miércoles, 17 de mayo de 2023

Algunas notas a Apocalipsis XIV, 1

 Capítulo XIV 

1. Y vi, y he aquí el Cordero que estaba de pie sobre el monte Sión y con Él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían Su nombre y el nombre de Su Padre escrito en sus frentes. 

Concordancias: 

ἀρνίον (Cordero): cfr. Jn. XXI, 15; Apoc. V, 6.8.12-13; VI, 1.16; VII, 9-10.14.17; XII, 11; XIII, 8.11; XIV, 4.10; XV, 3; XVII 14; XIX, 7.9; XXI, 9.14.22-23.27; XXII, 1.3. 

ἑστὸς (estaba de pie): cfr. Apoc. III, 20; V, 6; VI, 17; VII, 1.9.11; VIII, 2.3; X, 5.8; XI, 4.11; XII, 4.17; XV, 2; XVIII, 10.15.17; XIX, 17; XX, 12. 

ὄρος (monte): cfr. Apoc. VI, 14-16; VIII, 8; XVI, 20; XVII, 9; XXI, 10. 

Σιών (Sión): Hapax en el Apoc. cfr. Mt. XXI, 5; Jn. XII, 15; Rom. IX, 33; XI, 26; Heb. XII, 22; I Ped. I, 6. 

ὄρος Σιών (monte Sión): cfr. Heb. XII, 22. 

ἑκατὸν τεσσεράκοντα τέσσαρες χιλιάδες (144.000): cfr. Apoc. VII, 4; XIV, 3. 

Ὄνομα (nombre): cfr. Apoc. II, 3.13.17; III, 1.4-5.8.12; VI, 8; VIII, 11; IX, 11; XI, 13.18; XIII, 1.6.8.17; XIV, 11; XV, 2.4; XVI, 9; XVII, 3.5.8; XIX, 12-13.16; XXI, 12.14; XXII, 4. 

Γεγραμμένον (escrito): cfr. Lc. X, 20; Apoc. II, 17; III, 12; XIII, 8; XVII, 5.8; XIX, 12.16; XX, 12.15; XXI, 12.27. 

μετώπων (frentes): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. VII, 3; IX, 4; XIII, 16; XIV, 9; XVII, 5; XX, 4; XXII, 4. 

 

Comentario: 

Así como los 144.000 de las doce tribus de Israel corresponde a la Mujer que huye al desierto, así estos 144.000 son los que huyen en cuanto ven al Anticristo (Mt. XXIV, 15 ss). 

Estos 144.000 (los que no se ponen la marca de la Bestia) siguen al Cordero al igual que los Mártires del Anticristo (VII, 17). 

Straubinger: “El Cordero no está ya aquí como en V, 6 sino “como un Rey glorioso entre su corte resplandeciente” (Fillion). El número perfecto podría indicar una cantidad completa, si bien no parecen ser éstos los mismos 144.000 de que se habla en VII, 4ss. (cfr. notas). Aquí se alude a seres virginales (v. 4), aunque no es fácil limitar a eso su calificación, pues es ampliada en el 5. Según algunos (Crampon, Pirot) se trataría de todos los elegidos, seleccionados de entre los hombres (v. 4), y no de entre los creyentes. Otros, como Fillion, observan acertadamente que, faltando el artículo, no parece hablarse de ellos como de personajes conocidos y que los versículos 3-5 parecen designar a un grupo especial (primicias). En IV Esd. II, 42-48 hay una escena muy semejante a esta. Cfr v. 6 y nota”. 

Allo: “Un cuadro consolador es opuesto a la espantosa aparición de las Bestias. Seguramente es un contraste buscado. El verdadero Cordero resucitado se coloca frente a la Bestia falsamente resucitada y al Falso Profeta, los cuales, según el cap. XI, están tal vez en Jerusalén; el Mesías está rodeado de estos 144.000 hombres marcados con el sello de Dios, en contraposición a los infieles que tienen la marca de la Bestia…”. 

Allo: “Barnes, según Swete, remarca que el Cordero está sobre el monte, el Dragón sobre la arena (XII, 18). Mismo contraste más adelante entre la ramera sentada sobre las aguas (XVII, 1) y la Prometida del Cordero descendiendo del cielo (XXI). El “nombre en la frente” significa la consagración de la vida al servicio de Dios”. 

