sábado, 30 de diciembre de 2023

Algunas notas a Apocalipsis XVI, 15

 15. He aquí que vengo como ladrón: bienaventurado el que vela y guarda sus vestidos, para que no ande desnudo ni vean su vergüenza. 

Concordancias: 

ἔρχομαι (vengo): cfr. Mt. VIII, 11; XXIV, 11.50; Lc. XII, 46; XIII, 29.35; Jn. VI, 37; Rom. XI, 26; Heb. X, 37; II Ped. III, 10; Apoc. II, 25; III, 9; XV, 4; XVIII, 8. Ver Mt. VI, 10; X, 23; XVI, 27-28; XXI, 9; XXIII, 39; XXIV, 30.42-44.46; XXV, 10.13.19.27.31; XXVI, 64; Mc. VIII, 38; IX, 1; XI, 9-10; XIII, 26.35-36; Lc. IX, 26; XI, 2; XII, 36-40.43.45; XIV, 17.62; XVII, 20.22; XVIII, 8; XIX, 13.23.38; XXI, 27; XXII, 18; XXIII, 42; Jn. V, 25.28; VI, 35; VII, 37; XI, 27; XII, 13; XIV, 3.18.23.28; XXI, 22-23; Hech. I, 11; I Cor. IV, 5; XI, 26; I Tes. V, 2; II Tes. I, 10; II Jn. I, 7; Jud. I, 14; Apoc. I, 7; III, 3.11; XIV, 15; XIX, 7; XXII, 7.12.17.20. Ver Hech. II, 20; I Tes. I, 10; Apoc. VI, 17; XI, 18; XIV, 7. 

Κλέπτης (ladrón): Ver Mt. XXIV, 43; Lc. XII, 39; I Tes. V, 2.4; II Ped. III, 10; Apoc. III, 3. 

Μακάριος  (Bienaventurado): cfr. Mt. V, 3-11 (ocho Bienaventuranzas); XI, 6 (escándalo); XIII, 16 (Parábola del Sembrador); XVI, 17 (San Pedro); XXIV, 46 (arrebatados); Lc. I, 45 (la Virgen); VI, 20-22 (Bienaventuranzas); VII, 23 (escándalo); X, 23 (Revelación a los pequeños); XI, 27-28 (la Virgen y los Mártires del quinto Sello); XII, 37-38.43 (arrebatados); XIV, 14-15 (Primera Resurrección - Banquete); Jn. XX, 19 (los que creen sin ver); Tito II, 13 (Esperanza); Sant. I, 12 (Tentación).25 (práctica de las buenas obras); I Ped. III, 14 y IV, 14 (persecución por la justicia); Apoc. I, 3; XIV, 13; XIX, 9; XX, 6; XXII, 7.14. Ver Lc. XXIII, 29 (estériles – destrucción de Jerusalén); Jn. XIII, 17. 

Γρηγορῶν (vigila): cfr. Mt. XXIV, 42-43; XXV, 13; Mc. XIII, 34-35.37; Lc. XII, 37.39; I Tes. V, 6.10; I Ped. V, 8. Ver Hech. XX, 31; I Cor. XVI, 13; Col. IV, 2; Apoc. III, 2-3. 

τηρῶν (guarda): cfr. Mt. XIX, 17; Jn. VIII, 51; XIV, 15.21.23-24; XV, 10.20; XVII, 6.11-12.15; I Tim. VI, 14; II Tim. IV, 7; I Jn. II, 3-5; III, 22.24; V, 3.18; Jud. I, 21; Apoc. I, 3; II, 26; III, 3.8.10; XII, 17; XIV, 12; XXII, 7.9. 

Ἱμάτια (vestidos): cfr. Mt. XVII, 2; XXI, 7-8; Mc. IX, 3; XI, 7-8; Lc. XIX, 35-36; Apoc. III, 4-5.18; IV, 4; XIX 13.16. Ver Mt. V, 40; XXIV, 18; Mc. XIII, 6; Lc. VI, 29. 

Γυμνὸς (desnudo): cfr. Mt. XXV, 36.38.43-44; I Cor. XV, 37; II Cor. V, 3; Apoc. III, 17; XVII, 16. 

περιπατῇ (camine): cfr. Apoc. II, 1; III, 4; XXI, 24. Ver Apoc. IX, 20. 

Βλέπωσιν (vean): cfr. Apoc. I, 11-12; III, 18; V, 3-4. Ver Apoc. IX, 20; XI, 9; XVII, 8; XVIII, 9.18; XXII, 8. 

ἀσχημοσύνην (vergüenza): Hapax en el Apoc. Ver Rom. I, 27. 

 

Notas Lingüísticas: 

Allo: “βλέπωσιν (vean): impersonal”. 

 

Citas Bíblicas: 

Lc. 35-46: Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas. Y sed semejantes a hombres que aguardan a su amo a su regreso de las bodas, a fin de que, cuando Él llegue y golpee, le abran enseguida. ¡Bienaventurados esos servidores, que el amo, cuando llegue, hallará velando! En verdad, os lo digo, él se ceñirá, los hará sentar a la mesa y se pondrá a servirles. Y si llega a la segunda vela, o a la tercera y así los hallare, ¡bienaventurados de ellos! Sabedlo bien: porque si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora el ladrón había de venir, no hubiera dejado horadar su casa. Vosotros también estad prontos, porque a la hora que no pensáis es cuando vendrá el Hijo del hombre. Entonces Pedro le dijo: “Señor, ¿dices por nosotros esta parábola o también por todos?”. Y el Señor dijo: “¿Quién es, pues el mayordomo fiel y prudente, que el amo pondrá a la cabeza de la servidumbre suya para dar a su tiempo la ración de trigo?”. ¡Bienaventurado el siervo aquel, a quien su señor al venir hallare obrando así! En verdad os digo, lo pondrá sobre toda su hacienda. Pero si ese siervo dice en su corazón: “Mi amo tarda en regresar”, y se pone a maltratar a los servidores y a las sirvientas, a comer, a beber y a embriagarse, el amo de este servidor vendrá el día que no espera y en la hora que no sabe, lo partirá por el medio, y le asignará su suerte con los incrédulos”. Cfr. Mt. XXIV, 42-51. 

 

Comentarios: 

Tercera Bienaventuranza. Sobre las mismas cfr. el Excursus XVII. 

Straubinger: “Juan parece interrumpir su relato para recordar aquí, como para consuelo frente a esa horrible visión, estas palabras que, como dice Gelin, son de Cristo (Lc. XII, 39 s) y se refieren a su Parusía (III, 3). Sobre esta reiterada advertencia de Jesús cfr. XXII, 7.12.20; I Tes. V, 2.4; II Ped. III, 10. “Velad, pues, porque no sabéis en qué día vendrá vuestro Señor” (Mt. XXIV, 42). “La bienaventuranza de los que velan es una de las siete de nuestro Libro” (Pirot). Cfr. XX, 7. Sus vestidos: señal de estar preparado como Él lo dice en Lc. XII, 35”. 

Biblia de Sacy: “Alude a la costumbre que existía de echar al fuego los vestidos de los guardas que se dormían durante el tiempo de sus funciones. Maimónides dice (2 leg. L. 8) que cuando el Prefecto del Templo, que vigilaba a los Levitas que custodiaban durante la noche, encontraba alguno de ellos durmiendo, les quemaba los vestidos”. 

Torres Amat: “De estos vestidos, que son las obras buenas, habla S. Pablo (Col. III, 10). Aquí se alude a los ladrones que en los baños públicos robaban los vestidos”.