miércoles, 23 de abril de 2014

La Jerarquía Angélica (VI de VII)

V. VIRTUDES (δυνάμεως)

Recordemos que estos ángeles son los subordinados de los Principados.

Parecen ser, en cantidad, los mayores de todos, como se desprende de Dan. VII, 10 y Apoc. V, 11. Cfr. también el punto “a”.

1) Rom. VIII, 38-39: “Porque persuadido estoy de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados (ἀρχαὶ), ni cosas presentes, ni cosas futuras, ni virtudes (δυνάμεις), ni altura, ni profundidad ni otra creatura alguna podrá separarnos del amor de Dios, que está en Cristo Jesús nuestro Señor”.

2) I Cor. XV, 23-24: “Pero cada uno en su orden: como primicia Cristo en su Parusía; después el fin, cuando Él entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya destruído todo principado (ἀρχὴν) y toda potestad (ἐξουσίαν) y toda virtud (δύναμιν).”

3) Ef. I, 20-21: “… que obró en Cristo resucitándolo de entre los muertos, y sentándolo a su diestra en los cielos por encima de todo principado (ἀρχῆς) y potestad (ἐξουσίας) y virtud (δυνάμεως) y dominación (κυριότητος)…”.

4) II Tes. I, 7: “… y a vosotros, los atribulados, descanso, juntamente con nosotros, en la revelación del Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su virtud (δυνάμεως)”.


5) I Ped. III, 22: “… el cual subió al cielo y está a la diestra de Dios, hallándose sujetos a Él ángeles y potestades (ἐξουσιῶν) y virtudes (δυνάμεων)”.


V a.- Legiones:

1) Mt. XXVI, 52-53: “Díjole entonces Jesús: “vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que empuñan la espada, perecerán a espada ¿O piensas que no puedo rogar a mi Padre y me dará al punto más de doce legiones de ángeles?

2) Mc. V, 6-9: “Divisando a Jesús de lejos, vino corriendo, se prosternó delante de Él y gritando a gran voz dijo: “¿qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios no me atormentes. Porque Él le estaba diciendo: “Sal de este hombre, inmundo espíritu”. “Y le preguntó: “¿cuál es tu nombre?” Respondióle: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos”.

3) Mc. V, 15: “Mas llegados a Jesús, vieron al endemoniado, sentado, vestido y en su sano juicio: al mismo que había estado poseído por la legión, y quedaron espantados”.

4) Lc. VIII, 30-31: “Y Jesús le preguntó: “¿cuál es tu nombre?”. Respondió: “Legión”; porque eran muchos los demonios que habían entrado en él. Y le suplicaron que no les mandase ir al abismo”.



V b.- Espíritus inmundos:

1) Mt. X, 1: “Y llamando a sus doce discípulos, les dio potestad de echar a los espíritus inmundos, y de sanar toda enfermedad y toda dolencia”.
Cfr. Mc. VI, 7. En Lc. IX, 1 son llamados “demonios”.

2) Mt. XII, 43: “Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, recorre los lugares áridos, buscando reposo, pero no lo haya…”.
Cfr. Lc. XI, 24.

3) Mc. I, 23-27: “Se encontraba en las sinagogas de ellos un hombre poseído por un espíritu inmundo, el cual gritó: “¿qué tenemos que ver contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Te conozco quién eres: El Santo de Dios”. Mas Jesús lo increpó diciendo: “¡Cállate y sal de él!”. Entonces el espíritu inmundo, zamarreándolo y gritando muy fuerte salió de él. Y todos quedaron llenos de estupor, tanto que discutían entre sí y decían: “¿Qué es esto?... ¡Aún a los espíritus inmundos manda, y le obedecen!”.
Cfr. Lc. IV, 33-37 donde lo llama “un espíritu de un demonio inmundo” (v. 33) y “demonio” (v. 35).

4) Mc. III, 11: “Y los espíritus inmundos, al verlo, se prosternaban delante de Él y gritaban: “Tú eres el Hijo de Dios”. Pero Él les mandaba rigurosamente que no lo diesen a conocer”.

5) Mc. III, 28-30: “En verdad, os digo, todos los pecados serán perdonados a los hombres, y cuantas blasfemias dijeren; pero quien blasfemare contra el Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón y es reo de eterno pecado”. Porque decían: “Tiene espíritu inmundo”.

