miércoles, 22 de enero de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis X, 7-8


7. sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando vaya a trompetear, también se consumó el misterio de Dios como evangelizó a sus siervos los profetas.

Concordancias:

ἐτελέσθη (se consumó): cfr. Mt. VII, 28; X, 23; XI, 1; XIII 53; XIX, 1; XXVI, 1; Lc. XII, 50; XVIII, 31; XXII, 37; Jn. XIX, 28.30; Hech. XIII, 29; II Tim. IV, 7; Apoc. XI, 7; XV, 1.8; XVII, 17; XX, 3.5.7.

εὐηγγέλισεν (evangelizó): cfr. Mt. XI, 5; Lc. III, 18; IV 18.43; VII, 22; VIII, 1; IX, 6; XVI, 16; XX, 1; Apoc. XIV, 6.

δούλους τοὺς προφήτας (siervos los profetas): cfr. Apoc. XI, 18; XXII, 6.


Notas Lingüísticas:

Zerwick: "καὶ ("y", después de trompeta): ¿Apódosis?[1] Hebraísmo".

Allo: "καὶ como apódosis, hebraísmo, podría ser, como lo indica Bousset, el waw, consecutivo antes del perfecto con el sentido de futuro".   


Citas Bíblicas:

Amós III, 7: "Pues Yahvé, el Señor, no hará nada sin revelar su secreto a sus siervos los profetas".


Comentario:

Se consumó: es decir, terminó el ministerio de los dos Testigos. En los lugares paralelos se vé siempre que la consumación trata de una prédica o profecía.


Ἐτελέσθη: en el sentido de terminado o completado, y no en el sentido técnico de συντέλεια. Cfr. el comentario de Caballero Sánchez a XVI, 2.

Straubinger: “sobre esto que San Pablo llama por antonomasia el misterio, véase Mt. XXIV, 14; Rom. XVI, 25; Ef. I, 1 ss; III, 1-12; Col. I, 26; I Ped. I, 10 ss y las notas respectivas”.

Gelin: “Después de la interrupción de los Truenos, el ángel fuerte continúa su misión. La proclamación que acaba de hacer interesa a todo el universo: por eso para jurar toca las tres partes: tierra, mar y cielo. Desde ahora se sabe que la hora de la consumación será marcado por la séptima trompeta (3er ay: XI, 15-19), que introduce todo el período final. Este período verá el advenimiento efectivo y reconocido de la soberanía divina. Satanás y sus agentes los Anticristos serán destruidos (XI, 17-18)… Plan grandioso llamado, en razón de su carácter secreto, el misterio de Dios. Se halla en Ef. I, 9-11 y Col. II, 2 la misma expresión y concepción: el plan divino comporta la unificación de todas las cosas bajo el Cristo que las reúne…”.

Fillion: “Sed in diebus… el plural diebus indica que esta época será un período de una cierta duración...”.

Fillion: "Consummabitur: En aoristo profético en griego; el hecho está como ya realizado por el ángel".

Charles: "καὶ ἐτελέσθη: esto puede explicarse como un hebraísmo o como un aoristo de anticipación, "en los días cuando el tercer[2] ángel sonará la trompeta, entonces el secreto de Dios está terminado". Καὶ introduce la apódosis en XIV, 6".

Comblin: “La sección IV-XX del Apocalipsis parece dividirse en dos partes. Tenemos en primer lugar la evocación del misterio que han anunciado los profetas[3]; se trata del anuncio del reino de Dios para la salvación del resto de Israel en medio de los acontecimientos escatológicos. San Juan renueva, pues, en la primera parte, los oráculos y las visiones de los profetas[4].


8. Y la voz que oí del cielo, (la oí) de nuevo hablando conmigo y diciendo: “Ve, toma el libro, el abierto, (que está) en la mano del ángel, el que está de pie sobre el mar y sobre la tierra”.

