jueves, 1 de junio de 2017

El que ha de Volver, por M. Chasles. Apéndice II, El Reino Milenario (III de III)

Los Padres de la Iglesia que creían en el Milenio, lógicamente creyeron también en una primera resurrección para los justos de acuerdo con la enseñanza tantas veces repetida del Nuevo Testamento.

Esperaban pues, "la mejor resurrección" (Heb. XI, 35) aquella en que "los muertos en Cristo resucitarán" (I Tes. IV, 16) "cada uno por su orden... luego los de Cristo Cristo en su Parusía" (I Cor. XV, 23).

Leemos en la Didakhé o DOCTRINA DE LOS APOSTOLES (Siglo I):

"Entonces aparecerán los signos de la verdad: primer signo los cielos abiertos; segundo signo, el sonido de la trompeta; tercer signo, LA RESURECCION DE LOS MUERTOS, NO DE TODOS ES VERDAD, pero según lo que ha sido dicho: "El Señor vendrá y todos sus Santos con Él". Entonces el mundo verá al Señor "viniendo sobre las nubes del cielo" (Cap. XVI, 6-8).

Y en San Justino (Siglo II):

"Sabemos que sucederá una resurrección de la carne y que pasarán mil años en la Jerusalén reconstruida… los que hayan creído en nuestro Cristo pasarán mil años en Jerusalén después de lo cual sucederá la resurrección general" (Diálogo con Trifón. LXXXI 5, LXXXI, 4).

Sería fácil multiplicar estas citas hasta San Ambrosio.

Si estudiamos de cerca el texto original griego, notaremos que el Nuevo Testamento distingue claramente la resurrección de los muertos, es decir la resurrección general de todos los muertos, los malos como los buenos, de la resurrección de entre los muertos. Esta última frase indica que hay otros muertos que quedan atrás[1] y es por eso que San Pablo enseñaba que cada uno resucitará "por su orden: como primicia Cristo; LUEGO LOS DE CRISTO en su Parusía… el último enemigo destruido será la muerte" (I Cor. XV, 23-26).


En cuanto a la resurrección para el juicio (Jn. V, 24) o resurrección final de todos los que no hayan participado en la primera, ella será la "resurrección de los muertos".

Ya no se dirá de entre los muertos.

Entonces vendrá el castigo POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS para unos, o la gloria POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS para los otros, con Cristo que entregará el reino a su Padre.


***

Hemos tratado de levantar un poco el velo que cubre estas cuestiones discutidas.

Por una parte, los cristianos de los cinco primeros siglos creyeron en el reino milenario y en la "primera resurrección"; esperaban con fe y esperanza la realización de las profecías sobre la segunda venida del Señor.

Por otra parte, los exégetas enseñan actualmente que ¡esas esperanzas se han realizado en la Iglesia, en la cual reina la justicia y la paz mientras Satanás está encadenado y que los cristianos son resucitados por el bautismo!...

No nos toca a nosotros dirimir la cuestión.

La esperanza de la Iglesia primitiva en el reino milenario, después "de la restauración de todas las cosas" (Hech. III, 21) y la renovación de la tierra, es esencialmente escriturística; pero es evidente que toda concepción naturalista grosera es condenable, y debe ser absolutamente excluída[2].

Sólo Aquél que es “la luz del mundo" puede, si le place, levantar el velo sobre estos grandes textos y su realización.




[1] El término "de entre los muertos" es empleado 49 veces en el Nuevo Testamento; 34 veces hablando de la Resurrección de Jesús de la cual sabemos que fué "de entre los muertos"; 3 veces hablando de la resurrección de San Juan Bautista supuesta por Herodes, 3 veces hablando de la de Lázaro que también fué "de entre los muertos"; 3 veces hablando en figura de la liberación de la muerte y del pecado; 1 vez en la parábola de Lázaro y del mal rico; 1 vez a propósito de Abraham, creyendo que Dios podría devolver la vida a Isaac; 4 veces para significar la resurrección futura "de entre los muertos".

Detallamos los cuatro últimos textos:

1. Cuando resucitarán "de entre los muertos" los hombres no tendrán mujer, ni las mujeres maridos, pero serán como los ángeles del cielo (Mc. XII, 25).

2. El texto paralelo de San Lucas es más expresivo aún: "mas los que hayan sido juzgados dignos de alcanzar el siglo aquel y la resurrección de entre los muertos(Lc. XX, 35-36). Ningún malo puede tomar parte en esta resurrección porque está dicho: "Serán iguales a los ángeles, serán hijos de Dios". Por eso es que Jesús la llama en otra parte "resurrección de los justos" (Lc. XIV, 14).

3. En los Hechos (IV, 2) los Saduceos se irritan de que Pedro y Juan "predicasen en Jesús la resurrección de entre los muertos”.

4. En la Epístola a los Filipenses (III, 11) la proposición griega "ek" se encuentra bajo una doble forma bien significativa. Pablo quiere conocer la virtud de la resurrección de Cristo… "por si puedo alcanzar la resurrección (eis ten exanástasin), la que es de entre los muertos(ten ek nekrón). Esta insistencia tan manifiestamente voluntaria tiene por objeto el evitar toda confusión posible.

Ahora el término "ek nekrón" (de entre los muertos) no se aplica jamás a los impíos.

"La resurrección de entre los muertos, ¿podrá significar otra cosa en estas cuatro citaciones que "la primera resurrección"? (Apoc. XIX, 5). Cf. W. E. B. "Jesús revient". Neuchâtel, Delachaux et Niestlé, p. 54-56.

[2] Damos aquí algunas referencias sobre autores de los primeros siglos favorables al reino de mil años:
Epístola de Bernabé (XV, 4-9).
Doctrina de los Apóstoles (Didakhé XVI).
Papías, Obispo de Hierápolis, citado por Eusebio (Ec., III, 39).
San Justino, Diálogo con Trifón, LXXX y passim.
San Ireneo. Contra las Herejías, 32-35.
Tertuliano. Dice que cree en el reino de mil años después de la vuelta de Jesús y que ha tratado de ello en su libro De spe fidelium, hoy día perdido.
Lactancio. Div. Institut. VII, 21.
San Ambrosio. De bono mortis 45-47.
Sulpicio Severo. Dial. Gallus, 11, 14.
San Agustín. Sermón 259, 2.