6) Mc. V, 2-16: “Apenas desembarcó, salióle al encuentro desde los sepulcros un hombre poseído de un espíritu inmundo, el cual tenía su morada en los sepulcros; y ni con cadenas podía ya nadie amarrarlo… Divisando a Jesús de lejos, vino corriendo, se prosternó delante de Él y gritando a gran voz dijo: “¿qué tengo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te conjuro por Dios no me atormentes. Porque Él le estaba diciendo: “Sal de este hombre, inmundo espíritu. “Y le preguntó: “¿cuál es tu nombre?” Respondióle: “Mi nombre es Legión, porque somos muchos. Y le rogó con ahínco que no los echara fuera del país. Ahora bien, había allí junto a la montaña una gran piara de puercos paciendo. Le suplicaron diciendo: “Envíanos a los puercos, para que entremos en ellos”. Se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos; y la piara, como unos dos mil, se despeñó precipitadamente en el mar y se ahogaron en el agua… mas llegados a Jesús vieron al endemoniado, sentado, vestido y en su sano juicio: al mismo que había estado poseído por la legión, y quedaron espantados. Y los que habían presenciado el hecho, les explicaron cómo había sucedido con el endemoniado y con los puercos”.
Cfr. Mt. VIII, 28-34 donde son llamados endemoniados (v. 28.33) demonios (v. 31) y en Lc. VIII, 26-29 demonios (v. 27.29.30.33.35.36.38), espíritu inmundo (v. 29), Legión (v. 30).

7) Mc. VII, 25: “Enseguida una mujer cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, habiendo oído hablar de Él, vino a prosternarse a sus pies”.
Cfr. Mt. XV, 22 donde es llamado demonio.

8) Mc. IX, 25: “Y Jesús, viendo que se acercaba un tropel de gente, conminó al espíritu inmundo diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, Yo te lo mando, sal de él, y no vuelvas a entrar más en él”.
Cfr. Mt. XVII, 18 y Lc. IX, 42 es llamado demonio y espíritu inmundo.

9) Lc. VI, 18: “… había un gran número de sus discípulos y una gran muchedumbre del pueblo de toda la Judea y de Jerusalén, y de la costa de Tiro y de Sidón, los cuales habían venido a oírlo y a que los sanara de sus enfermedades; y también los atormentados de espíritus inmundos eran sanados”.
Cfr. Mt. IV, 24 donde son llamados endemoniados.

10) Act. V, 16: “Concurría también mucha gente de las ciudades vecinas de Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos, los cuales eran sanados todos”.

11) Act. VIII, 7: “… de muchos que tenían espíritus inmundos, estos salían dando grandes gritos, y muchos paralíticos y cojos fueron sanados…”.

12) Ef. VI, 12: “Porque para nosotros la lucha no es contra sangre y carne, sino contra los principados (ἀρχάς), contra las potestades (ἐξουσίας), contra los poderes mundanos de estas tinieblas, contra los espíritus (πνευματικὰ) de maldad en lo celestial…”.

13) Apoc. XVI, 13-14: “Y ví de la boca del Dragón y de la boca de la Bestia y de la boca del Falso Profeta (salir) tres espíritus inmundos como ranas. Son espíritus de demonios que obran signos (prodigiosos) y van a los reyes de todo el orbe a fin de congregarlos para la guerra del gran día del Dios Todopoderoso”.

14) Apoc. XVIII, 2: “Y clamó con gran voz diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande, y ha venido a ser habitación de demonios y prisión de todo espíritu inmundo y prisión de toda ave impura y detestada”.


V c.- Demonios:

1) Mt IV, 24: “Su fama se extendió por toda la Siria, y le traían todos los pacientes afligidos de toda clase de dolencias y sufrimientos, endemoniados, lunáticos, paralíticos, y los sanó”.
Cfr. Lucas VI, 18 donde son llamados espíritus inmundos.

2) Mt. VII, 22: “Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos cantidad de prodigios?”.

3) Mt. VIII, 16: “Caída ya la tarde, le trajeron muchos endemoniados y expulsó a los espíritus con su palabra, y sanó a todos los enfermos”.
Cfr. Mc. I, 32-34 y Lc. IV, 40-41.

4) Mt. VIII, 28-33: “Y cuando llegó a la otra orilla, al país de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de unos sepulcros y eran en extremo feroces, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: “¿Qué tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Viniste aquí para atormentarnos antes de tiempo?”. Lejos de ellos pacía una piara de muchos puerco. Los demonios le hicieron, pues, esta súplica: “Si nos echas, envíanos a la piara de puercos”. Él les dijo: “Andad”; a lo cual ellos salieron y se fueron a los puercos. Y he aquí que la piara entera se lanzó por el precipicio al mar, y pereció en las aguas. Los porqueros huyeron, y yendo a la ciudad refirieron todo esto, y también lo que había sucedido a los endemoniados”.
Cfr. Mc. V, 1-20. En los vv. 2.8.13 son llamados espíritus inmundos y Lc. VIII, 26-39. En el v. 29 es llamado espíritu inmundo.

