Respuesta a una objeción y conclusión
De todo lo que hemos dicho
se nos vino a la mente una objeción:
En la cuarta parte
decíamos que las Potestades caídas tenían acceso junto con Satanás al cielo, y allí citábamos, entre otros pasajes el cap. XII del Apocalipsis cuando dice: “y peleaba el dragón y sus ángeles y no prevalecieron” y que después de
luchar contra San Miguel y sus ángeles, “no se halló más
su lugar en el cielo” (v. 8)”.
Ahora bien, se supone que
el término “ángel” es sólo para los Principados y para las Virtudes, según lo
que habíamos dicho al comienzo de toda esta sección cuando dimos la división
fundamental de la jerarquía angélica.
Resp. Nos parece que aquí caben dos contestaciones
posibles:
a) La primera
es simplemente reconocer que o todas o por lo menos algunas de las virtudes de Satanás tienen acceso al cielo junto
con su Príncipe.
b) La segunda,
y la que más nos gusta, es que al caer
estas Potestades perdieron, por así decirlo, su jerarquía y por lo tanto ellas
también se rebelaron contra su jefe natural (algunos de los veinticuatro
Señores-Dominaciones) y de esta forma
pasaron a quedar sujetos a Satanás, el cual puede disponer de ellos a su gusto,
es decir puede imperarles, enviarles
a donde lo quisiere. Con lo cual nada tiene de extraño que sean llamados ángeles, puesto que, como es sabido,
este nombre significa precisamente eso: enviado,
nuncio, legado.
Esto que decimos se ve más
claro aún si se tiene en cuenta que las Dominaciones con sus Potestades son los
que asisten a Dios, son, si quiere, como los espíritus “contemplativos”, a
diferencia de los Principados con sus Virtudes que son los que ejecutan sus órdenes,
son espíritus “activos”.
Es decir, al perder su objeto de contemplación
(Dios), estos ángeles fueron degradados a un oficio inferior y puestos bajo el
mando de alguien que, por naturaleza, era inferior a ellos.
Conclusión: Hemos querido dar aquí un breve repaso por
los principales textos escriturísticos y adrede nos hemos basado solamente en
las Escrituras obviando toda referencia a los exégetas[1] y
estamos seguros que consultando diversos autores se podrán encontrar numerosas
cosas más para agregar (y seguramente corregir) como puede ser el caso de la
identidad de Asmodeo (Tob. III, 8.17) con el mismo Satanás, pero como ya dijimos, hemos
tratado de mantenernos al margen de los autores para que nuestro estudio estuviera
basado primeramente en el dato revelado y sea este el fundamento del estudio de los ángeles y no las meditaciones del Pseudo-Dionisio, tal como lo pide Ramos García.
Vale!
[1] Nos fue muy grato observar, después de haber
terminado este trabajo, una coincidencia con cierta literatura judía.
“Según el Rabí Bechai (Explic. du Pentat. fol. 90, col. 1) los demonios se dividen en tres clases: unos residen en el aire y son los que envían los
sueños, otros habitan en el hombre
para incitarlos al pecado, algunos están sumergidos en los abismos del mar donde suscitan los cataclismos”. (Énfasis
nuestro)
Citado por Prat,
La Théologie de Saint Paul, II
(1937), pag. 499.
Los cuales coinciden con Satanás
y las Potestades, con los Espíritus
Inmundos, y con las Virtudes
infieles a sus Principados, respectivamente.