viernes, 2 de junio de 2023

Algunas notas a Apocalipsis XIV, 5

 5. Y en su boca no se halló mentira: inmaculados son. 

Concordancias: 

Στόματί (boca): cfr. Apoc. I, 16; II, 16; III, 16; XIX, 15.21 (Verbo); IX, 17-19 (sexta Trompeta); X, 9-10 (San Juan); XI, 5 (dos Testigos); XII, 15-16 (Dragón); XIII, 2.5-6 (Bestia); XVI, 13 (Dragón - Bestia del Mar – Falso Profeta). 

Εὑρέθη (se halló): Ver Apoc. II, 2; III, 2; V, 4; IX, 6; XII, 8; XVI, 20; XVIII, 14.21-22.24; XX, 11.15. 

Ψεῦδος (mentira): cfr. Jn. VIII, 44; Rom. I, 25; Ef. IV, 25; II Tes. II, 9.11; I Jn. II, 21.27; Apoc. XXI, 27; XXII, 5. Ver Mt. V, 11; Apoc. II, 2; III, 9; XXI, 8. 

Ἄμωμοί (irreprochables): Hapax en el Apoc. cfr. Ef. I, 4; V, 27; Fil. II, 15; Col. I, 22; Heb. IX, 14; I Ped. I, 19; Jud. I, 24. 

 

Citas Bíblicas: 

El Sal. XIV parece referirse a estos versículos: 

Jehová, ¿quién podrá morar en tu Tabernáculo?

¿Quién habitará en tu santo monte?

2. El que procede sin tacha

y obra justicia

y piensa verdad en su corazón,

3. cuya lengua no calumnia,

que no hace mal a su semejante,

ni infiere injuria a su prójimo;

4. que tiene por despreciable al réprobo,

y honra en cambio

a los temerosos de Jehová;

que no vuelve atrás,

aunque haya jurado en perjuicio propio;

5. que no presta su dinero a usura,

ni recibe sobornos contra el inocente.

6. El que así vive

no será conmovido jamás. 

Is. LIII, 9: “Se le asignó sepultura entre los impíos, y en su muerte está con el rico, aunque no cometió injusticia, ni hubo engaño en su boca”. 

 

Comentario: 

Biblia de Jerusalén: “No se halló mentira: invocando a los falsos dioses, a la Bestia”. 

Bartina: “Los 144.000 que están con el Cordero no tienen mancha (ἄμωμοί εἰσιν). Las reses que habían de ofrecerse a Jehová, habían de ser íntegras corporalmente (Lev. I, 3.10, LXX ἄμωμον) y los Profetas reprenden duramente el abuso contrario, haciendo notar que el animal que no se ofrecería al rey por sus defectos no puede ofrecerse a Dios (Mal. I, 7-9). Aquí la expresión se ha de entender evidentemente de una perfección sin tacha espiritual y religiosa (I Ped. I, 19; Heb. IX, 14)”. 

Charles: “ἄμωμος (inmaculado): describe mejor el carácter de las “primicias”; en los LXX, tres veces sobre cuatro hace referencia a los sacrificios y afirma la perfección de la víctima. Se trata de lo que no tiene culpa, lo que es perfecto en cuanto al sacrificio. En I Ped. I, 19 el mismo Cristo es descrito como “Cordero sin tacha” y en Heb. IX, 14 que se ofrece a Sí mismo sin mácula a Dios (…) En los otros cinco pasajes donde ocurre la cláusula tiene un sentido ético y connota “sin falta”. 

Swete: “Detrás de todos esos usos de la palabra reposa la tradición del griego del A.T. en el cual “inmaculado” es un término levítico para los sacrificios que no están viciados por ningún defecto que los hace impropios para ser ofrecidos (…) De aquí que “inmaculados” en el griego bíblico no es tanto “sin culpa” como “sin tacha”, perfectos en sentido sacrificial”. 

Comblin: “Son llamados sin mancha, como estaba prescrito tocante al cordero pascual (I Ped. I, 19; Lev. XXIII, 12.18). En virtud del paralelismo tan estrecho entre los elegidos y su pastor podemos estar ciertos de que el cordero de XIV, 1 es un cordero pascual”. 

Bauckham: “Este pasaje (Apocalipsis XIV, 1-5) pertenece a una sección (XII, 1-XIV, 5) en la que Juan describe a los combatientes de la guerra escatológica. La trinidad satánica formada por el dragón, el monstruo del mar y el monstruo de la tierra se presenta como una guerra exitosa contra el pueblo de Dios (XII, 17; XIII, 7). Pero en XIV, 1 el Cordero y sus seguidores se oponen a ellos en el Monte Sión. El hecho de que estos últimos sean llamados aquí los 144.000 puede parecer sorprendente después de su reinterpretación como la hueste innumerable en VII, 9. Pero el uso es paralelo al uso continuado por Juan de "Raíz de David" como título mesiánico para Jesús en XXII, 16, incluso después de su reinterpretación por la visión del Cordero en V, 5-6. Al reinterpretar al Mesías militante y a su ejército, Juan no pretende simplemente dejar de lado las esperanzas de triunfo escatológico de Israel: en el Cordero y sus seguidores estas esperanzas se cumplen y se transforman. El Cordero vence realmente, aunque no por la fuerza de las armas, y sus seguidores realmente comparten su victoria, aunque no por medio de la violencia. La combinación del Cordero y de los 144.000 expresa el sentido de que hay una guerra santa que debe librarse, pero que debe librarse y ganarse con la muerte sacrificial.

