lunes, 7 de diciembre de 2020

Una opinión de Fr. Luis de León sobre la cronología de la Pascua, por Salvador Muñoz Iglesias (III de VI)

 C) La opinión de Fr. Luis 

Su teoría se puede condensar en los siguientes puntos: 

1. Jesús y los judíos comieron el Cordero Pascual en el mismo día, que fue en la primera víspera del 14 de Nisán, o sea el 13 por la tarde. 

2. Obrando así, unos y otros se ajustaron a la fecha legítima que debía celebrarse la Cena del Cordero Pascual. Nada de anticipaciones o retardos. 

3. Jesús murió, por lo tanto, a la hora de nona del 14 de Nisán, antes de que con la puesta del sol comenzara la gran Solemnidad de la Pascua o 15 de Nisán. 

4. Cuando San Juan habla (XVIII, 28) de que los judíos no quisieron entrar en el Pretorio para no contaminarse y poder comer la Pascua, se ha de entender no del Cordero Pascual (que todos habían comido legítimamente la noche precedente), sino de los sacrificios del gran Día de la Pascua que aquella misma tarde comenzaban, y de los panes ácimos que se habían de comer con pureza legal en los días sucesivos. 

En la demostración de estos puntos, Fr. Luis prescinde en absoluto de las determinaciones talmúdicas y atiende solamente a la exégesis objetiva del texto del Pentateuco. 

Su argumentación, en algunos puntos quizá discutible, procede con la claridad y nitidez en él características. 

 

1. Todos comieron el cordero el 13 por la noche 

Para probar que unos y otros debieron comer el cordero en la noche del 13 al 14, demuestra que la tarde del 14 (quarta decima die ad vesperam) se ha de entender de las primeras vísperas del 14, o sea del 13, después de puesto el sol: 

Pues sobre aquello que la Escritura señala expresamente que el Cordero debía ser inmolado el día catorce a la noche, la mayoría pensó que esta inmolación se hacía al fin del día catorce, porque según las ideas ordinarias la noche es el fin del día. Es un error que ha causado muchos apuros en la cuestión que los Intérpretes del Evangelio proponen, a saber, en qué día del mes tuvo Nuestro Señor Jesucristo la última Cena y sufrió la muerte. Siempre me he sorprendido que tantas personas sabias en las sagradas Letras hayan caído en este error que ha sido la causa de no sé cuántos Sistemas falsos en esta materia. Pues es lo que ha hecho imaginar a algunos que Jesucristo había adelantado el día de la Pascua de los Judíos. De aquí se fundan los griegos para asegurar que Jesús usó pan fermentado en la institución del sacramento adorable de su Cuerpo. En una palabra, es lo que ha dado lugar a todas las quimeras que cada uno se ha forjado a su fantasía, para dar pasos en falso a donde su primer error lo había comprometido, antes que nada. 

Digo, pues, que es un error muy grande creer que la noche para los Hebreos era la última parte del día, tal como lo es entre nosotros. La noche era el comienzo de su jornada, y así era al comienzo del día catorce en que se debía inmolar el Cordero, porque el Mandato de Dios era que había que inmolarlo la noche del día catorce”. 

a) Arguye por el comienzo del primer día histórico que, según él, fue por la tarde: 

“Pero para probar que el Cordero, que era Figura de Jesucristo, debía ser inmolado la primera noche, es decir, al comienzo del día catorce, hay que establecer lo que dije sobre el comienzo del día según el uso de los Hebreos”. 

Prueba después, por el capítulo primero del Génesis que el primer día comenzó por la tarde, para concluir: 

Según esta regla, el día que comienza por la noche terminará la noche siguiente, que será el comienzo de otro día. La noche será el comienzo, y la mañana será el fin y cuando la Escritura diga que hay que hay que hacer un sacrificio la noche del día catorce, es como si dijera que hay que hacerlo al comienzo del día catorce”. 

b) Un segundo argumento deduce de la legislación mosaica, que manda celebrar las fiestas desde la tarde del día anterior:     

“Si hubiera alguna duda con respecto al día civil o natural, no la hay ni la puede haber con respecto a los días festivos. Todo el mundo está de acuerdo que esos días comenzaban por la noche: de una tarde a la otra, guardaréis vuestros sábados (Lev. XXIII, 32). Pero, aunque el día catorce no era propiamente una fiesta, es decir, que ese día no estaba prohibido trabajar, sin embargo era un día que se celebraba y se solemnizaba por la inmolación del Cordero Pascual, por la manducación de los Ázimos en el festín en que se comía el Cordero, y por los otros preparativos que se hacían para la fiesta de la Pascua que era el día siguiente, y que comenzaba a partir de la segunda noche de ese mismo día; de esta forma, se lo debe colocar entre el número de los días solemnes que comenzaban por una noche”.