miércoles, 3 de enero de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVI, 16

   16. Y los congregó en el lugar, el que se llama en hebreo “Harmagedón”. 

Concordancias: 

Συνήγαγεν (congregó): cfr. Mt. III, 12; XIII, 30.47; XXII, 34.41; XXIV, 28; XXV, 24.26.32.35.38.43; XXVI, 3.57; XXVII, 17.27.62; XXVIII, 12; Mc. VII, 1; Lc. III, 17; XXII, 66; Jn. XI, 47.52; XV, 6; Hech. IV, 5.26-27.31; Apoc. XVI, 14; XIX, 17.19; XX, 8. 

Τόπον (lugar): cfr. Apoc. VI, 14; XII, 6.8.14; XVIII, 17; XX, 11. 

Καλούμενον (se llama): cfr. Apoc. I, 9; XI, 8; XII, 9; XIX, 9.11.13. 

Ἐβραϊστὶ (hebreo): cfr. Jn. V, 2; XIX, 13.17.20; XX, 6; Apoc. IX, 11. 

Ἁρ¦μαγεδών (Harmagedón): Hapax absoluto. 

 

Notas Lingüísticas: 

Charles: “Συνήγαγεν (congregó): Los substantivos neutros en plural son seguidos o por un verbo singular (VIII, 3; XIII, 14; XIV, 13; XVI, 14, etc.) o plural en el Apocalipsis, pero casi siempre por este último”. 

Allo: “El sujeto de συνήγαγεν es πνεύματα del v. 14, plural neutro”. 

Drach: “Y los congregó: ¿Cuál es el sujeto de este verbo…? Según el griego, donde el sujeto en plural neutro es seguido del verbo en singular, el sujeto sería “espíritus”, del v. 14, donde se emplea el mismo verbo”. 

 

Comentario: 

Straubinger: “Harmagedón, en hebreo: Har Megiddo, esto es, el Monte de Megiddo, situado cerca del Monte Carmelo, donde varias veces se decidió el destino de la Tierra Santa. Era el campo de batalla por excelencia. Véase Juec. V, 19; IV Rey. IX, 27; XXIII, 29. Figura aquí como lugar de una derrota definitiva, la misma que indica el triunfo de Cristo en XIX, 19 ss”. 

Allo: “¿Qué significa Ἁρμαγεδών? La forma hebraica insinúa que se trata de un símbolo (cfr. “Abaddón” de IX, 11). Casi todos reconocen que es “el monte de Megiddo” y no “la ciudad de Megiddo” (…) Este rasgo no es, sin embargo, tan misterioso. Un autor tan antiguo como Bossuet aporta una explicación que parece muy adecuada. Mageddo, en efecto, es en la historia, “el lugar donde perecen los reyes”, Sísara (Juec. IV-V); Ococías y Judá (IV Rey. IX, 27); Josías (IV Rey XXIII, 29; II Paral. XXXV, 22). La llanura cercana era un célebre campo de batalla, muchas veces sangrante; es allí donde se enfrentaron los ejércitos venidos del Norte contra los de Egipto y Palestina, y que se decidió la suerte de Siria. En particular, la muerte de Josías había vuelto este nombre lúgubre en la tradición judía (…) Zac. XII, 11 ss”. 

Bossuet: “En el lugar que se llama Armagedón, es decir en el lugar donde los grandes ejércitos son derrotados, donde los reyes perecen. Sísara y los reyes de Canaán son cortados en piezas en Mageddon (Juec. IV, 7.16; V, 19); Ocosías, rey de Judá pereció allí (IV Reg. IX, 27). Y Josías fue muerto en el mismo lugar por Necao, rey de Egipto (IV, Reg. XXIII, 29)”. 

Crampon: “Harmagedón, es decir, ciudad de Megiddo. Cfr. Juec. IV, 5; V, 19. Este nombre simbólico designa el lugar donde, por impulso de Satán y bajo el mando del Anticristo, se juntarán los reyes anticristianos a fin de librar su última batalla, la cual será para ellos un Armagedón, es decir, el teatro de una derrota irremediable”. 

Biblia de Jerusalén: “Es decir la montaña de Megiddo. Esta ciudad, lugar de la derrota del rey Josías, IV Rey. XXIII, 29 s. queda como un símbolo de desastre para los ejércitos que allí se reúnen. Cfr. Zac. XII, 11”. 

Bover: “El lugar de las grandes batallas será, simbólicamente, Harmagedón (en el llano de Esdrelón), el campo de las grandes batallas catastróficas”. 

Jünemann: “Harmagedón: destrucción”. 