5) Mt. IX, 32-34: “Cuando ellos hubieron salido, le presentaron un mudo endemoniado. Y echado el demonio, habló el mudo, y las multitudes, llenas de admiración, se pusieron a decir: “Jamás se ha visto cosa parecida en Israel”. Pero los fariseos decían: “Por obra del Príncipe de los demonios lanza a los demonios”.

6) Mt. X, 8: “Sanad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad fuera demonios”.
Cf. Mc. III, 15; VI, 13 y Lc. IX, 1.

7) Mt. XI, 18: “Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Está endemoniado”.
Cfr. Lc. VII, 33.

8) Mt. XII, 22-28: “Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de modo que hablaba y veía. Y todas las multitudes quedaron estupefactas y dijeron: “¿Será éste el Hijo de David?”. Mas los fariseos, oyendo esto, dijeron: “Él no hecha los demonios sino por Beelzebul, el príncipe de los demonios”. Conociendo sus pensamientos, les dijo entonces: “Todo reino dividido contra sí mismo, está arruinado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no puede subsistir. Si Satanás arroja a Satanás, contra sí mismo está dividido: entonces ¿cómo podrá subsistir su reino? Y si Yo, por mi parte, echo los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por esto ellos serán vuestros jueces. Pero si por el Espíritu de Dios echo Yo a los demonios, es evidente que ha llegado a vosotros el reino de Dios”.
Cfr. Mc. III, 22-27; Lc. XI, 14-26.

9) Mt. XV, 22: “Y he aquí que una mujer cananea venida de ese territorio, dió voces diciendo: “¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio”.
Cfr. Mc. VII, 25-30. En el v. 25 es llamado espíritu inmundo y en los vv. 26.29 y 30 demonio.

10) Mt. XVII, 18: “Increpóle Jesús y el demonio salió de él, y el niño quedó sano desde aquella hora”.
Cfr. Mc. IX, 14-29 y Lc. IX, 37-43. En Mc. IX v. 25 y en Lc. IX, 42 es llamado espíritu inmundo y en Lc. IX, 42 es llamado demonio.

11) Mc. I, 35-39: “… y anduvo predicando en sus sinagogas, por toda la Galilea y expulsando a los demonios”.

12) Mc. IX, 38: “Díjole Juan: Maestro, vimos a un hombre que expulsaba demonios en tu nombre, el cual no nos sigue; y se lo impedimos, porque no anda con nosotros”.
Cf. Lc. IX, 49-50.

13) Mc. XVI, 9: “Resucitado, pues, temprano, el primer día de la semana, se apareció primeramente a María Magdalena, de la cual había echado siete demonios”.

14) Mc. XVI, 17: “Y he aquí los milagros que acompañarán a los que creyeren: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán nuevas lenguas…”.

15) Lc. IV, 33-36: “Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y gritó con voz fuerte: “¡Ea!, ¿qué tenemos que ver contigo Jesús de Nazareth? ¿Has venido para perdernos? Ya sé quién ere Tú: el Santo de Dios”. Y Jesús le increpó diciendo: “¡Cállate y sal de él!” y el demonio salió de él, derribándolo al suelo en medio de ellos, aunque sin hacerle daño. Y todos se llenaron de estupor y se decían unos a otros: “¿Qué cosa es esta que con imperio y fuerza manda a los espíritus inmundos, y salen?”.
Cfr. Mc. I, 21-28. En los vv. 23-26-27 es llamado espíritu inmundo.

16) Lc. VIII, 1-2: “En el tiempo siguiente anduvo caminando por ciudades y aldeas, predicando y anunciando la Buena Nueva del reino de Dios, y con Él los Doce, y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y enfermedades: María, la llamada Magdalena, de la cual habían salido siete demonios…”.

17) Lc. X, 17: “Entonces los setenta y dos volvieron y le dijeron llenos de gozo: “Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre”.

18) Lc. XIII, 31-32: “En ese momento se acercaron algunos fariseos, para decirle: “¡Sal, vete de aquí, porque Herodes te quiere matar!”. Y les dijo: “Id a decir a ese zorro: he aquí que hecho demonios y obro curaciones hoy y mañana…”.

19) Jn. VII, 20: “La turba le contestó: “Estás endemoniado. ¿Quién trata de quitarte la vida?”…”.

