El análisis de esta sección del Discurso podrá
parecer un tanto seco, pero es preciso hacerlo a fin de poder comprender el método de los Evangelistas a la hora de
redactar sus Evangelios.
Sobre la exégesis de esta sección del discurso nos
remitimos a lo que ya dijimos AQUI (ver la segunda parte “Quinto Sello”).
Agregamos algunas notas lingüísticas que pueden ser
de alguna utilidad para la exégesis.
Mateo XXIV
9 "Entonces os entregarán a la tribulación y os
matarán y seréis odiados de todas las naciones por causa de mi nombre.
13 Mas el
que perseverare hasta el fin, ése será salvo.
14 Y esta
Buena Nueva del Reino será proclamada en el mundo entero, en testimonio a todas las naciones. Y
entonces vendrá el fin.
Mateo X
17 Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los sanedrines y os
azotarán en sus sinagogas,
18 y por causa de Mí seréis llevados ante gobernadores y reyes, en
testimonio para ellos y para las naciones.
19 Más cuando os entregaren, no os preocupéis de cómo o qué hablaréis.
Lo que habéis de decir os será dado en aquella misma hora.
20 Porque no sois vosotros los que hablaréis, sino que el Espíritu de
vuestro Padre es quien hablará por medio de vosotros
21.
Entregará hermano a hermano a la muerte y padre a hijo; y se levantarán
hijos contra padres y los harán condenar
a muerte.
22. Y
seréis odiados de todos a causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el
fin, ése será salvo.
Marcos XIII
9
Mirad por vosotros mismos; porque os entregarán a los sanedrines, y seréis flagelados
en las sinagogas y compareceréis ante gobernadores y reyes, a causa de Mí, para
dar testimonio ante ellos.
10 Y es necesario primero que a todas las naciones sea proclamada la Buena
Nueva.
11
Más cuando os lleven para entregaros, no os afanéis anticipadamente por lo que
diréis; sino decid lo que en aquel momento os será inspirado; porque no sois
vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu Santo.
12 y
entregará hermano a hermano a la muerte y padre a hijo; y se levantarán hijos
contra padres y los harán condenar a muerte.
13 Y
seréis odiados de todos a causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el fin, ese será salvo.
Lucas
XXI
12
"Pero antes de todo esto, os prenderán; os perseguirán,
os entregarán a las sinagogas y a las cárceles, os llevarán ante reyes y
gobernadores a causa de mi nombre;
13 esto
os servirá para testimonio.
14
Tened, pues, resuelto, en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de
hablar en vuestra defensa,
15
porque Yo os daré boca y sabiduría a la cual ninguno de vuestros adversarios
podrá resistir o contradecir.
16
Seréis entregados aún por padres y hermanos y parientes y amigos; y harán
condenar a muerte a algunos de entre vosotros,
17 y
seréis odiados de todos a causa de mi nombre.
18
Pero ni un cabello de vuestra cabeza se perderá.
19 En
vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
Lucas
XII
11. Cuando os
llevaren ante las sinagogas, los magistrados, y las autoridades, no os preocupéis
de cómo y qué diréis para defenderos o qué hablaréis.
12.
Porque el Espíritu Santo os enseñará en el momento mismo lo que habrá que
decir".
Notas lingüísticas:
Zerwick:
Mt (X, 18) y Mc (9): “εἰς μαρτύριον αὐτοῖς (dar testimonio ante ellos): “para que
tengan testimonio del Reino de Dios”.
Mc (10): notar el adverbio πρῶτον (primero) que se encuentra en
Lc XXI, 9 como ya lo dijimos. Así como entonces era preciso que las guerras
y revoluciones debían acaecer antes del signo, así también acá nos
advierte Nuestro Señor que antes del signo (abominación de la
desolación) debe predicarse el Evangelio del Reino ante todas las naciones.
Lc v. 13 εἰς μαρτύριον (en
testimonio): “en vuestro provecho o en ocasión de dar testimonio”.
