sábado, 26 de abril de 2014

La Jerarquía Angélica (VII de VII)

Respuesta a una objeción y conclusión

De todo lo que hemos dicho se nos vino a la mente una objeción:

En la cuarta parte decíamos que las Potestades caídas tenían acceso junto con Satanás al cielo, y allí citábamos, entre otros pasajes el cap. XII del Apocalipsis cuando dice: “y peleaba el dragón y sus ángeles y no prevalecieron” y que después de luchar contra San Miguel y sus ángeles, “no se halló más su lugar en el cielo” (v. 8)”.
Ahora bien, se supone que el término “ángel” es sólo para los Principados y para las Virtudes, según lo que habíamos dicho al comienzo de toda esta sección cuando dimos la división fundamental de la jerarquía angélica.

Resp. Nos parece que aquí caben dos contestaciones posibles:

a) La primera es simplemente reconocer que o todas o por lo menos algunas de las virtudes de Satanás tienen acceso al cielo junto con su Príncipe.

b) La segunda, y la que más nos gusta, es que al caer estas Potestades perdieron, por así decirlo, su jerarquía y por lo tanto ellas también se rebelaron contra su jefe natural (algunos de los veinticuatro Señores-Dominaciones) y de esta forma pasaron a quedar sujetos a Satanás, el cual puede disponer de ellos a su gusto, es decir puede imperarles, enviarles a donde lo quisiere. Con lo cual nada tiene de extraño que sean llamados ángeles, puesto que, como es sabido, este nombre significa precisamente eso: enviado, nuncio, legado.

Esto que decimos se ve más claro aún si se tiene en cuenta que las Dominaciones con sus Potestades son los que asisten a Dios, son, si quiere, como los espíritus “contemplativos”, a diferencia de los Principados con sus Virtudes que son los que ejecutan sus órdenes, son espíritus “activos”.
Es decir, al perder su objeto de contemplación (Dios), estos ángeles fueron degradados a un oficio inferior y puestos bajo el mando de alguien que, por naturaleza, era inferior a ellos.

Conclusión: Hemos querido dar aquí un breve repaso por los principales textos escriturísticos y adrede nos hemos basado solamente en las Escrituras obviando toda referencia a los exégetas[1] y estamos seguros que consultando diversos autores se podrán encontrar numerosas cosas más para agregar (y seguramente corregir) como puede ser el caso de la identidad de Asmodeo (Tob. III, 8.17) con el mismo Satanás, pero como ya dijimos, hemos tratado de mantenernos al margen de los autores para que nuestro estudio estuviera basado primeramente en el dato revelado y sea este el fundamento del estudio de los ángeles y no las meditaciones del Pseudo-Dionisio, tal como lo pide Ramos García.

Vale!




[1]  Nos fue muy grato observar, después de haber terminado este trabajo, una coincidencia con cierta literatura judía.

“Según el Rabí Bechai (Explic. du Pentat. fol. 90, col. 1) los demonios se dividen en tres clases: unos residen en el aire y son los que envían los sueños, otros habitan en el hombre para incitarlos al pecado, algunos están sumergidos en los abismos del mar donde suscitan los cataclismos”. (Énfasis nuestro)

Citado por Prat, La Théologie de Saint Paul, II (1937), pag. 499.

Los cuales coinciden con Satanás y las Potestades, con los Espíritus Inmundos, y con las Virtudes infieles a sus Principados, respectivamente.