Wikenhauser: “La actividad de estos espíritus diabólicos, que cuentan con la capacidad de obrar prodigios, valiéndose a veces de instrumentos humanos (I Reg. XXII, 22), logra pleno éxito. Reúnen un poderoso ejército, y lo disponen para la lucha en un lugar llamado en hebreo Harmagedón. Esta palabra, que no se lee en ninguna otra parte de toda la literatura antigua, debe traducirse muy probablemente por “montaña o montañas de Megiddó”. Megiddó (en los LXX se transcribe con la grafía Magedon y Maggedo) es una ciudad construida sobre una colina en el extremo meridional de la llanura de Esdrelón. Salomón la rodeó de grandes fortificaciones. En sus cercanías se libraron numerosas y sangrientas batallas. En concreto, fue allí donde halló la muerte el caudillo cananeo Sisara (Juec. IV-V) y donde el rey de Judá, Josías, fue herido de muerte (II Reg. XXIII, 29. Cfr. IX, 27). Posiblemente a causa de estos hechos se fue formando la idea de que “la montaña, o montañas de Magedon” (el vidente piensa en las estribaciones del monte Carmelo) servirían de punto de reunión al ejército enemigo de Dios. En el AT se encuentran las expresiones “llanura de Megiddó” (Zac. XII, 11; II Par. XXV, 22) y “las aguas de Megiddó” (Juec. V, 19), pero nunca “montaña (montañas) de Megiddó”. 

Bartina: “Se reanuda la narración interrumpida por el macarismo. Los tres espíritus inmundos (pasiones revueltas, acción política, propagandas filosóficas) conducirán (συνήγαγεν) a los ejércitos congregados (en griego el plural neutro exige el verbo en singular) hasta un real apropiado: el lugar llamado en arameo Har-Magedón (Ἁρμαγεδών). Efectivamente, el elemento har significa monte, y el siguiente es nombre propio. Se ofrecen tres cuestiones:

1. Verdadero sentido del nombre propio. Se admite comúnmente que el elemento μαγεδών corresponde al hebreo megiddó (Zac XII, 11), que los Setenta traducen, respectivamente, por Μεγεδδω, códice Vaticano (Juec. V, 19), Μαγεδδω (Jos. XVII, 11) y Μαγεδων (II Par. XXXV, 22). Esta última forma es la del Apocalipsis. Hommel y Torrey han querido ver el subyacente nombre hebreo que sería Har-Mded, o “monte de la reunión” (Is. XIV, 13). Pero Isaías habla de un monte de Dios y los suyos, probablemente el monte Casio de la literatura extra-bíblica, y otro monte semejante para los demonios y sus huestes es desconocido en los documentos escritos antiguos[1]. Por ahora es mucho más probable la primera acepción[2].

2. Lugar geográfico. La llanura de Esdrelón es espléndida. Está en plena Galilea. Al norte tiene los montes de Nazaret; algo más abajo, el Tabor; está limitada al oeste por el Mediterráneo y el Carmelo, y al este por el Jordán. Es feraz y rica. Centinelas de ese campo incomparable de batalla son las tres ciudades antiquísimas en la historia palestinense: Betsán al este, Taanak hacia el sur, y al oeste Megiddo. Megiddo es un tell o montaña artificial imponente y amplísima. Se han descubierto por lo menos veinte estratos que revelan otras tantas ciudades importantes a través de la historia[3].

3. Simbolismo del enclave. La situación privilegiada de Megiddo la hizo árbitro y dueño de las vías internacionales que iban de Egipto a Siria y de Palestina a Mesopotamia. La magnífica llanura circundante fue teatro de luchas decisivas. El general cananeo Sísara, con su invencible ejército de carros, es aniquilado por Barac y sus tropas israelitas (Juec. IV-V). Ocozías, rey de Judá, fue malherido por Jehú, el nuevo rey de Israel, y murió en Megiddo (IV Reg. IX, 27). Y el piadoso Josías, de Judá, fue muerto trágicamente en el mismo sitio por el Faraón Necao (IV Reg. XXIII, 29-30). Desde entonces la llanura de Megiddo fue lugar proverbial para simbolizar un llanto nacional (Zac. XII, 11), por ese desastre de Josías (II Par. XXXV, 20-24). El sitio por sí solo presagia una gran derrota. Mientras en la intención de las tres fieras ha de ser para la Iglesia y su fundador, en la realidad será para ellos mismos. Así, pues, la palabra “monte”, har, no se refiere a las estribaciones del Carmelo, como quieren algunos, sino al mismo tell de Megiddo, convertido en real del ejército antieclesiástico”. 

Alápide: “Dado que a Meggido se agrega aquí Ar, que no significa campo sino monte, ni es llamado Maggedo sino Armagedón, y que no aparece nunca en las Escrituras, ni los cosmógrafos jamás describieron un lugar llamado Armagedón, de aquí que parecería más probable que Armagedón es un nombre nuevo de un lugar, llamado así por un suceso del tiempo del Anticristo. Armagedón significa en hebreo dolo de la congregación del ejército o insidias o dolo de la destrucción. Pues deriva de la raíz aram, esto es, obró dolosamente, fue astuto (de aquí que orma significa dolo o astucia), y gadad, esto es, congregó el ejército, o a gada, esto es, destruyó, de donde gidon significa destruir; y así se llamó a Gedeón, porque destruyó el altar de Balaam y porque iba a destruir a los Madianitas (…) Este lugar se llama Armagedón ya que en él Dios juntará a estos reyes junto con el Anticristo, como por engaño a fin de perderlos.