20) Jn. VIII, 48-52: “A lo cual los judíos respondieron diciéndole: “¿No tenemos razón en decir que Tú eres un endemoniado?”. Jesús repuso: “Yo no soy un endemoniado, sino que honro a mi Padre y vosotros me estáis ultrajando. Mas Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzgará. En verdad, en verdad os digo, si alguno guardare mi palabra, no verá jamás la muerte. Respondiéronle los judíos: “Ahora sabemos que están endemoniado. Abraham murió, los profetas también…”.

21) Jn. X, 20-21: “Muchos decían: “Es un endemoniado, está loco ¿Por qué lo escucháis?”. Otros decían: “Estas palabras no son de un endemoniado ¿Puede acaso un demonio abrir los ojos de los ciegos?”.

22) Apoc. XVI, 13-14: “Y ví de la boca del Dragón y de la boca de la Bestia y de la boca del Falso Profeta (salir) tres espíritus inmundos como ranas. Son espíritus de demonios que obran signos (prodigiosos) y van a los reyes de todo el orbe a fin de congregarlos para la guerra del gran día del Dios Todopoderoso”.

23) Apoc. XVIII, 2: “Y clamó con gran voz diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia la grande, y ha venido a ser habitación de demonios y prisión de todo espíritu inmundo y prisión de toda ave impura y detestada”.


Notas:

1) Los términos “Demonio”, “Endemoniado”, "Espíritu Inmundo” se usan indistintamente. Cuando los que poseen a alguien son muchos, se llaman “legión”.
En Lc. IV, 33-36 es llamado incluso: “Espíritu de demonio inmundo”.

2) El Espíritu Inmundo busca reposo. Parecería que lo encuentra poseyendo seres vivos (hombres o animales) o en los lugares áridos.

3) Poseen un cierto conocimiento sobre algunas cosas: saben el nombre de Nuestro Señor, que es el “Santo de Dios”, “el Hijo de Dios”, el “Hijo del Altísimo”, y también que están destinados a la destrucción.

4) Conjuran a Jesucristo (¡!).

5) Los espíritus temen que Jesús haya venido a destruirlos (ἀπολέσαι), y es curioso que el nombre de “el rey del abismo” sea Ἀπολλύων que quiere decir “destructor”.

6) Le piden que no los atormente (βασανίσῃς), lo mismo que los demonios que salen del abismo harán a “los habitantes de la tierra” (Apoc. IX, 5).

7) Los Espíritus Inmundos le ruegan a Jesús y Él admite sus súplicas (¡!).

8) Los Espíritus Inmundos pueden poseer “puercos”.

¿Será que la ratio de la distinción entre los animales mundos e inmundos (ἀκάθαρτα) del Antiguo Testamento (Lev. XI) se explica según que puedan o no ser poseídos por los espíritus inmundos (ἀκάθαρτα)?
Esto se confirmaría también por el pasaje del Apocalipsis donde se dice que los Espíritus Inmundos son como ranas, que también son animales inmundos.

9) Puede ser “sordo y mudo” es decir, producir ambas incapacidades.

10) Dentro de los Espíritus Inmundos hay diversos grupos ya que algunos de ellos sólo pueden ser expulsados por medio del ayuno y la oración. Cfr. Mc. IX, 29.

11) Durante el Milenio los Espíritus Inmundos (= demonios) serán encarcelados en las ruinas de Babilonia, que ha pasado a ser un desierto perpetuo, mientras que Satanás lo será en el Abismo (Apoc. XX, 7).

Las aves impuras o son sinónimos de los demonios o son realmente tales.

En cuanto a las “Potestades”, la Escritura parece no decir nada sobre su destino. Seguramente irán o al abismo junto con Satanás o a las ruinas de Babilonia.

12) Se entiende fácilmente el pedido de los “demonios” de no ser enviados al “abismo”, ya que el mismo es una cárcel donde estarían encadenados, mientras que aquí andan “sueltos”.

13) El abismo está poblado actualmente por Virtudes que pertenecían a otros Arcángeles. Allí hay incluso una jerarquía, ya que tienen rey: Abaddón.
Estos ángeles serán los encargados de atormentar a “los habitantes de la tierra” por cinco meses.

14) Además de las Virtudes, el mismo Satanás puede poseer, como se ve en el caso de Judas (Lc. XXII, 3; Jn. XIII, 27).

15) El término “Príncipe de los demonios” indica que son las Virtudes sometidas al Arcángel (Príncipe) Satanás.


16) Tres destos Espíritus Inmundos serán los encargados de congregar a los reyes de todo el orbe para luchar contra Cristo Rey en la batalla del Armagedón.