martes, 8 de octubre de 2019

Algunas Notas a Apocalipsis IX, 2-3


2. Y abrió el pozo del abismo y subió humo del pozo como humo de un horno grande y se obscureció el sol y el aire a causa del humo del pozo.

Citas Bíblicas:

Gen. XIX, 28: "Miró hacia Sodoma y Gomorra y hacia toda la región de la Vega y vio que de aquella tierra subía humo como el humo de un horno".

Cfr. también Ex. XIX, 18 y Is. XXXIV, 10.


3. Y del humo salieron langostas a la tierra y se les dio poder como poder tienen los escorpiones de la tierra.

Citas Bíblicas:

Esta plaga coincide con la octava de Egipto:

Ex. X, 1-20: "Después dijo Yahvé a Moisés: "Ve al Faraón, porque Yo he endurecido su corazón y el corazón de sus siervos, para obrar estos mis prodigios en medio de ellos; y para que puedas contar a tu hijo, y al hijo de tu hijo, las grandes cosas que Yo hice en Egipto, y los prodigios que obré en él, a fin de que sepáis que Yo soy Yahve." Fueron, pues, Moisés y Aarón al Faraón y le dijeron: "Así dice Yahvé, el Dios de los hebreos: "¿Hasta cuando te negarás a humillarte ante Mi? Deja salir a mi pueblo, para que me sirva. Si sigues resistiendo y no dejas salir a mi pueblo, he aquí que mañana traeré sobre tu país langostas; las cuales cubrirán la superficie del país, de manera que no podrá verse el suelo. Comerán el resto que se salvó, lo que os dejó el granizo; y comerán también todos los árboles que os crecen en el campo. Llenarán tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, lo que nunca vieron tus padres, ni los padres de tus padres, desde el día en que viven sobre la tierra hasta el día de hoy" (…) Entonces dijo Yahvé a Moisés: "Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para que venga la langosta; suba ella sobre el país de Egipto, y coma toda la hierba del país, todo lo que dejo el granizo." Extendió, pues, Moisés su vara sobre la tierra de Egipto; y Yahvé hizo soplar el viento solano sobre el país, todo aquel día y toda la noche. Y cuando vino la mañana, el viento de oriente había traído las langostas. Y subieron las langostas sobre todo el país de Egipto, y se posaron en todo el territorio egipcio, en cantidad tan grande, como nunca hubo anteriormente ni habrá después. Cubrieron toda la superficie del país, de modo que se oscureció la tierra; comieron toda la hierba del país, y todos los frutos de los árboles que el granizo había dejado, y no quedó nada verde ni en los árboles ni en las hierbas del campo en todo el territorio de Egipto (…) Salió (Moisés) de la presencia del Faraón y rogó a Yahvé. Y Yahvé hizo soplar un viento de occidente muy recio que se llevó las langostas y las echó al Mar Rojo. No quedó ni una langosta en todo el territorio de Egipto".

Eccli XXXIX, 34-36: “En el tiempo de la consumación derraman su fuerza y aplacan la cólera de Aquel que los creó. El fuego, el pedrisco, el hambre, y la muerte, todas estas cosas se hicieron para castigo; como los dientes de las fieras, los escorpiones, y las serpientes, y la espada vengadora que extermina a los impíos”.


Comentario:


A estos ángeles caídos parece aludir San Pedro (II, II, 4) y Judas (v. 6), cuando hablan de "reservados para el juicio", "para el juicio del gran día", con lo cual tal vez no sería el juicio a los ángeles, sino el juicio que Dios hará en la tierra por medio de estos ángeles caídos.

Straubinger: “También en el Antiguo Testamento las langostas son anunciadas como ejecutoras de los juicios de Dios contra los moradores de la tierra. Véase Ex. X, 12-15; Sab. XVI, 9; Jer. LI, 14; Joel I, 4 ss; II, 2 ss. El encargo que se les da en los versículos siguientes y su descripción, muestran que son demonios”.  

Allo: “El lugar del cual salen estos insectos, que es el infierno de los condenados, el género del daño que hacen, su estructura fantástica y la realeza del Ángel del Abismo, muestran claramente que estas langostas no son animales, sino demonios o entidades demoníacas”.

Alápide: “… en verdad, aunque esta interpretación (a saber, que las langostas son los herejes) es oportuna, sin embargo, es más bien mística que literal. Además, esta interpretación es errónea porque estas langostas lastiman a los hombres, de forma tal que prefieran morir, lo cual no se aplica a los herejes; es propio de ellos pervertir a los hombres en la fe y costumbres y no lastimar o matar; incluso una vez pervertidos y seducidos por ellos, aman la vida en gran manera y odian la muerte ya que no esperan más que voluptuosidades y comodidades de esta vida. En tercer lugar, estas langostas han de dañar a quienes no tienen el signo de Dios, mientras que los herejes lastiman a los que tienen este signo, como son los fieles y ortodoxos”.

Alápide: "Estas langostas serán demonios que tendrán forma y figura de langostas, pero nueva y monstruosa, mezcla de varios animales como león, escorpión, caballo y hombre. Esta sentencia se prueba, primero, por la refutación de las otras; no se vé qué otra cosa entender mejor y más congruente por estas langostas tan monstruosas más que demonios monstruosos y sus cuerpos monstruosos en los cuales suelen aparecer, sobre todo debido a que todas las demás plagas deben entenderse como suenan, literalmente; luego, éstas también. Segundo, porque salen del pozo del abismo, esto es del infierno; ergo son infernales y por lo tanto demonios. Tercero, porque en el fin del mundo habrá nuevas, insólitas e inauditas plagas (…) Quinto, porque el rey de estas langostas es el demonio llamado Abaddón (v. 11) y todos afirman que es un demonio; por lo tanto, también sus súbditos, es decir, estas langostas serán también demonios".