10. Y me llevó en espíritu a un monte grande y alto y me mostró la ciudad, la santa Jerusalén, descendiendo del cielo desde Dios,
Concordancias:
Καὶ ἀπήνεγκέν με… ἐν πνεύματι (me llevó… en espíritu): cfr. Apoc. XVII, 3.
Ὄρος (monte): cfr. Mt. XVII, 20; XXI, 21; Mc. XI, 23; I Cor. XIII, 2; Apoc. VI, 14-16; VIII, 8; XIV, 1; XVI, 20; XVII, 9.
Ὄρος μέγα (monte grande): cfr. Apoc. VIII, 8.
Ὄρος… ὑψηλόν (monte alto): cfr. Mt. IV, 8; Lc. IV, 5 (tentación); Mt. XVII, 1; Mc. IX, 2 (Tabor).
Μέγα καὶ ὑψηλόν (grande y alto): cfr. Apoc. XXI, 12.
Ἔδειξέν (mostraré): cfr. Apoc. I, 1; IV, 1; XVII, 1; XXI, 9; XXII, 1.6.8.
Τὴν πόλιν τὴν ἁγίαν Ἱερουσαλὴμ καινὴν (la ciudad, la santa, Jerusalén nueva): cfr. Mt. V, 14; Gál. IV, 26; Heb. XI, 10.16; XII, 22; XIII, 14; Apoc. III, 12; XX, 9; XXI, 2.14-16.18-19.21.23; XXII, 14.19. Ver Gál. IV, 25; Apoc. XI, 2.8.13; XIV, 20; XX, 9 (Jerusalén Terrena); Apoc. XVI, 19; XVII, 18; XVIII, 10.16.18-19.21 (Babilonia).
Καταβαίνουσαν (descendiendo): cfr. Apoc. X, 1 (San Gabriel); XII, 12 (Diablo); XIII, 13 (fuego); XVI, 21 (granizo); XVIII, 1 (San Gabriel); XX, 1 (San Miguel); XX, 9 (fuego); III, 12; XXI, 2 (Jerusalén Celeste).
Ἐκ τοῦ οὐρανοῦ ἀπὸ τοῦ Θεοῦ (del cielo desde Dios): cfr. Apoc. III, 12; XXI, 2.
Citas Bíblicas:
Mt. V, 14: “Vosotros sois la luz del mundo. No puede esconderse una ciudad situada sobre una montaña”.
Comentario:
Allo: “Tal vez es querido el contraste con el “desierto” donde aparece la Cortesana”.
Allo: “Juan abandona acá la figura de la novia para no volver a tratar a Jerusalén sino como una ciudad”.
San Beda: “Et sustulit me in spiritu in montem magnum et altum, etc.: Después de la ruina de Babilonia, se ve la ciudad santa, la esposa del Cordero, puesta sobre un monte. La piedra que se desprendió del monte sin mano, destrozó el simulacro de la gloria mundana, y creció hasta ser un monte grande, y llenó todo el universo (Dan. II, 35.45)”.
Alápide: “Este monte en la cima donde estaba el monte, era plano e igual. Pues de la ciudad misma se dice en el v. 16: “La longitud y la anchura y la altura de ella son iguales”.
Fillion: “Montem magnum et…: Como en Ez. XL, 2. Nada indica aquí que la ciudad haya sido construida sobre esta montaña. Esta debía ser para San Juan una especia de observatorio elevado, sobre cuya altura vería más fácilmente la ciudad en sus menores detalles”.
Swete: “La ciudad prostituta es vista en el desierto; la ciudad esposa es vista desde una montaña. La montaña no es el monte Sión (XIV, 1), puesto que la nueva Jerusalén no está fundad sobre ella, pero es vista desde allí”.
Swete: “No se repite aquí nueva, pues la ciudad no es vista ahora en su relación con el resto de la nueva creación, sino en su carácter específico, que es la Santidad”.
San Victorino: “En el reino y en la primera resurrección se mostrará “la ciudad santa que ha de bajar del cielo” y “que es cuadrada”, rodeada de piedras diferentes en excelencia, color y naturaleza…”.
Calmet: “Y me llevó en espíritu a un monte alto: sobre el cual estaba situado una nueva Jerusalén, esposa del Cordero, parecido a la antigua Jerusalén, que estaba situada sobre una montaña elevada. Parece aludir a estas palabras de Is. II, 2: “En los últimos tiempos el monte de la Casa de Jehová será establecido en la cumbre de los montes”, será como una montaña ensamblada con otra montaña. Esta situación de la nueva Jerusalén hace a su belleza y a su fuerza; es impenetrable, domina sobre todo el país, se ve de todas partes”.