

 Αἵματι (sangre): cfr. Apoc. I, 5; V, 9; VI, 10.12; VII, 14; VIII, 7-8; XI, 6; XII, 11; XIV, 20; XVI, 3-4.6; XVII, 6; XVIII, 24; XIX, 2.

 Κέκληται (se llama): cfr. Apoc. I, 9; XI, 8; XII, 9; XVI, 16; XIX, 9.11.

 Ὄνομα (nombre): cfr. Mt. X, 22; XXIV, 9; Mc. XIII, 13; Jn. XV, 21; Apoc. II, 3.13.17; III, 1.4-5.8.12; VI, 8; VIII, 11; IX, 11; XI, 13.18; XIII, 1.6.8.17; XIV, 1.11; XV, 2.4; XVI, 9; XVII, 3.5.8; XIX, 12.16; XXI, 12.14; XXII, 4.

 Λόγος (palabra): cfr. Mt. VII, 24.26; X, 14; XIII, 19-23; Mc. II, 2; IV, 14-20.33; VIII, 38; XVI, 20; Lc. VI, 47; V, 1; VIII, 11-13.15.21; IX, 26; XI, 28; Jn. V, 24.38; VIII, 31.37.43.51-52.55; XII, 48; XIV, 23-24; XV, 3.20; XVII, 6.14.17.20; Hech. II, 41; IV, 4.29.31; VI, 2; VIII, 4.14.25.36; XI, 1.19; XIII, 5.7.44.46.48; XIV, 25; XV, 7.35-36; XVI, 6.32; XVII, 11; XVIII, 11; XIX, 10; XX, 32; Fil. I, 14; II, 16; Col. I, 5.25; IV, 3; I Tes. I, 6; II, 13; II Tim. II, 11.15; IV, 2; Tito I, 3; Heb. II, 2; IV, 2; XIII, 7; Sant. I, 18.21-23; I Ped. II, 8; II Ped. I, 19; I Jn. I, 10; II, 5.7.14; Apoc. I, 2-3.9; III, 8.10; VI, 9; XII, 11; XVII, 17; XIX, 9; XX, 4; XXI, 5; XXII, 6-7.9-10.18-19.

 Ὁ Λόγος τοῦ Θεοῦ (la Palabra de Dios): cfr. Apoc. I, 2.9; III, 8; VI, 9; XII, 11; XX, 4.

 

 Comentario:

 Straubinger: “Un manto empapado de sangre: alude asimismo a la visión de Is. LXIII, 1-6 (cf. nota). No es la sangre de Jesús, como algunos han creído, sino de la vendimia de sus enemigos (cfr. XIV, 20 y nota). Los hijos de Esaú, Idumeos (de Bosra), siempre aparecen los primeros castigados como los que más odiaron a su hermano Israel (cfr. Is. XXXIV, 6; Sal. CXXXVI, 7; Hab. III, 3; Abd. 17 ss y notas, etc.).”

domingo, 3 de noviembre de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XIX, 12

 12. Y sus ojos, llama de fuego y sobre su cabeza, diademas muchas; teniendo un nombre escrito que nadie sabe sino Él mismo.

 Concordancias:

 Ὀφθαλμοὶ (ojos): cfr. Apoc. I, 14; II, 18; IV, 8; V, 6. Ver Apoc. I, 7; III, 18; VII, 17; XXI, 4.

 φλὸξ πυρός (llama de fuego): cfr. Dan. X, 6; Hech. VII, 30; II Tes. I, 8; Heb. I, 7; Apoc. I, 14; II, 18.

 Κεφαλὴν (cabeza): cfr. Apoc. I, 14; IV, 4; IX, 7.17.19; X, 1; XII, 1.3; XIII, 1.3; XIV, 14; XVII, 3.7.9; XVIII, 19.

 Κεφαλὴνδιαδήματα πολλά (cabeza… diademas muchas): Ver Apoc. XII, 3 (Satanás); XIII, 1 (Bestia del Mar). Ver Apoc. IX, 7; XII, 1; XIV, 14.

 διαδήματα (diademas): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 3; XIII, 1.

 Ὄνομα (nombre): cfr. Apoc. II, 3.13.17; III, 1.4-5.8.12; VI, 8; VIII, 11; IX, 11; XI, 13.18; XIII, 1.6.8.17; XIV, 1.11; XV, 2.4; XVI, 9; XVII, 3.5.8; XIX, 13.16; XXI, 12.14; XXII, 4.

 Γεγραμμένον (escrito): cfr. Lc. X, 20; Apoc. II, 17; III, 12; XIII, 8; XIV, 1; XVII, 5.8; XIX, 16; XX, 12.15; XXI, 12.27.

 Οὐδεὶς (nadie): cfr. Apoc. II, 17; III, 7-8.17; V, 3-4; VII, 9; XIV, 3; XV, 8; XVIII, 11.

 Οὐδεὶς οἶδεν (nadie sabe): cfr. Apoc. II, 17.

  

Notas Lingüísticas:

 Allo: “δὲ (y, lit. “pero”), raro en el Apocalipsis (Int. cap. X.1), no indica aquí oposición”.

 Allo: “οἶδεν (sabe): en el estilo joánico, significa “penetrar, conocer a fondo”.

  

Comentario: