jueves, 17 de marzo de 2022

Instrucción sobre el Talmud, por P. Drach, Rabino converso (V de XIV)

 § III 

CADENA DE LA TRADICIÓN 

Daremos, con algunas adiciones, la cadena de la tradición tal como la enumera Moisés Maimónides en la introducción a su compendio del Talmud, titulado Yad-Hhazaka. Esta cadena consta de TREINTA Y NUEVE anillos o generaciones, la última de las cuales está relacionada con el cierre del Talmud. Una vez fijada la tradición por escrito, ya no había tradicionistas con título, ni doctores especialmente encargados del depósito de la tradición. A partir de ese momento quedó bajo la custodia de toda la nación. 

SERIE DE PROFETAS[1] 

1. Moisés, habiendo bajado del Monte Sinaí y regresado al campamento de Israel, enseñó el desarrollo oral de la sagrada ley sucesivamente a su hermano Aarón, a sus sobrinos Eleazar e Itamar, a los ancianos, es decir, al Sanedrín, y finalmente a todos aquellos de entre el pueblo que deseaban ser instruidos. El Talmud, tratado Erubin, fol. 54 verso, describe todo el ceremonial que se observaba en estas lecciones repetidas. Algunos de los oyentes escribieron notas abreviadas para ayudar a la memoria. 

Pero aquel de los ancianos al que Moisés se aplicó más especialmente a enseñar la ley oral fue su discípulo y sucesor 

2. Josué, que dejó como sus discípulos 

3. Los ancianos de su tiempo, y Finés, hijo de Eleazar, que ya había escuchado a Moisés. 

Estos entregaron la tradición a 

4. Helí, el sumo sacerdote. Este entregó a 

5. El profeta Samuel. Este a 

6. El rey David. Este a 

7. Ahijá, de Silo, de la tribu de Leví, que había estado en Egipto, y cuando aún era joven, era oyente de Moisés. Este a 

8. El profeta Elías. Este a 

9. El profeta Eliseo. Este a 

10. El sumo sacerdote Joiadá. Este a 

11. El profeta Zacarías. Este a 

12. El profeta Oseas. Este a 

13. El profeta Amós. Este a 

14. El profeta Isaías. Este a 

15. El profeta Miqueas. Este a 

16. El profeta Joel. Este a 

17. El profeta Nahúm. Este a 

18. El profeta Habacuc. Este a 

19. El profeta Sofonías. Este a 

20. El profeta Jeremías. Este a 

21. Baruc, hijo de Neri. Este a 

22. Esdras, el restaurador de las Sagradas Escrituras. 

Cada uno de estos tradicionistas estaba asistido por una בית דין (casa de justicia, academia, consistorio, sínodo). Estas academias, como ya hemos dicho, tomaron más tarde el título griego de Sanedrín, συνέδριον. Esdras era el jefe de la famosa gran sinagoga, כנסת הגדלה, compuesta por ciento veinte doctores, entre los cuales estaban los últimos profetas del Antiguo Testamento, Ageo, Zacarías y Malaquías. También estaban sentados Daniel, Ananías, Misael y Azarías, Nehemías, hijo de Hacalías, Mardoqueo, Belsán, Zorobabel, todos ellos personajes famosos del Antiguo Testamento. 

El último miembro superviviente de la gran sinagoga y custodio de la tradición, fue 

23. Simeón el Justo, sumo sacerdote después de la muerte de Esdras. 

Fue, por así decirlo, la transición de la primera serie de tradicionistas, la de los profetas, a la siguiente serie, la de los tanaítas o mísnicos, así llamados, no sólo porque la Mishná consiste en gran parte en sus propias lecciones o enseñanzas, sino también porque este código fue redactado sobre las notas escritas que ellos habían dejado.


 [1] Nota del Blog: En la Migne Graeca, vol. X, se trae, entre los escritos atribuidos dudosamente a San Hipólito una lista de los jefes de la sinagoga que difiere un tanto de esta. Ver ACA, col. 701-704.