miércoles, 7 de abril de 2021

El Tetragrama o Nombre de Dios, por P. Drach, Rabino converso (V de VII)

 X. Los mismos, fol. 28 verso. 

Cuando la vav se una a la segunda , se verá el cumplimiento de lo que está escrito: 

“Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser una sola carne” (Gen. II, 24). 

Es entonces cuando Jehová será uno[1] y que su nombre será uno. Y el Mesías será coronado sobre la tierra y su fama se esparcirá por todo el mundo”. 

Según lo que se dijo más arriba, el sentido es: la vav, que es masculino, y que designa al Espíritu Santo, dejará a su Padre, la yod, que es la primera hipóstasis y a su madre, la primera , que es el Verbo eterno, es decir, descenderá a la tierra[2], y se unirá a su mujer, la segunda , que es la humanidad de Nuestro Señor Jesucristo, y serán una sola substancia. 

Esta antigua tradición establecía que el Mesías debía ser la persona en la cual se unirían hipostáticamente la divinidad y la humanidad. Si los textos no son completamente claros y no ofrecen la precisión que nuestros teólogos católicos observan en sus definiciones, no tenemos que perder de vista que esta tradición se remonta a una época anterior a aquella en que el misterio de la Encarnación cesó de ser un secreto para el pueblo, como se expresan R. Juda-le-Naci y R. Mosché Haddarschan[3]. 

San Agustín explica estas palabras del Génesis más o menos como nuestro libro zohárico, pero de forma más exacta: 

“Lo mismo, dice, de las dos substancias de Cristo, Dios y hombre: y serán, dice, dos en una sola carne, es decir, Dios y hombre, un Cristo”. Sermo CCXXXIV, De Fide catholica II, alias, De tempore, VII, t. XVI, p. 1281. 

 

XI. El mismo libro, Thikkun 56e, fol. 92 verso, da la siguiente explicación de este versículo del Sal. II: 

“Él me ha dicho: “Tú eres mi Hijo”. 

En el nombre tetragrámico, yod es el Padre, la Madre, vav, el Hijo, (el segundo) la Hija”. 

 

XII. Sobre Deut. IV, 6: 

“Observadlos y ponedlos en práctica; porque en esto consistirá vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de las naciones”. 

Los mismos Thikkunim hacen el siguiente comentario: 

Observadlos es vav, . Pues es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia, es yod, (el segundo). ¿Y dónde se fusionan el Padre, la Madre, el Hijo, la Hija? En la letra alef, א, que es la corona suprema”. 

Para la inteligencia de este pasaje debemos señalar que, según los cabalistas, el supremo número triple está contenido en el misterio de la letra alef cuya figura ofrece a la vista dos yod (יי) unidos por una línea transversal \י י= א. Colocan en el cuerpo de este signo las cuatro letras del nombre inefable, de la siguiente manera[4]: 


 

Este signo se divide en dos figuras: 

La primera, י\ representa la divina Majestad como simple pensamiento. Comprende entonces la primera con las otras dos letras. 

La segunda figura, \י representa la divina Majestad en el Justo eterno cuando hace oír su voz a los hombres[5], la Divinidad sobre la tierra. Esta figura comprende la segunda con las otras dos letras. 

Es claro que en la primera figura el Verbo divino es considerado en su sola divinidad, sea antes, sea después de la Encarnación, aunque las dos naturalezas de Jesucristo son inseparables; y en la segunda figura se considera al Verbo unido a la humanidad sobre la tierra, anunciando a los hombres el reino de los cielos. Eso es, en efecto, lo que distingue a las dos del tetragrama. 

Leemos en el Thikkun 69e, fol. 116 verso: 

Y Jehová Dios formó a ADÁN. Es el Justo eterno. Lo formó por medio de una formación celeste[6] y por medio de una formación terrestre[7]. Ambas formaciones están indicadas por la yod superior y por la yod inferior de la alef”. 

 En el libro de Raziel está escrito[8]: 

Alef es el Santísimo, bendito sea, y es el primero y el último de todo”. 

El supremo número triple está compuesto: 

1) Del Infinito o Eternidad, llamada también corona suprema o celeste. 

2) De la Sabiduría. 

3)  De la Prudencia. 

Considerados como personas de la Santísima Trinidad.


 

[1] Todos reconocen que, aunque en tres Personas, Dios es uno. 

[2] El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá” (Lc. I, 35). 

[3] Ver más arriba pag. 193 y 199. 

[4] Ver esta figura en los Thikkunè-Zohar, ed. de Livourne, in-4°, 1810, fol. 48 recto. 

[5] Es lo que llaman la hija de la voz. 

[6] Como Principio del Verbo. 

[7] Como Creador de la santa humanidad de Nuestro Señor. 

[8]  El libro de Raziel el Grande, fol. 9 verso.