viernes, 12 de enero de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVI, 19

  19. Y se hizo la ciudad, la grande, tres partes y las ciudades de las naciones cayeron y Babilonia la grande fue recordada delante de Dios, para darle el cáliz del vino del furor de su ira. 

Concordancias: 

Πόλις (ciudad): cfr. Mt. IV, 5; XXI, 10.18; XXII, 7; XXVI, 18; XXVII, 53; XXVIII, 11; Mc. XI, 19; XIV, 13.16; Lc. XIX, 41; XXII, 10; XXIII, 19; XXIV, 49; Jn. XIX, 20; Hech. IV, 27; VII, 58; XII, 10; XXI, 29-30; XXII, 3; XXIV, 12; Apoc. III, 12; XI, 2.8.13; XIV, 20; XVII, 18; XVIII, 10.16.18-19.21; XX, 9; XXI, 2.10.14-16.18-19.21.23; XXII, 14.19. Ver Heb. XI, 10.16; XII, 22; XIII, 14. 

ἡ πόλις ἡ μεγάλη (la ciudad, la grande): cfr. Apoc. XI, 8; XVII, 18; XVIII, 10.16.18-19.21. Ver Apoc. XIV, 8; XVII, 5; XVIII, 2. 

μέρη (partes): cfr. Apoc. XX, 6; XXI, 8; XXII, 19. 

Τρία μέρη (tres partes): Ver Mt. XIII, 33; Lc. XIII, 21 (si la mujer de la parábola de la levadura es Babilonia, las tres medidas ¿tendrán algo que ver con las tres partes en que se divide la ciudad?). Ver Zac. V, 5-11. 

Ἐθνῶν (naciones): cfr. Mt. IV, 16; X, 18; XII, 18; XXIV, 9.14; XXV, 32; Mc. XIII, 10; Lc. II, 32; XXI, 24.25; Apoc. II, 26; X, 11; XI, 2.18; XII, 5; XIV, 8; XV, 3-4; XVIII, 3.23; XIX, 15; XX, 3.8; XXI, 24.26; XXII, 2. Ver. Apoc. V, 9; VII, 9; XI, 9; XIII, 7; XIV, 6; XVII, 15. 

ἔπεσαν (cayeron): cfr. Apoc. I, 17; II, 5; IV, 10; V, 8.14; VI, 13.16; VII, 11.16; VIII, 10; IX, 1; XI, 13.16; XIV, 8; XVII, 10; XVIII, 2; XIX, 4.10; XXII, 8. 

Βαβυλὼν (Babilonia): cfr. Mt. I, 11-12.17; Hech. VII, 43; I Ped. V, 13; Apoc. XIV, 8; XVII, 5; XVIII, 2.21. 

Βαβυλὼν μεγάλη (Babilonia la grande): Dan. IV, 27; Mt. VII, 24-27; Lc. VI, 46-49; Apoc. IX, 14; XVI, 12 (Éufrates); XIV, 8; XVI, 21; XVII, 1.5.18; XVIII, 2.16.18-19.21; XIX, 2 (Babilonia). Ver Apoc. XVIII, 10: “Babilonia, la ciudad, la fuerte”. 

ἐμνήσθη (fue recordada): Hapax en el Apoc. Ver Apoc. II, 5; III, 3; XVIII, 5. 

ἐνώπιον (delante): cfr. Lc. I, 19; XII, 9; XV, 10; XVI, 15; Hech. II, 25 (?); Apoc. I, 4; III, 2.5; IV, 5-6.10; V, 8; VII, 9.11.15; VIII, 2-4; IX, 13; XI, 4.16; XII, 10; XIV, 3.5.10; XV, 4; XX, 12. 

Ποτήριον (caliz): cfr. Sal. LXXIV, 9; Jer. XXV, 15; Is. LI, 17; Apoc. XIV, 10; XVII, 4; XVIII, 6. 

οἴνου (vino): cfr. Apoc. VI, 6; XIV, 8.10; XVII, 2; XVIII, 3.13; XIX, 15. 

θυμοῦ (furor): cfr. Apoc. XII, 12; XIV, 8.10.19; XV, 1.7; XVI, 1; XVIII, 3; XIX, 15. 

