jueves, 27 de junio de 2019

Algunas Notas a Apocalipsis VII, 16


16. No tendrán hambre ya, ni tendrán sed ya ni caerá sobre ellos el sol ni ardor alguno.

Concordancias:

ἥλιος (sol): cfr. Mt. XIII, 6 (= persecución).43; Mc. IV, 6 (= persecución) Apoc. XVI, 8 (cuarta Copa); XXI, 23; XXII, 5. Ver Mt. XVII, 12; XXIV, 29; Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25; Hech. II, 20. Apoc. I, 16; VI, 12; VII, 2; VIII, 12; IX, 2; X, 1; XII, 1; XVI, 12; XIX, 17.

καῦμα (ardor): cfr. Apoc. XVI, 9 (cuarta Copa).


Notas Lingüísticas:

Zerwick: “οὐδὲ μὴ (como οὐ μὴ): con conjuntivo, enfática negación de una cosa futura”.

Allo: "καῦμα (ardor), sinónimo del καύσων (siroco)".

Cfr. Mt. XX, 12; Lc. XII, 55 y Sant. I, 11.


Citas Bíblicas:

Parecida promesa vemos hecha a la Mujer que huye al desierto y a los cautivos de Israel cuando vuelven una vez tras el fin de su destierro[1]:

Sal. CXX, 5-7: “… es Yahvé quien te custodia; Yahvé es tu umbráculo y se mantiene a tu derecha. De día no te dañará el sol, ni de noche la luna. Presérvete Yahvé de todo mal, Él guarde tu alma. Yahvé custodiará tu salida y tu llegada, ahora y para siempre”.

Is. XLIX, 9-12: “… en el camino encontrarán con qué alimentarse, y sobre todos los cerros (hallarán) su pasto. No tendrán hambre ni sed, no les molestará viento solano ni sol; porque los conducirá Aquel que de ellos se ha apiadado, y a manantiales de agua los llevará. Convertiré en caminos todos mis montes, y mis calzadas se alzarán. Mira cómo vienen de lejos; estos del norte y del oeste y aquellos de la tierra de Sinim”.


Comentario:

Parecería que la cuarta Copa es un castigo proporcional a estos sufrimientos de los mártires del Anticristo.

Estos parecen ser los males físicos característicos de los mártires del Anticristo.

Allo: "ἀνὰ μέσον aquí no quiere decir "entre" como de costumbre, sino "en medio de", como ἐν μέσῳ".

Allo: "El título de "pastor" había sido dado a Yahvé en Sal. XXII, 1 ss; LXXIX, 1; Is. XL, 11; Ez. XXXIV, 23. La misma imagen se aplica en otra parte al Mesías, II, 25; XII, 5; XIX, 15, pero en otro sentido totalmente diferente, inspirado en el Sal. II, 9, el de la dominación sobre los enemigos".

Fillion: "Todo este pasaje está tomado de Is. XLIX, 9-10, con ligeras modificaciones. Las últimas palabras, y borrará Dios, provienen de otro oráculo de Isaías XXV, 8. San Juan reemplaza las palabras "miserator ejus" del profeta por "El Cordero que está en medio…".



[1] Sobre la existencia actual del cautiverio de Israel y su fin recién con la Parusía, nada mejor que Lacunza en su Fenómeno VII: “Babilonia y sus cautivos”.