jueves, 11 de abril de 2019

Algunas Notas a Apocalipsis VI, 13-15


13. Y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera arroja sus brevas, por un viento grande sacudida.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: "βάλλει: arroja, deja caer".

Jünemann: “… como una higuera arroja sus higos invernizos…”.

Allo: "La caída de los ὀλύνθους, de los higos que no maduran, se produce al fin del invierno".


Citas Bíblicas:

Is. XXXIV, 1-4: “Acercaos oh naciones, para oír; pueblos escuchad. Oiga la tierra y cuanto se contiene en ella, el orbe y cuanto en él tiene vida. Pues Yahvé está indignado contra todas las naciones e irritado contra todo su ejército; las ha destinado al exterminio, las ha entregado al matadero. Sus muertos serán arrojados, sus cadáveres exhalarán hedor, y los montes se derretirán en su sangre. Se disolverá toda la milicia celestial; se arrollarán como un libro los cielos, y todo su ejército cae como la hoja de la vid, cual hoja de la higuera”.

Sobre la milicia de los cielos cfr. Mt. XXIV, 29; Is. XIII, 10; Ez. XXXII, 7; Joel II, 10; III, 15; Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25.

Sobre las brevas cfr. Nah. III, 12.


14. Y el cielo fue retirado como un libro que se arrolla y todo monte e isla de sus lugares se movieron.

Citas Bíblicas:

Cfr. Sal. CIII, 27; Is. XIII, 13; XL, 22; LIV, 10; Jer. IV, 23 ss; Nah. I, 5 y Heb. I, 12; II Ped. III, 10.


Comentario:

En XIX, 11 el cielo es abierto para la batalla del Harmagedón contra la Bestia y el Falso Profeta, y aquí, para el juicio de las Naciones, el cielo es retirado.

Scío: “Un libro, o pergamino envuelto en su cilindro no puede leerse ni verse: así, el cielo cubierto de negros vapores, no podrá ya verse ni descubrirse; quiere decir que padecerán los cuerpos celestes una gran alteración y trastornos en sus movimientos (Is. XXXIV, 4)”. Citado por Straubinger (Vulg.).

Mills[1] (citado por Garland): "A fin de asegurarse que no haya ningún malentendido sobre el origen de estos desastres, Dios va a abrir los cielos por un instante y se les va a mostrar a las personas en la tierra a Dios y al Cordero en sus tronos (VI, 16). Apocalipsis VI, 14 da la imagen de un rollo extendido que se enrolla rápidamente; los dos extremos se recogen como un resorte, sobre la vara a la cual está unida el rollo. De repente la tierra puede ver el Cielo como lo hizo Esteban en Hechos VII, 56. El hombre vé al sentado en el Trono y al Cordero. Los hombres sabrán que están experimentando la ira de Dios, y este conocimiento va a ser incluso más aterrador que las grandes catástrofes naturales que hayan sufrido".


15. Y los reyes de la tierra y los magnates y los tribunos y los ricos y los fuertes y todo siervo y libre se escondieron en las cuevas y en las peñas de los montes.

Comentario:

Notar las siete clases de grupos.

Garland: "Estos son los reyes que no "besaron al Hijo, a fin de que no se irrite y perezcáis en el camino, cuando su ira se encienda pronto" (Sal. II, 12). Estos son los "reyes de la tierra que fornicaron y vivieron en el lujo" con Babilonia, que fueron gobernados por ella, pero la llorarán (Apoc. XVII, 2.18; XVIII, 3.9). Estos son los reyes que "se congregan… para la batalla del gran día del Dios Omnipotente" (Apoc. XVI, 14; XIX, 19). Aquí, son "congregados como se junta a los presos en la mazmorra y serán encerrados en la prisión" (Is. XXIV, 21-22)".



[1] Mills, Revelations: An Exegetical Study of the Revelation to John.