domingo, 24 de mayo de 2015

Algunas Notas a Apocalipsis I, 14-15

14. La cabeza de Él y los cabellos eran blancos como lana blanca, como nieve y sus ojos como llama de fuego.


I) La cabeza de Él y los cabellos eran blancos
 como lana blanca, como nieve

Notas Lingüísticas:

Allo: "λευκαὶ, etc. (blancos, etc), cabeza y cabellera, Cfr. Dn. VII, 9 y Henoc XLVI, 1, atributos de Dios".


Comentario:

Allo: "La blancura de su cabeza ("Anciano de días" en Daniel), significa la antigüedad, es decir la preexistencia de la persona de Jesús (…) En otras palabras: Jesús es Dios".

Wikenhauser: "Expresión de altísima dignidad es su aspecto. Cabeza y cabello semejan lana blanquísima (Dn. VII, 9). El color blanco no es símbolo de la eternidad de Cristo sino del esplendor de los seres celestiales, entre los que Él se cuenta".

Idem Gelin.


II) sus ojos como llama de fuego

Notas Lingüísticas:

Allo: "φλὸξ πυρός (llama de fuego): imagen clásica, cfr. Dan. X, 6, descripción de un ángel".


Comentario:

Allo: "Los ojos son "como flama de fuego", es la mirada de la que no se puede huir, la penetración de su ciencia divina que escruta las conciencias y corazones".

Alápide: "Ribera: los ojos de Cristo inflamados significan la ira de Cristo y la venganza contra los perseguidores de los cristianos y otros impíos. Esto se ve en XIX, 12".

Cfr. Apoc. XIX, 12; Dan. X, 6.


15. y sus pies semejantes a bronce bruñido, como en una fragua ardiente y su voz como voz de muchas aguas.

I) sus pies semejantes a bronce bruñido,
como en una fragua ardiente

Comentario:

Allo: La imagen de χαλκολιβάνῳ (bronce bruñido), por los pies, debe significar la fuerza y estabilidad, en contraste con los pies de arcilla de la estatua de Nabucodonosor, el poder profano (Swete). Esta materia no es un perfume (contra Andrés) sino, según Suidas, una alianza de oro preciosísima y en latín "aurichalcum" parece tener el mismo sentido; o tal vez de bronce dorado, que podría ser un producto fabricado en Tiatira (Ramsay)".

Allo: "χαλκολιβάνῳπεπυρωμένης (bronce bruñido… encendido): cfr. las descripciones divinas o angélicas de Ez. I, 7; VIII, 2; Dan. X, 2".

Bover: "Oriámbar: el término original khalco-líbano (bronce-incienso) parece indicar una aleación desconocida de oro con otras sustancias".

Bartina: "Sigue un dato difícil de precisar. Los pies del personaje de la aparición eran como ámbar. La palabra χαλκολιβάνος está compuesta de χαλκὸς, "cobre", "bronce" o "latón" y de λίβανος, que es el árbol del incienso y como producto de goma resinosa es nombre epiceno. Sería, pues, el sentido, "resina cobriza" o "cobre resinoso". Suidas dice que esta sustancia es parecida al electro metal, que es hialina, está como petrificada y que se le aprecia más que el oro, lo cual parece indicar el ámbar. Otra corriente interpretativa, fundándose en el nombre latino aurichalcus, que es una aleación de oro y plata en varia proporción, quiere ver en la palabra un metal que nos es desconocido. Favorecen este punto de vista, además, las narraciones de Ezequiel y Daniel, quienes dicen del personaje de sus visiones que tenía los pies resplandecientes cual bronce bruñido (Ez. I, 7; Dn. X, 6). Sin embargo, parece más probable la primera interpretación. Se aumenta el expresivismo comparando el resplandor de esta parte del personaje apocalíptico con el metal en fundición".

Caballero Sánchez: “Los intérpretes, en general, comprenden que hay un contraste buscado entre el oriámbar encendido de los pies del Rey-Pontífice y el barro mezclado de los pies de la estatua daniélica: repugnante este y deleznable, espléndido y firmísimo aquél… Tienen razón. Y pensamos nosotros que el contraste va mucho más allá de lo que ellos creen, porque los dos símbolos se sitúan frente a frente en el tiempo del fin…”.


II) su voz como voz de muchas aguas

Comentario:

Alápide: “Su voz como voz de muchas aguas”, Juan alude al comienzo del capítulo XLIII de Ez., donde se dice: “He aquí que la gloria del Dios de Israel venía del oriente. Su voz era como el estruendo de una gran mole de aguas; y la tierra resplandecía de su gloria”.


No debe perderse de vista que este pasaje del Profeta Ezequiel se refiere al Templo durante el Milenio.