Contrariamente a lo que pueda parecer a primera vista,
esta nueva sección del blog estará dedicada a criticar la conocida interpretación que Castellani hizo del Apocalipsis.
Nos parece que ha
llegado la hora de cavar su fosa, enterrarla y poner sobre ella una hermosa
lápida. Ya es tiempo de rehabilitar a Lacunza de una buena vez por todas.
Nuestras diferencias con Castellani son, casi diríamos, totales. Con el transcurso del
tiempo iremos mostrándolas y dando para ello los respectivos argumentos; por ahora,
y a modo de resumen, daremos algunas razones generales:
Creemos que el Apocalipsis de Castellani:
1) Es
confuso.
2) Tiene
malas traducciones.
3) Termina
cayendo en lo mismo que le critica a
otros exégetas.
Y en definitiva, nos parece que todos los errores se
pueden reducir a dos, sobre todo al último:
4)
Se aparta en gran manera de Lacunza, a menudo sin dar razones,
y a tal punto es esto así que estamos tentados de decir que no es Lacunziano. Intentar conciliar a ambos es una empresa tan
imposible como conciliar a Santo Tomás con Escoto… y nos parece que está claro quién
es Santo Tomás y quién Escoto en la analogía.
5) Y
esta es la clave de todo: sigue el
erróneo método de la Recapitulación.
Con respecto al texto, nos vamos a basar en la edición
Vórtice del año 2005, y en líneas generales analizaremos solamente este libro;
en caso que citemos algún otro, lo indicaremos.
Sobre algunas de nuestras diferencias ya hemos hablado
antes en otros artículos. Sería bueno hacer un breve repaso por todos ellos.
1) El Tiempo está Cerca (AQUI):
Sobre esta dificultad decíamos que Castellani
no resuelve el problema sino que cae en
lo mismo que le critica a Allo, a saber, interpretar las palabras “vengo
pronto” como significando “vengo antes de cuatro mil años”.
2) El Día del Señor (AQUI).
Aquí Castellani traduce e interpreta el término “día del Señor” como “Domingo” contrariamente
al uso común y diríamos técnico que tiene esta palabra en las Escrituras,
las cuales entienden por el mismo los sucesos inmediatos anteriores y
posteriores a la Segunda Venida. Además jamás el domingo es llamado “día del
Señor” sino “el primer día de la semana”.
Esta mala traducción influye, por cierto, en su
exégesis, ya que San Juan indica claramente
que las visiones que tiene son relativas a “el día del Señor” y difícilmente
podría aceptarse la recapitulación si se reconociera este principio.
3)
El contenido del Libro sellado (AQUI).
Castellani ni siquiera menciona la opinión de Lacunza.
En los próximos artículos comenzaremos a desarrollar
más en profundidad algunos puntos, varios de los cuales serán tal vez,
relativamente cortos.
Vale!