sábado, 9 de mayo de 2020

Algunas Notas a Apocalipsis XI, 16-17


16. Y los veinticuatro Ancianos, los que delante de Dios se sientan sobre sus tronos, cayeron sobre sus rostros y se postraron ante Dios,

Comentario:

La postración de los Ancianos sucede en IV, 10-11; V, 8.14 (comienzo de la septuagésima semana de Daniel), aquí en XI, 16 (comienzo del juicio contra la Bestia del Mar, hacia la mitad de la Semana), y luego en XIX, 4 (después de la destrucción de Babilonia).

Tal vez podría decirse que XI, 16 es el anuncio del comienzo del establecimiento del reinado y XIX, 4 parte de la ejecución.

Crampon: “Los veinticuatro Ancianos (…) dan gloria a Dios y le agradecen por sus tres grandes obras: la creación (IV, 11), la redención (V, 9) y el establecimiento de su reino (XI, 16)”.

Swete: “Los Ancianos toman el testimonio de los Vivientes (si podemos asumir que son los que toman la palabra en el v. 15), así como lo hacen en IV, 9 ss”.


17. diciendo: “Te agradecemos, Yahvé Dios, el Todopoderoso, el que es y el que era, porque has tomado tu poder, el grande y has reinado.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: “ἐβασίλευσας: aoristo ingresivo; comenzaste a reinar”.

Allo: εἴληφας (has tomado): El perfecto significa: “Has terminado de tomar tu gran poder, lo has tomado para conservarlo por siempre, y el aoristo que sigue, ἐβασίλευσας (has reiando) es ingresivo: “te has puesto a reinar”.

Es decir, hasta entonces Dios había comenzado a tomar parte, lo cual indica que las sentencias y los juicios, con su correspondiente toma de poder y reinado, forman parte de un proceso y no de algo instantáneo.


Comentario:

Κύριε ὁ Θεός ὁ Παντοκράτωρ, ὁ ὢν καὶ ὁ ἦν (Yahvé, el Dios, el Todopoderoso, el que eres y el que eras), notar que se habla del Padre y no del Hijo.

A pesar de lo que dicen los comentadores no estamos aquí en la Parusía. El comienzo del reinado quiere decir que va a comenzar la ejecución del juicio por el cual serán castigados los enemigos: Babilonia y las dos Bestias con todo su séquito.

La razón de esto es que después de derramarse la tercera copa (XVI, 4-5) el ángel da a Dios el mismo nombre que aquí y es claro que no se trata de la Parusía pues aún quedan otras tres copas por derramarse, más la destrucción de Babilonia, la aniquilación de las dos Bestias y el Juicio de las Naciones.

Swete: “Tu poder, el grande: no es el ejercicio normal del poder divino, sino esa final y abrumadora demostración al que apuntan todas las profecías (cf. Hech. VIII, 10)”.