III) Criterios de exégesis
Necesario
complemento de esta enumeración es añadir una palabra sobre sus criterios
exegéticos. Ya que su exégesis bíblica, desde el principio hasta el fin, tiene
un criterio y una luz que ilumina todas las cuestiones. Sea en el Antiguo,
sea en el Nuevo Testamento, sea en las Profecías, o en las Parábolas, es
siempre análoga la solución.
Consta
esta en todos sus escritos, pero se halla sistematizada y orgánicamente
expuesta por uno de sus alumnos de Propaganda Fide en su estudio titulado: “Apocalypsis
schematica explanatio ex profesoris praelectionibus excerpta, a Rev. Roberto
Alford, sac. Australiano. Romae 1938 (ad ususm privatum), pag. 73”[1].
El mismo P. Ramos hace prefación y responde de las ideas suyas expuestas por su
alumno, con fecha 23 de enero 1938.
Por
esto, Alfred Felix Vaucher, en el fasc. 13-19, de febrero de 1955 de la
colección “Lacunziana”, en que recoge todos los Padres y escritores Milenistas
hasta nuestros días, al llegar al P. José Ramos García traza así su semblanza
milenista con estas líneas que nos ahorran cuanto podríamos decir por nuestra
cuenta[2]:
“José Ramos García, C.M.F., esp. nacido en 1884,
había expuesto la mayor parte de las ideas de Morondo, en la revista Ilustración del Clero, 1925, pag.
167-168. En las lecciones dadas en Roma, en el Instituto pontifical, en
1935-1936, Apocalypsis schematica
explanatio, R., 1938, IV-73 p., admitía aún un reino futuro (pag. 1-3, 8,
71-72), dos juicios generales, el de los vivos en la parusía, y el de los
muertos al fin del período milenario (p. 3, 70-72), la conversión futura de
Israel (pp. 2, 26-27, 52-53), el restablecimiento político de Israel (pag.
28-31), la reconstrucción de Jerusalén (pp. 44-45). Proponía reemplazar el
término tan desacreditado de milenarismo por el de milenismo (pp. 2, 8, 71).
En la Summa Isagogico exegética in
utriusque testamenti libros sacros, II, R., 1940, pag. 341-377, enseñaba un
milenio futuro un advenimiento premilenial. Cfr. Manuale isagogico-exegeticum in libros, II R., 1936, pp 365,
404-406. Ver Piolanti, de Novissimis,
1946, p. 121. La actitud tomada por el Santo Oficio, con respecto al
milenarismo, en 1944 obligó a los católicos a ciertas moderaciones. Igualmente,
nuestro autor, en “Estudios Bíblicos”, VIII, Mad. 1949, p. 75-133[3],
suelta el lastre e intenta salvar algo. Abandona a Lacunza a su suerte (p. 93),
propone reemplazar la venida premilenial visible (adventismo) por una simple
intervención de Cristo (intervencionismo) deja abierta la cuestión de saber si
la primera resurrección, la que acompaña a la parusía, debe ser corporal o
espiritual, y se contenta con mantener un milenio futuro de paz entre los dos
juicios, con la restauración de Israel. Llama a su sistema milenista, por oposición al milenarismo condenado por Roma”[4].
IV) Su escuela
La
escuela Milenista del P. José Ramos García, en sus líneas doctrinales, queda
expuesta en la Colección Lacunziana. Digamos una palabra más sobre sus
seguidores y discípulos, pues contribuirá a la exposición completa de su figura
en el campo de la ciencia bíblica. Nombremos nada más algunos que han dejado
escritas sus ideas, pues muchos eran los que oralmente oían y seguían sus exposiciones
bíblicas.
Hemos
citado anteriormente la obra de Roberto Alford, recogiendo y
sistematizando científicamente la exposición del P. Ramos en su Cátedra. Con él
colaboró, el Rev. Stanislaus Franciscos Xaverius X, el cual “suplevit, et indices magna cura paravit, quo
quidem pluribus condiscipulis gratum perfecit opus”, dice el mismo P. Ramos en la Prefacción de la
obra.
Pero
quien estudió a fondo su doctrina fue su discípulo, el sacerdote rumano Alejandro
Todea, en su tesis. Copiamos otra vez las noticias de Vaucher en la
Lacunziana:
“Es un discípulo de Ramos García, su tesis
multicopiada, De doctrina Millenaria Tractatus
Exegetico-dogmaticus; R. 1940, XV-180 pp.,
contiene una historia del milenarismo, por el período patrístico”[5].
Siguiendo
directrices similares al P. Ramos, su gran amigo don Valentín López,
párroco de Viana (Navarra), publicó su “El Reino de Cristo en todos los
tiempos”. El mismo P. Ramos en “Ilustración del Clero”, Mad., 1917, p. 350,
dice de este libro que es Milenarista cien por cien.
V) Conclusión
Sea lo que se quiera del
fundamento de sus teorías, nadie puede negar al P. José Ramos García un talento
poderoso de penetración del texto y una fuerza grande de síntesis. Quizá las
teorías antes expuestas no dejaron ver otro aspecto de su personalidad, que fue
su amplia erudición cronológica, sus estudios lingüísticos en casi todas las
literaturas, sus hipótesis cósmicas y otros muchos aspectos de su saber.
Lo que sí conviene
poner de relieve es que sus estudios y sus teorías milenistas se orientaban,
como buen Misionero, a tender un puente de inteligencia con el mundo judaico
para obtener su conversión.
Dejó escrito como resumen de todos sus escritos, recogiendo las ideas de
Morrondo y refiriéndose a su artículo en ESTUDIOS BIBLICOS (1927), 123-128:
“Ibi signatur punctum debile in Polemica
exegetica hebraeo-christiana, quod Hebraeis est “passiones Christi”, Christianis
autem “posteriores gloriae”. Consensus tunc demum fiet, cum Hebraei deferant
Christianis, admittentes in sensu obvio
vaticinia dolorosa, et Christiani deferant Hebraeis sumentes vicissim in sensu obvio vaticinia gloriosa. Faxit Deus”[6].
PABLO
LUIS SUÁREZ
[1] Nota del Blog:
Preciosa joya sobre la cual deberíamos hacer al menos alguna reseña más
adelante.
[2] Nota del Blog:
Sigue el original francés que hemos preferido directamente traducir.
[4] Op. cit. págs. 95-96.
Nota
del Blog: Es una pena que en esta
crónica el P. Suárez no haya
actualizado el pensamiento del P. Ramos
García. Un par de meses después que Vaucher escribiera estas páginas el mismo
Ramos García rectificó algunas cosas como ya hemos visto en este trabajo AQUI.
[5] Alfred-Felix Vaucher, Lacunziana, 1015 (Troiséme serie), pág. 06.
Nota
del Blog: ¡Otra rareza que parecería
imposible de encontrar!
[6] R.
Alfred, o. c. Praefatio P. Ramos.
Nota
del Blog: “El punto débil en la
polémica exegética hebreo-cristiana está para los hebreos en los “padecimientos
de Cristo”, mientras que para los cristianos en las “posteriores glorias” (I
Ped. I, 11). El consenso se dará entonces finalmente cuando los hebreos
concedan a los cristianos admitiendo los vaticinios dolorosos en sentido obvio, y los cristianos les concedan a
los hebreos interpretando a su vez en sentido obvio los vaticinios gloriosos. Dios lo hará”.