Mt (X,
19), Mc (11) = μεριμνήσητε y προμεριμνᾶτε (estar
ansioso – estar ansioso de antemano), Lc (14) = προμελετᾷν (premeditar).
En Mt y Mc la situación para los discípulos parece más difícil. Lc
XII coincide con Mt y Mc.
Mt (X,
21) y Mc (12):
παραδώσει: “entregará (a saber, a juicio para ser condenado)”.
Ἐπαναστήσονται:
“se levantará contra (como acusador en el tribunal).”
Brunec[1]:
“La
frase εἰς τέλος (hasta el fin) al carecer de artículo, no puede
significar “hasta el fin por el cual preguntasteis” (es decir, hasta la
Parusía), sino que significa “hasta el fin al cual puede llegar la tribulación”.
Interesantísima
observación. Notar que Jesucristo está hablando del quinto sello y no de la
persecución del Anticristo. “Hasta el fin”, significa pues, hasta el fin de la
apertura del séptimo sello y al comienzo de la venganza divina por medio del
juicio de las Trompetas.
En Lc
XXI, 16 el tono de la admonición es distinta a la de Mt y Mc
(e incluso en Lc XII) pues en este discurso Jesús parece hablarle
a los discípulos allí presentes (“harán condenar a muerte alguno de
vosotros…”) mientras que en Mt (X, 21) y Mc (12) Jesús
está hablando en forma impersonal y no restringe la muerte a algunos
sino que parece dar a entender que todos aquellos que sean entregados a los
tribunales serán condenados a muerte. Cfr. Lagrange in Mc.
XIII, 12.
Aquí
comienza un nuevo problema en la exégesis deste discurso puesto que a los tres
capítulos se le agrega ahora el de San Mateo X y San Lucas XII,
con lo cual las dificultades que surgen ahora son: ¿por qué lo tratan aquí y no
en el sermón parusíaco? ¿Estas palabras fueron dichas en una ocasión distinta a
la del sermón parusíaco?
En
realidad si tenemos en cuenta que San Mateo agrupó su Evangelio por
temas y no por orden cronológico la respuesta salta a la vista. En su capítulo
X Mt reunió diversos discursos de Nuestro Señor relativo tanto a la predicación
(en la cual incluye cosas dichas en dos sucesos diferentes: la
misión de los Apóstoles y de los 72 discípulos) cuanto a la predicción de
persecuciones en general, incluyendo de nuevo la oposición que iban a
sufrir tanto ellos como los demás predicadores hasta el fin del siglo, para
luego terminar (vers. 32 ss.) con las exhortaciones y consuelos.
La nota
explicativa del P. Leal es muy instructiva a este respecto. Comentando
el capítulo X de Mt dice: “El texto
de San Mateo es bastante más largo que el (paralelo) de Mc-Lc.
La razón es porque Mt ha reunido enseñanzas que pertenecen a diversas
ocasiones. Se puede decir que el texto paralelo con Mc. VI, 7-13 y Lc.
IX, 1-6 no es nada más que Mt X, 1.5-15. Es decir lo que se refiere
a la primera misión histórica de los Doce. Misión encerrada en el territorio
estricto de Israel” y luego agrega: “es posible que algunas de las mismas
enseñanzas que se encierran en esta primera parte de Mt (vers. 5-7.10.15-16)
pertenezcan también a otro contexto. Cf. Lc. X, 3-12 que pone estas
enseñanzas en la misión de los 72.
La
segunda parte de Mt X, 17-23 no tiene ya paralelo en Mc-Lc
(léase: “en los lugares paralelos que corresponderían a Mc. 6 y Lc 9
y 10” ). Son
todas instrucciones que suponen otra misión posterior, la misión universal,
que debían cumplir los apóstoles después de la muerte de Jesús. Por esto
se habla en ella de reyes y naciones.”[2]
J.