οἴνου τοῦ θυμοῦ (vino del furor): cfr. Apoc. XIV, 8 (caída de Babilonia); 10 (Adoradores de la Bestia); XIX, 15 (¿Israel?); XV, 1.7; XVI, 1 (siete Copas). Ver Apoc. XIV, 19. 

Ὀργῆς (ira): cfr. Rom. II, 5; V, 9; IX, 22; XII, 19; Ef. V, 6; Col. III, 6; I Tes. I, 10; V, 9; Heb. III, 11; IV, 3; Apoc. VI, 16-17; XI, 18; XIV, 10; XIX, 15. 

 

Comentario: 

Straubinger: “La gran ciudad: véase XVII, 18 y nota”.                     

Straubinger: “Cayeron: algunos identifican esto, con el final del tiempo indicado en Lc. XXI, 24 (cfr. Dan. II, 34 s).                     

Straubinger: “Babilonia: aquí, como en XIV, 8, se nos da según Crampon, una transición a este punto dominante de los cap. XVII-XVIII, antes de llegar a la consumación. Gelin, comparando este sismo con el de XI, 13, hace notar que allí sólo fue un décimo y aquí es total”. 

Allo: “La “gran ciudad” no es Jerusalén, como en XI, 8 (…) es Babilonia; el fin del versículo no hace más que explicar el comienzo”. 

Castellani: “Esta partición de la Ciudad no parece coincidir con -sino preceder a- el total incendio della, que sigue en el capítulo XVII”. 

Wikenhauser: “Como consecuencia de las grietas y hundimientos del terreno, la gran ciudad, o sea Babilonia, queda dividida en tres partes, y muchas otras ciudades de las naciones paganas se derrumban. Los daños que por causa del terremoto sufre Babilonia no son, sin embargo, más que un preludio de su destrucción total; el vidente será testigo della en el cap. XVIII”. 

Alápide: “Digo, pues, que literalmente esta ciudad no es Babilonia, o sea Roma, ya que de ella tratará pronto Juan bajo su nombre propio de Babilonia, sino que es Jerusalén: esta ciudad es llamada grande en XI, 8 y será la más grande en tiempos del Anticristo, ya que será su ciudad regia”. 

Fillion: “Civitates gentium: Las capitales de los reinos paganos, en contraste con Jerusalén”. 

Fillion: “Indignationis irae…: estos dos sinónimos juntos implican una cólera muy viva”. 

Sales: “La gran ciudad es Jerusalén, así llamada también en XI, 8. Es representada aquí como la capital del reino del Anticristo”. 

Garland: “La gran ciudad se refiere probablemente a Jerusalén, contrastada con las ciudades de las naciones (“gentiles”) y Babilonia. Aunque la frase se refiere en otra parte a Babilonia (XIV, 8; XVII, 18; XVIII, 10.16.18.21), no es exclusiva de ella. También se usa de Jerusalén (XI, 8) y de la Jerusalén Celeste (XXI, 10). La destrucción en tres partes sería más apropiada a Jerusalén, pues sabemos que el monte de los Olivos se va a dividir en dos cuando vuelva el Mesías (Zac. XIV, 4). Tal vez esto causa una triple división (norte, sur y oeste) dentro de la misma Jerusalén (…) La destrucción profetizada de Babilonia es mucho más severa que una mera división en tres partes, e incluye una completa destrucción que resulta en su completa incapacidad para ser habitada de nuevo”. 

Ecumenio: “A Jerusalén se refiere “la gran ciudad” y de aquí es claro que contrapone ésta a “las ciudades de las naciones”, pues es costumbre en la Sagrada Escritura llamar naciones al resto de los hombres fuera de Israel (Lc. II, 32; Hech. IV, 27; Rom. III, 29; IX, 24)”. 

Ribera: “La ciudad, la grande: Aretas cree que esta ciudad es Jerusalén, lo cual es muy cierto, pues en el cap. XI se la llama ciudad grande y en ese entonces será grande también (…) Jerusalén será entonces la ciudad más importante y rica gracias al poder del Anticristo y al aumento de las obras”.