13. Y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera arroja
sus brevas, por un viento grande sacudida.
Notas Lingüísticas:
Zerwick:
"βάλλει:
arroja, deja caer".
Jünemann:
“… como una higuera arroja sus higos invernizos…”.
Allo:
"La caída de los ὀλύνθους, de
los higos que no maduran, se produce al fin del invierno".
Citas Bíblicas:
Is. XXXIV, 1-4:
“Acercaos oh naciones, para oír; pueblos escuchad. Oiga la tierra y
cuanto se contiene en ella, el orbe y cuanto en él tiene vida. Pues Yahvé
está indignado contra todas las naciones e irritado contra todo su
ejército; las ha destinado al exterminio, las ha entregado al matadero.
Sus muertos serán arrojados, sus cadáveres exhalarán hedor, y los montes se
derretirán en su sangre. Se disolverá toda la milicia celestial; se
arrollarán como un libro los cielos, y todo su ejército cae como la hoja de la
vid, cual hoja de la higuera”.
Sobre
la milicia de los cielos cfr. Mt. XXIV, 29; Is. XIII,
10; Ez. XXXII, 7; Joel II, 10; III, 15; Mc. XIII, 24; Lc. XXI, 25.
Sobre
las brevas cfr. Nah. III, 12.
14. Y el cielo fue retirado como un libro que se arrolla y todo monte e
isla de sus lugares se movieron.
Citas Bíblicas:
Cfr. Sal.
CIII,
27; Is. XIII, 13; XL, 22; LIV, 10; Jer. IV,
23 ss; Nah. I, 5 y Heb. I, 12; II Ped. III, 10.
Comentario:
En XIX, 11 el cielo es abierto
para la batalla del Harmagedón contra la Bestia y el Falso Profeta, y aquí,
para el juicio de las Naciones, el cielo es retirado.
Scío:
“Un libro, o pergamino envuelto en su cilindro no puede leerse ni verse: así, el
cielo cubierto de negros vapores, no podrá ya verse ni descubrirse; quiere
decir que padecerán los cuerpos celestes una gran alteración y trastornos en
sus movimientos (Is. XXXIV, 4)”. Citado por Straubinger (Vulg.).
Mills[1]
(citado por Garland): "A fin de asegurarse que no haya ningún malentendido
sobre el origen de estos desastres, Dios va a abrir los cielos por un
instante y se les va a mostrar a las personas en la tierra a Dios y al Cordero
en sus tronos (VI, 16). Apocalipsis VI, 14 da la imagen de un rollo
extendido que se enrolla rápidamente; los dos extremos se recogen como un
resorte, sobre la vara a la cual está unida el rollo. De repente la tierra
puede ver el Cielo como lo hizo Esteban en Hechos VII, 56. El hombre vé al
sentado en el Trono y al Cordero. Los hombres sabrán que están
experimentando la ira de Dios, y este conocimiento va a ser incluso más
aterrador que las grandes catástrofes naturales que hayan sufrido".
15. Y los reyes de la tierra y los magnates y los tribunos y los ricos y
los fuertes y todo siervo y libre se escondieron en las cuevas y en las peñas
de los montes.
Comentario:
Notar
las siete clases de grupos.
Garland:
"Estos son los reyes que no "besaron al Hijo, a fin de que no se
irrite y perezcáis en el camino, cuando su ira se encienda pronto" (Sal.
II, 12). Estos son los "reyes de la tierra que fornicaron y vivieron
en el lujo" con Babilonia, que fueron gobernados por ella, pero la
llorarán (Apoc. XVII, 2.18; XVIII, 3.9). Estos son los reyes que
"se congregan… para la batalla del gran día del Dios Omnipotente" (Apoc.
XVI, 14; XIX, 19). Aquí, son "congregados como se junta a los
presos en la mazmorra y serán encerrados en la prisión" (Is. XXIV,
21-22)".
[1] Mills, Revelations: An Exegetical Study of the
Revelation to John.