La referencia al monte Sión es una alusión al Salmo II (v. 5), uno de los textos clave del Apocalipsis en el Antiguo Testamento (cf. Apoc. II, 26-27; VI, 15; XI, 15.18; XII, 5; XIX, 15), ya que describe el triunfo del rey mesiánico sobre las naciones hostiles… El paso de la visión (Apoc. XIV, 1) a la audición (XIV, 2) efectúa un traslado de la tierra al cielo para retratar inmediatamente el triunfo, que en el Apocalipsis siempre está en el cielo, hasta la apertura del cielo en la parusía (XIX, 11). El relato del cántico celestial recuerda los relatos anteriores del triunfo del Cordero (V, 6-14) y del triunfo de sus seguidores (VII, 9-12), y, sobre todo con referencia a V, 8-9 (arpas, cántico nuevo, rescatados), representa a los 144.000 participando en la victoria del Redentor y entonando así su cántico de victoria. Para relatos comparables de celebraciones tras la victoria en la guerra santa, ver II Par. XX, 28; Sal. CXLIV, 9-10; I Mac. XIII, 51; 1QM IV, 4-5. El término "canto nuevo" es la terminología de la guerra santa para un himno en alabanza de una nueva victoria del Guerrero divino sobre sus enemigos (Salmos XCVIII, 1-3; CXLIV, 9; Is. XLII, 10-13; Jud. XVI, 2-3).

En la forma habitual de explicar una visión (cf. por ejemplo, VII, 14; XI, 4), el v. 4 contiene tres afirmaciones identificativas. La primera es la que más dificultades ha causado, pero es fácilmente explicable cuando recordamos que los 144.000 son un ejército que lucha en la batalla del Señor. Es por esta razón que son todos hombres adultos (mientras que los mártires a los que simbolizan incluyen, por supuesto, a mujeres y niños), y es por esta razón que se mantienen libres de la profanación cultual incurrida a través de las relaciones sexuales (para ἐμολύνθησαν sobre profanación ritual, ver, por ejemplo, Is. LXV, 4, LXX). La referencia es a la antigua exigencia de pureza ritual en el ejército del Señor (cf. Deut. XXIII, 9-14), que exigía a las tropas de David abstenerse de toda relación sexual mientras estaban en campaña (I Sam XXI, 5; II Sam XI, 9-13)

La primera declaración identificadora establece una cualificación de los 144.000 para las segunda y tercera declaraciones identificadoras. El hecho de que sigan al Cordero dondequiera que vaya implica su fidelidad hasta la muerte, ya que el Cordero fue llevado al matadero (Is. LIII, 7; Apoc. V, 6). En consecuencia, son ofrecidos como sacrificios a Dios. Por lo tanto, las tres afirmaciones del v. 4 pasan de la imagen de la guerra santa a la de los sacrificios, al igual que la afirmación original de Juan sobre la victoria del Cordero (V, 5-6)

La frase final (inmaculados son) describe la probidad moral bajo una metáfora que podría aplicarse tanto a los guerreros santos como a las víctimas del sacrificio. 1 QM excluye del ejército a cualquiera que tenga un defecto físico (VII, 4), y extrae su lista de tales personas de Lev. XXI, 17-21, donde se refiere a los defectos que descalifican a los levitas para servir en el sacerdocio. 1 QM exige, pues, para los soldados de la guerra santa la misma perfección física ceremonial que se exigía a los sacerdotes. La palabra utilizada para "defecto corporal" o "mancha" en IQM 7:4 y Lev. XXI, 17-18 es מ֔וּם, traducida en la Septuaginta de Lev. XXI como μῶμος. Así pues, ἄμωμοί (sin defecto físico) en Apoc. XIV, 5 podría especificar la calificación para luchar en el ejército del Cordero. Pero, por supuesto, podría referirse igualmente a la perfección física requerida en los animales de sacrificio (por ejemplo, Éx. XXIX, 38; Lev. I, 3; III, 1; Heb. IX, 14; I Ped. I, 19). En una descripción de los soldados del Cordero que ganan su victoria mediante la muerte sacrificial, la ambigüedad es seguramente intencionada”. 

Muñoz León: “No han mentido (en su boca no se encontró mentira; cf. Núm. XXIII, 21). En el Targum el término “mentira” se emplea para designar el culto a los falsos dioses”. 

Muñoz León: “La función de esta visión (para algunos la quinta de un septenario de señales y visiones) es presentar los personajes y elementos del contraataque, es decir, del juicio divino sobre las Bestias mediante la intervención del Mesías”.