jueves, 17 de mayo de 2018

Algunas Notas a Apocalipsis IV, 6


6. y delante del trono como un mar de vidrio semejante a cristal; y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro Vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: "ἐν μέσῳ (en medio): ¿en medio de los cuatro costados?".


Comentario:

Flavio Josefo llama a los Querubines “vivientes alados” en Ant. Jud. 3, 6, 5.

Straubinger: “Los cuatro vivientes aparecen como seres celestiales semejantes a aquellos que vieron los Profetas como Serafines (Is. VI, 2 s) y Querubines (Ez. I, 5 ss). El libro de Enoc (71, 7) añade los Ofanim”.

Allo: “No hay dudas sobre el origen de la figura de los Animales: son los Querubines de Ezequiel, combinado con los Ofanin (ruedas) del mismo profeta y los Apócrifos (a causa de los ojos), con los "Egrégores" o "Vigilantes" de la Tradición y los Serafines de Isaías (las seis alas, el Trisagion).

(…)

En cuanto al “mar de vidrio” (el vidrio era entonces una materia preciosa, cfr. Job XXVIII, 17) es evidentemente el firmamento, las “aguas superiores”, el océano celeste del Test. Levi según las ideas cosmológicas antiguas; forman como el parqué del templo celestial sobre el que reposa el trono de Dios”.

(…)

“En su primer sentido los cuatro animales son, pues, ángeles asociados muy estrechamente al Maestro del mundo, como los querubines del propiciatorio del Arca. Pero su aspecto y su número muestran que están más bien relacionados con el universo material. Vueltos hacia los cuatro puntos cardinales, dominan y vigilan las cuatro partes del cielo, gobiernan, bajo la autoridad de Dios, la creación”.


Biblia de Jerusalén: “Simbolismo inspirado en Ez. I, 5-21. Estos Vivientes son los cuatro ángeles que presiden el gobierno del mundo físico: 4 es la cifra simbólica del cosmos. Sus múltiples ojos simbolizan la ciencia universal y la providencia de Dios. Dan gloria a Dios sin cesar por su obra creadora. Sus formas (león, toro, hombre, águila) representan aquello que hay de más noble, fuerte, sabio y ágil en la creación”.

Gelin: "Es difícil representarse estos ángeles ubicados bajo el trono y adosados el uno al otro como en Ezequiel, pues en V, 8 y XIX, 4 se postrarán y en XV, 7 se moverán alrededor del trono (…) Con relación a los Kerubim de Ezequiel están simplificados: en el profeta, cada kerub tenía cuatro aspectos; aquí cada Animal no tiene más que uno. La angeología de Juan ha simplificado igualmente la sistematización anterior, tal como la encontramos en las Parábolas de Enoc (I siglo a. C.). Según este escrito, tres clases de ángeles están destinados a vigilar sin dormir jamás, el trono de la gloria del Señor: los Serafim, los Kerubim y los Ofanim y juntos están encargados de cantar el Trisagion. Los Animales de Juan reúnen los atributos de las tres clases: tienen las alas de los Serafim (Is. VI, 2) y los ojos innumerables de los Ofanim (Ez. I, 18); además estos ojos están puestos en ellos de una forma difícilmente comprensible. La función de los Animales parece ser esencialmente adoratriz".

Alápide: "Y en medio del trono y alrededor del trono, cuatro Vivientes: "en medio del trono" es lo mismo que dentro del ámbito del trono (…) Juan, por el término "en medio" lo que quiere únicamente significar es que estos Animales estaban próximos al trono y al Sedente, a saber, en el trono sedía el rey, alrededor del trono, cerca, estaban los cuatro Animales, y alrededor de éstos sedían los 24 Ancianos.
Alrededor significa que estos cuatro Animales no estaban en un sólo lugar, sino distribuídos por los cuatro ángulos y costados del trono[1]".

Charles: "Los Vivientes no llevan el trono (en medio del Trono no puede significar "bajo el trono") como en Ez. I, 22.26, sino que están alrededor del trono y se postran en acto de adoración en V, 8 y XIX, 4 y están libres para moverse independientemente y en particular (XV, 7)".

Con respecto a las diferencias con la visión de Ezequiel hay que notar que éste vio la Gloria de Dios en movimiento y de ahí que los Vivientes estuvieran debajo del Trono, ya que son los encargados de transportar a Dios, mientras que San Juan vé el Trono "puesto" en el cielo (v. 2) para juzgar (Dan. VII) y de ahí que los Vivientes estén alrededor del Trono.
Esto explicaría también por qué San Juan vea las seis alas: dos para cubrirse el rostro, dos los pies y dos para volar, mientras que Ezequiel vé sólo cuatro alas porque dos de ellas corresponden a las ruedas (I, 15 ss).



[1] Nota de Crampon: "De forma que, supuesto que el trono sea cuadrado, los Animales estarían no en los ángulos sino en medio de cada uno de los costados".