miércoles, 23 de octubre de 2019

Algunas Notas a Apocalipsis IX, 7-10


7. Y las semejanzas de las langostas, semejantes a caballos preparados para guerra y sobre sus cabezas como coronas semejantes a oro y sus rostros como rostros de hombres.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: "ὁμοιώματα: similitud; en concreto: forma, figura; tal vez sea un acusativo de relación: lo que respecta a la forma".


Comentario:

Hay quienes ven aquí una similitud con Jl II, y es muy posible que así sea, pues la visión del profeta Joel se refiere, así parece al menos, al juicio de las Naciones, y esas langostas serían, en la visión del profeta Joel, los ángeles que siegan, puesto que son el ejército de Dios y el vidente está contemplando el “día grande del Señor” (v. 11) y da las señales ya conocidas en el sol, la luna, las estrellas y la tierra (v. 10). Así pues, los ejércitos de los ángeles, tanto buenos como malos, son comparados a las langostas.

Notar que las “como coronas” de las que habla el texto son “στέφανοι” es decir, las que recibe el que venciere.

Wikenhauser: "El aspecto de las langostas diabólicas y la violencia incontenible de su asalto se describen en términos que recuerdan al profeta Joel: "Semejan caballos y corren como corceles, se esparcen por las cimas de los montes con rumor de carros (…) semejantes a un poderoso ejército dispuesto a la batalla" (II, 4 ss), "sus dientes son dientes de león" (I, 6). Pero, además, Juan describe estas langostas con rasgos que no corresponden a la realidad. Llevan en la cabeza un adorno semejante a una corona de oro, distintivo del vencedor (se presentan, en efecto, como ejército victorioso); tienen rostro de hombre, para significar que están dotados de inteligencia y cabellos sueltos y largos, signo especial de ferocidad, según se observa entre los bárbaros y la fantasía atribuye a los demonios. El pecho está protegido con una especie de coraza de acero, lo que acentúa su aspecto terrible y belicoso; las alas producen un ruido semejante al estrépito de muchos carros de batalla tirados por caballos".

Iglesias: “La descripción de esos seres demoníacos, que invaden la tierra como plaga de langosta, comienza lit.: y las semejanzas de las langostas, parecidas a caballos... En ella se entremezclan elementos de Jl I,6; II,4-5 con imágenes propias del Apoc., para decirnos que son espíritus dotados de inteligencia, feroces, temibles (vv. 8.10), poderosos (v. 9), crueles (v. 10), organizados bajo un jefe”.


8. Y tenían cabellos como cabellos de mujeres y sus dientes como de leones eran.


Citas Bíblicas:

Jl. I, 6: “Pues ha subido contra mi tierra un pueblo fuerte e innumerable; sus dientes son dientes de león, y sus mandíbulas, mandíbulas de leona”.


9. Y tenían corazas como corazas férreas y la voz de sus alas como voz de carros de caballos muchos corriendo a guerra.

Notas Lingüísticas:

Allo: “El primer θώρακας no puede significar sino “pechos”, por una especie de juego de palabras”.


Citas Bíblicas:

Jl. II, 5: “Saltan sobre las cimas de las montañas con un estruendo semejante al de los carros; su ruido es como el crepitar de llamas de fuego que devoran la paja; y como un pueblo fuerte, así se ordenan para batalla”.


Comentario:

Straubinger: “ Muchos han creído ver aquí alguna monstruosa arma de guerra ultramoderna. Pero no ha de olvidarse que salieron del pozo del abismo (v. 2)”.


10. Y tienen colas semejantes a escorpiones y aguijones; y en sus colas (está) su poder de dañar a los hombres meses cinco.

Concordancias:

ἀδικῆσαι (dañar): cfr. Lc. X, 19; Apoc. II, 11; VI, 6; VII, 2-3; IX, 4.19; XI, 5; XXII, 11.


Notas Lingüísticas:

Allo: “ἔχουσιν (tienen), cambio de tiempo como en el v. 6, tal vez por las mismas razones”.


Comentario:

Wikenhauser: "… pero hay además otra circunstancia que las distingue de las langostas propiamente tales: su fuerza destructora no reside en las mandíbulas, sino en la cola, provista de aguijón como los escorpiones".