Schmid concuerda
también al afirmar: “los v. 17-22 tienen su paralelo en Mc. XIII,
9-13, esto es, en el discurso de la Parusía[3].
Sólo Mc. XIII, 10 tenía que ser suprimido aquí, por no convenir con el
tema, para ser utilizado luego en XXIV, 14. Pero el agregado “y ante los
gentiles” (después de “para dar testimonio ante ellos”) en el v. 18 es
una reminiscencia de ello. Mateo ha sacado pues realmente esta perícopa del
discurso de la parusía y la ha colocado en el discurso de los discípulos. Ello
queda probado por la observación de que Mateo lo vuelve a utilizar en el lugar
por la concordancia casi literal del texto con Mc. XIII, 9-13, así como
paralelo a Mc XIII (Mt XXIV, 9-14), ofreciéndolo allí en forma más abreviada y
con grandes diferencias en cuanto a la letra del texto, ya que tampoco quería
suprimirlo del todo en el discurso de la parusía. La situación que el
pasaje presupone es también, según opinión general, mucho peor y más peligrosa
que la que pueda imaginarse para la época de la primera misión de los doce,
traspasando, especialmente en el v. 18 el horizonte de la misma que,
como es sabido, estuvo limitada a Palestina (cf. v 5 s.). Las
persecuciones de parte de tribunales judíos y gentiles aquí anunciadas van
referidas, además, no sólo a los doce, sino a los discípulos de Jesús en
sentido amplio, esto es a los cristianos en su totalidad. A ellos va dirigida
también, pues, la promesa del Espíritu, que les hará encontrar las palabras
adecuadas en la hora de la cuenta ante el tribunal. La situación de la misión
de los discípulos no cuenta, pues aquí ya no se trata en esta parte del
discurso de Mateo (ni en los versos siguientes hasta el v. 39) de
un discurso de misión, sino de una instrucción dirigida a los discípulos.”[4]
En su
comentario a Mt. XXIV, 9-13 añade
esta importante explicación: “Este pasaje es especialmente instructivo sobre
el procedimiento de composición literaria en Mateo, quien, por referirse a las
persecuciones que esperan a los discípulos, lo ha introducido en forma que
coincide al pie de la letra con el texto de Marcos XIII, 9-13, en el discurso
dirigido a los discípulos (X, 17-21). A pesar de ello, no quiere suprimirlo en
su discurso escatológico, aunque, de hacerlo, no habría ruptura en el hilo
del discurso, y el v. 15 podría ir muy bien después del v. 8. Pero
para evitar una repetición literal del mismo, lo ofrece en una forma nueva,
debida a su propia redacción. Esta manera de proceder la encontramos repetida
en IX, 32s = XII, 22-24.
El v. 9
corresponde, en cuanto a su contenido y, en parte, en cuanto a la forma, con Mt
XIII, 9.13, pero con la importante diferencia que el texto de Mateo se refiere
exclusivamente a persecuciones de parte de los paganos, sin que se aluda
ya para nada a persecuciones realizadas por los judíos. El v. 11 anticipa casi
literalmente el v. 24 (= Mc. XIII, 22) y alude seguramente a la actividad de
los herejes. El v. 13 corresponde a Mc. XIII, 13b, tiñéndose de un tono
parenético tras el v. 12. El v. 14 = Mc. XIII, 10. El v. 10 tiene aún
contactos, en su contenido, con Mc. XIII, 12, pero va referido a desavenencias
en el interior de la comunidad cristiana de los fieles. Del todo nuevo es el v.
12”.
Y luego
comentando Lc. XXI, 12-19 dice: “Toda
la perícopa ofrece notables diferencias con el texto de Marcos, no sólo en su
forma, sino también en el espíritu que la anima. En Marcos se mueve dentro de
un ambiente en extremo sombrío: los discípulos tienen que soportar el odio de
todos hasta sus últimas consecuencias. Sólo así pueden conseguir la salvación.