Sales: “Probablemente estos 144.000 no son los que pertenecen a las doce Tribus de Israel (VII, 4), sino que representan como las primicias de aquella gran turba de elegidos que pertenecen a todo pueblo y nación sobre los que ya se habló (VII, 9). Así como los perversos llevan el carácter de la Bestia (XIII, 16-17), de la misma manera los elegidos portan un signo sobre su frente (VII, 3), el nombre del Cordero y el nombre de su Padre”.

 Aretas: “Estos miles no son aquellos de los cuales se predijo que creyeron en Cristo de entre las tribus de Israel, pues si así fuera serían nombrados con el artículo diciendo: “Los ciento cuarenta y cuatro mil”, pero como está sin el artículo, no queda más que decir que estos son los gentiles que creyeron”. 

Ecumenio: “El mostrar ahora al Señor sobre el monte Sión significa el retorno de Israel a la fe en los últimos días y que el Señor habitará en ellos y los tomará sobre sí (Is. LIX, 20-21; Rom. XII, 26; Sal. XX, 13; Rom. XI, 25-26). Anteriormente dijo que eran ciento cuarenta y cuatro mil de Israel los que habían llegado a la fe, doce mil por cada tribu. ¿Está hablando ahora de ellos? Pienso que no porque no los ha nombrado con artículo determinado (…); tampoco testimonia que hayan practicado la virginidad, pues no era considerada totalmente en serio por Israel, como también sería descuidada más tarde entre los gentiles. Debemos pensar que los que ahora son nombrados son una mezcla de judíos y gentiles, con mayoría de gentiles”. 

Drach: “Escrito en sus frentes: de esta misma manera en el Antiguo Testamento el sumo Sacerdote llevaba sobre su frente el nombre del Señor, para mostar que le pertenecía y que le estaba consagrado de una manera especial (Ex. XXVIII, 36; XXXIX, 29)”. 

Bonsirven: “Como lo notan algunos comentadores griegos, al no estar provista del artículo, la expresión se aplica a otros diversos a los 144000 marcados por los ángeles con el sello de Dios”. 

Strack-Billerbeck: “El nombre en la frente es un signo de pertenencia”. 

Bauckham: “Estos capítulos (XII-XV) tienen importantes vínculos con X, 1-XI, 13, lo que demuestra que son un análisis más elaborado del mensaje del rollo. Como hemos observado, está el período de tiempo danieliano, que aparece, en diferentes formas, en XI, 2-3; XII, 6.14; XIII, 5, lo que indica que los mismos acontecimientos se retratan desde diferentes puntos de vista. Otro vínculo importante es la triple división del mundo (cielo, tierra, mar), que, como hemos observado, ocupa un lugar destacado en X, 1-6 y XI, 6. Esta triple división del mundo difiere de la cuádruple división utilizada para los primeros cuatro juicios de las trompetas (VIII, 7-12): tierra, mar, ríos y fuentes, cielo. Esta última se repite en los cuatro primeros juicios de las copas (XVI, 2-9). Pero la triple división característica de los capítulos X-XI forma la estructura de los capítulos XII-XIII, donde el dragón se enfrenta a la mujer en el cielo (XII, 1-4), pero es arrojado a la tierra (XII, 7-9). Su caída provoca la proclamación: "Alegraos, pues, cielos… Pero ay de la tierra y del mar, porque el diablo ha bajado a vosotros…" (XII, 12). Esta triple división se mantiene cuando el diablo, caído del cielo, es ayudado por la bestia que sale del mar (XIII, 1) y la bestia que sale de la tierra (XIII, 11). Esta "trinidad satánica" representa, por lo tanto, las fuerzas de oposición a Dios que impugnan su dominio como Creador del cielo, la tierra y el mar (X, 6) y se oponen a sus testigos, con la autoridad que Dios les ha dado sobre el cielo, la tierra y el mar (XI, 6). En XIV, 7 reaparece la cuádruple división de VIII, 7-12 anticipando su uso en XVI, 2-9: es un ejemplo del encadenamiento literario por el que se unen las secciones del libro. El uso de la triple división del mundo en los capítulos XII-XIII vincula la sección que comprende los capítulos XII-XIV con X, 1-XI, 13, mientras que el uso de la cuádruple división en XIV, 7 vincula la sección con los capítulos XV-XVI. Pero la triple división se repite en la visión de la caída de Babilonia (XVII, 1-XIX, 10: como en XII, 12, el cielo se regocija [XVIII, 20] mientras los pueblos de la tierra [XVIII, 9.11] y del mar [XVIII, 17] se lamentan), en la que se repite el tema del enfrentamiento entre las fuerzas del mal y los testigos de Jesús”.