Notas Lingüísticas:

Charles: "La expresión Ὕπαγε λάβε (ve y toma) es un hebraísmo y reproduce exactamente la cláusula en Gen. XXVII, 13; Os. I, 2. Cfr. Gen. XXIX, 7; XXXVII, 14, en total 57 veces. Ocurre también en Mt. V, 24; VIII, 4; XIX, 21, etc. Jn. IV, 16; IX, 7".


Citas Bíblicas:

Ez. II, 7- III, 9: "Les dirás mis palabras, ora que oigan, ora que no oigan; porque son rebeldes. Oye pues, oh hijo de hombre, lo que te voy a decir: No seas tú rebelde como esa casa de rebeldía; abre tu boca, y come lo que te voy a dar." Yo miré, y ví una mano que se tendía hacia mí, y he aquí en ella el rollo de un libro. Lo desenvolvió delante de mí, y estaba escrito por dentro y por fuera; y lo escrito en él eran cantos lúgubres, lamentaciones y ayes. Y me dijo: "Hijo de hombre, come lo que tienes delante; come, come este rollo; y anda luego y habla a la casa de Israel." Abrí, pues, mi boca, y dióme de comer aquel rollo. Y me dijo: "Hijo de hombre, con este rollo que te doy, alimentarás tu vientre y llenarás tus entrañas." Y yo lo comí, y era en mi boca dulce como miel. Y me dijo: "Hijo de hombre, anda, dirígete a la casa de Israel, y anúnciales mis palabras. Porque no eres enviado a un pueblo de habla incomprensible y lengua difícil, sino a la casa de Israel; ni mucho menos a numerosos pueblos de habla incomprensible y lengua difícil, cuyas palabras no puedas entender. Si a tales te enviara, ellos te escucharían. Mas la casa de Israel no querrá escucharte, porque no quieren escucharme a Mí, pues toda la casa de Israel tiene frente obstinada y corazón endurecido. He aquí que hago tu rostro duro contra los rostros de ellos, y tu frente dura contra sus frentes. Hago tu frente como el diamante, más dura que el pedernal; no los temas, ni tengas miedo de sus rostros, pues son una casa rebelde."


Comentario:

Esta voz es la misma del v. 4 y el ángel es San Gabriel.

Straubinger: “Comer el libro recuerda a Ez. II, 8 s; III, 1 y simboliza que el Apóstol ha de enterarse por completo de su contenido. Su gusto dulce (cf. Jer. XV, 16) y luego amargo, significa la dulzura de la divina Palabra y el horror del santo Apóstol al contemplar en espí­ritu, como en XVII, 6 y como Jesús en Getsemaní­, los abismos de la apostasí­a y sus castigos (…) Los modernos ven más bien (en este libro) las profecías que siguen desde la séptima trompeta (cfr. XI, 15 etc.), lo cual en definitiva es un desarrollo de lo anunciado por Jesús en sus predicciones escatológicas. Pirot considera en este sentido que el librito debe comprender las visiones que siguen y “que tienen el color político de los cap. XI a XX; en particular, los reyes aludidos no pueden ser sino los de XVII, 10 y 12”.



[1] En Graecitas 457 (318) el autor dice: "καὶ que corresponde al hebreo "waw de apódosis", por el cual la proposición principal (apódosis) se introduce después de la secundaria" y cita Lc. II, 21; VII, 12; Hech. I, 10; Apoc. III, 20.

[2] Dice "tercer" y no "séptimo" debido a su extraña y errónea teoría sobre las trompetas que no vale la pena detenerse a analizar.

[3] El misterio del Dios es el conjunto de los acontecimientos escatológicos que dependen de los decretos de Dios y son significados a los hombres por mediación de los profetas. Cf. Apoc. I, 20; X, 7; XVII, 5.7 (…) Es el sentido apocalíptico, del que por lo demás deriva el sentido de los evangelios y de san Pablo”.

[4]Por ello el esquema de la primera parte (VI-IX) está tan estrechamente ligado con los discursos escatológicos de los evangelios, los cuales podían representar para los primeros cristianos un como resumen de las profecías. Ver Charles”.