El texto de Lucas respira, en cambio, un aire mucho más optimista, casi de
triunfo, que no se destruye sino en apariencia en el v. 16s. También en él
les son anunciadas persecuciones a los discípulos, pero sin que se piense, por
ello, en la muerte como término de su testimonio”, para luego terminar:
“El v. 13 tiene un sentido y un tono distinto al “como testimonio para
ellos” de Mc. XIII, 9. La persecución de parte de autoridades judías[5] y paganas[6] se
convertirá para los discípulos en honrosa oportunidad para dar testimonio del
Evangelio (al martirio no se hace aquí referencia alguna).
En los v.
14s da Lucas una formulación totalmente nueva al pensamiento de Mc.
XIII, 11, para no repetir de manera casi literal XII, 11s. La forma
del v. 15 muestra contactos con Act. VI, 10, de lo que se deduce
que aquí Lucas tiene ante los ojos, entre otras cosas la lapidación de Esteban”.
Con lo
cual vemos en Mt una vez más el mismo procedimiento.
Analicemos
primero los textos de Mt y Mc para luego comparar sus diferencias
con las de Lc.
Si
observamos bien vamos a ver que los siguientes lugares son completamente paralelos
en los capítulos X de Mt y XIII de Mc:
Mt.
17-18 = Mc. 9-10.
Mt.
19-20 = Mc. 11.
Mt.
21-22 = Mc. 12-13.
La
única diferencia estaría en el hecho de que Mt. dice “en testimonio
para ellos y las naciones” y Mc. es más completo “para dar
testimonio ante ellos. Y es necesario primero que a todas las naciones sea
proclamado el Evangelio” pero la diferencia no es difícil de explicar. Si
recordamos que Mt ha hecho su Evangelio por temas, y no así Mc.
es lógico suponer que su sermón es el original y que San Mateo lo
modificó un poco. Básicamente lo que hizo fue lo siguiente:
1) A los versículos 9-12 de Mc los
trasladó a X, 17-22 resumiendo el pasaje “es necesario primero que a
todas las naciones sea proclamado el Evangelio” con la frase “en testimonio
para las naciones”.
2) En lugar desto en el capítulo XXIV
resumió en los versículos 9, 13 y 14 lo que Mc dijo en 9-12,
como puede verse en el hecho de que Mt. XXIV 9b y 13 es igual a Mc.
13, 13.
¿Y los versículos
10 a 12?
Estos versículos fueron pronunciados por Nuestro Señor en otra ocasión y
trasladados aquí por Mt. aunque no tienen paralelos en los demás
Evangelios.[7]
Hasta
aquí el análisis de las diferencias en los textos. Nos queda por explicar las repeticiones
de Lc. XII, 11 s y XVII, 23 con Lc. XXI, pero lo dejaremos
para el siguiente post.
Vale!
[1] M. Brunec C.D.B. Sermo Eschatologicus,
(Verbum Domini, XXX (1952) p.
269. Paréntesis nuestros.
[3] “En Lc., los v. 19s se
encuentran, además del discurso de la parusía, también en XII, 11s”
(Nota del Autor).
Está claro por lo
dicho hasta aquí que no compartimos esta opinión ya que creemos que Lc. XXI,
16-17 se refiere a las persecuciones anteriores a la destrucción del
Templo, mientras que Lc. XII, 11-12 es una cita del Discurso Parusíaco
traído por los otros dos sinópticos. De todas formas es este un punto menor en
la argumentación del P. Schmid.
[7] La afirmación de que Mt. trajo partes
de otros discursos de Nuestro Señor al cap. XXIV quedará más claro hacia
el final del estudio. De todas formas no debe negarse a priori que Mt.
así como pudo sacar parte del sermón Parusíaco y trasladarlo al cap. X,
también pudo citar cosas dichas por Jesús en otra ocasión y traerlas a
su cap. XXIV ratione
materiae.