O ciertamente Armagedón significa Anatema, o destrucción de la destrucción, ya que allí borrará Dios al Anticristo junto con los suyos con una completa destrucción hasta la ruina; pues cherem o chorma, o como decimos nosotros horma (de donde Num. XXI, 3), que en hebreo significa anatema, o cosa destinada y dedicada a la destrucción; gidon significa supresión y destrucción (…).

Además, es familiar a los hebreos el poner el nombre en razón del evento, sobre todo bélico. Así, el lugar en el que los cananeos fueron abatidos por los hebreos se llamó horma, Num. XXI, 3 (a lo cual tal vez alude aquí san Juan). Así, otro lugar en que los filisteos fueron vencidos por los hebreos se llamó piedra del auxilio (I Rey. VII, 12). Otro se llamó Baal pharasim, II Reg. V, 20. Otro, donde Sansón mató a mil filisteos con la quijada, pasó a llamarse Ramat lechi, es decir, elevación de la quijada, Juec. XV, 17.

Es de suponer que Harmagedón estará junto a Jerusalén y el valle de Josafat, tanto por el hecho de que, como dije en el cap. XI y de nuevo diré en el XVII, allí estará el campamento del Anticristo, como así también porque el juicio será en el valle de Josafat, como consta por Jl. III, 2; además porque Harmagedón es un nombre hebreo, por lo tanto, estará en Palestina y Judea. Además, aquí se congregarán las naciones y los reyes, pero en el sentido que los más cercanos lo harán pronto y los más lejanos tardarán más. Mientras tanto, tendrá lugar la destrucción de Babilonia que se describe en los cap. XVII, XVIII y pronto en XIX, 11. Cristo se dejará ver por el ejército, y los destrozará en el Harmagedón. Por lo tanto, no se trata aquí de histerología, como quiere Ribera, sino la correcta serie y orden de lo que sucederá”. 

Fillion: “CongregabitLos reyes sublevados creerán haberse reunido espontáneamente contra Dios; de hecho, es Dios mismo el que los congregará, para destrozarlos a todos juntos”. 

Iglesia: “Harmagedón (en hebreo har megiddô = “monte de Meguiddó”): en la llanura de Esdrelón, escenario de famosas batallas de la historia israelita (Juec. V, 19; IV Rey. IX, 27; XXIII, 29; Zac. XII, 11). Recientemente se ha sugerido considerar este nombre con sus valores numéricos; así, leído al revés, daría Nod (región desconocida, donde se estableció Caín: Gén. IV, 16) y Gomorra”. 

Drach: “Puesto que el nombre que da el escritor sagrado no existe, es preciso concluir que se trata de una denominación simbólica que, después del resultado final de la guerra, convendrá a ese lugar. La historia sagrada y profana está llena de estos nombres dados a las localidades con posterioridad, para designar el suceso que ha tenido lugar. Num. XXI, 3; Jue. XV, 17; I Rey. VII, 12; II Rey. V, 20”. 

Ribera: “Ningún expositor enseña dónde está este lugar, ni el autor de los libros de los nombres hebreos, ni podemos saber con certeza, ya que la Escritura nunca lo nombra. Sospecho, sin embargo, que el lugar está cerca de Jerusalén y del Valle de Josafat, donde tendrá lugar el juicio futuro y que en tiempos del Apóstol era obscuro, mientras que en los últimos tiempos será importante”. 

Shea: “Sin embargo, la batalla que se prepara bajo la sexta plaga se libra realmente en Apoc. XIX, 11-21. Se trata de la batalla de Armagedón, o más propiamente, la "batalla en el gran día del Dios Todopoderoso" (Apoc. XVI, 14). Esta batalla se librará cuando Cristo cabalgue desde el cielo como Rey de reyes y Señor de señores con el ejército de su hueste celestial siguiéndole. La victoria se obtendrá de manera similar, por el fuego contra la bestia y el falso profeta (Apoc. XIX, 20), y por la espada contra sus seguidores (v. 21)”.



[1] F. Hommel, Ch. C. Torrey, Armageddon: The Harvard Theological Review 31 (1938) 238-250.

[2] J. Jeremías, Ἁρ Μαγεδων: ThWNT I 467-468, con bibliografía.

[3] Megiddo se llama actualmente Tall al-Mutasallim. G. Schumacher, Tell el-Mute-sellim (Leipzig 1908); C. Warzinger, Id. (Leipzig m2g); C. Fischer, The Excavation of Armagedon (Chicago 1929); P. Guy, New Light from Armageddon (Chicago 1931); R. Lamon, G. Shipton, Megiddo: I. Seasons of 1925-1934. Strata I-IV (Chicago 1939); Id., Megiddo. II. Seasons of 1935-1939 (Chicago 1948); A. Alt, Megiddo im Übergang vom hanaaniiischen zum israelitischen Zeitalter: ZAW 60 (1944) 67-85; G. E. Wright, The Discoveries at Megiddo 1935 bis 1939: BA 13 (1950) 28-46”.