16. No tendrán
hambre ya, ni tendrán sed ya ni caerá sobre ellos el sol ni ardor alguno.
Concordancias:
ἥλιος (sol): cfr. Mt. XIII, 6 (= persecución).43;
Mc. IV, 6 (= persecución) Apoc.
XVI, 8 (cuarta Copa); XXI, 23;
XXII, 5. Ver Mt. XVII, 12; XXIV, 29;
Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25; Hech. II, 20. Apoc. I, 16; VI, 12; VII, 2; VIII, 12;
IX, 2; X, 1; XII, 1; XVI, 12; XIX, 17.
καῦμα (ardor): cfr. Apoc. XVI, 9 (cuarta Copa).
Notas
Lingüísticas:
Zerwick: “οὐδὲ μὴ (como οὐ
μὴ): con conjuntivo, enfática negación de una cosa futura”.
Allo: "καῦμα (ardor),
sinónimo del καύσων (siroco)".
Cfr. Mt. XX, 12; Lc. XII,
55 y Sant. I, 11.
Citas
Bíblicas:
Parecida promesa vemos hecha a la
Mujer que huye al desierto y a los cautivos de Israel cuando
vuelven una vez tras el fin de su destierro[1]:
Sal. CXX, 5-7: “… es Yahvé quien te
custodia; Yahvé es tu umbráculo y se mantiene a tu derecha. De día no te
dañará el sol, ni de noche la luna. Presérvete Yahvé de todo mal, Él guarde
tu alma. Yahvé custodiará tu salida y tu llegada, ahora y para siempre”.
Is. XLIX, 9-12: “… en el camino
encontrarán con qué alimentarse, y sobre todos los cerros (hallarán) su
pasto. No tendrán hambre ni sed, no les molestará viento solano ni sol;
porque los conducirá Aquel que de ellos se ha apiadado, y a manantiales de agua
los llevará. Convertiré en caminos todos mis montes, y mis calzadas se
alzarán. Mira cómo vienen de lejos; estos del norte y del oeste y aquellos de
la tierra de Sinim”.
Comentario:
Parecería que la cuarta Copa es
un castigo proporcional a estos sufrimientos de los mártires del Anticristo.
Estos parecen ser los males físicos
característicos de los mártires del Anticristo.
Allo: "ἀνὰ μέσον aquí no quiere decir
"entre" como de costumbre, sino "en medio de", como ἐν μέσῳ".
Allo: "El título de
"pastor" había sido dado a Yahvé en Sal. XXII, 1 ss; LXXIX, 1; Is. XL,
11; Ez. XXXIV, 23. La
misma imagen se aplica en otra parte al Mesías, II, 25; XII, 5; XIX, 15, pero en otro sentido totalmente diferente,
inspirado en el Sal. II, 9, el de la
dominación sobre los enemigos".
Fillion:
"Todo este pasaje está tomado de Is.
XLIX, 9-10, con ligeras modificaciones. Las últimas palabras, y borrará
Dios, provienen de otro oráculo de Isaías
XXV, 8. San Juan reemplaza las palabras "miserator ejus" del
profeta por "El Cordero que está en medio…".
[1] Sobre la existencia actual del cautiverio
de Israel y su fin recién con la Parusía, nada mejor que Lacunza
en su Fenómeno VII: “Babilonia y sus cautivos”.