lunes, 15 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 1

Capítulo XVIII

 1. Después de esto vi otro ángel descendiendo del cielo, teniendo autoridad grande y la tierra se iluminó con su gloria. 

Concordancias: 

Μετὰ ταῦτα (después de esto): cfr. Apoc. I, 19; IV, 1; VII, 1.9; IX, 12; XV, 5; XIX, 1; XX, 3. 

Ἀγγελον (ángel): cfr. Mt. XI, 10; Mc. I, 2; Lc. VII, 27 (San Juan Bautista); Lc. VII, 24; IX, 52 (mensajeros); Sant. II, 25 (dos mensajeros de Josué); Apoc. I, 1; V, 2; VII, 2; VIII, 3-5.13; X, 1.5.8-10; XIV, 6.8-9.15.18; XVIII, 21; XIX, 17; XXII, 16 (San Gabriel); VIII, 2.6.8.10.12; IX, 1.13-14; X, 7; XI, 15 (7 Arcángeles que tocan las siete trompetas); I, 20; II, 1.8.12.18; III, 1.7.14 (Jerarquía); III, 5; V, 11; VII, 1.2.11; XIV, 10 (ángeles); IX, 11 (ángel del abismo); IX, 14-15 (ángeles malos de la sexta Trompeta); XII, 7 (ángeles de San Miguel); XII, 7.9 (ángeles de Satanás); XIV, 17.19 (un ángel con la hoz afilada); XV, 1.6-8; XVI, 1; XVII, 1.7; XXI, 9; XXII, 8 (ángeles de las siete Copas); XVI, 5 (ángel de las aguas); XX, 1 (San Miguel); XXI, 12 (12 Apóstoles); XXII, 6 (¿Cristo?). 

Καταβαίνοντα (descendiendo): cfr. Apoc. III, 12 (Jerusalén celeste); X, 1 (San Gabriel); XII, 12 (Diablo); XIII, 13 (fuego); XVI, 21 (Granizo); XX, 1 (San Miguel); XX, 9 (fuego); XXI, 2.10 (Jerusalén Celeste). 

οὐρανοῦ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 4-5.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10. 

ἐξουσίαν (autoridad): cfr. Apoc. II, 26; VI, 8; IX, 3.10.19; XI, 6; XII, 10; XIII, 2.4-5.7.12; XIV, 18; XVI, 9; XVII, 12-13; XX, 6; XXII, 14. 

ἐξουσίαν μεγάλην (autoridad grande): cfr. Apoc. XIII, 2. 

γῆ (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; III, 10; V, 3.6.10.13; VI, 4.8.10.13.15; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX 1.3-4; X, 2.5-6.8; XI, 4.6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6-7; 15-16.18-19; XVI, 1-2.18; XVII, 2.5.8.18; XVIII, 3.9.11.23-24; XIX, 2.19; XX, 8-9.11; XXI, 1.24. 

Ἐφωτίσθη (se iluminó): cfr. Lc. XI, 36; Jn. I, 9; I Cor. IV, 5; Ef. I, 18; III, 9; II Tim. I, 10; Heb. VI, 4; X, 32; Apoc. XXI, 23; XXII, 5. Ver Ez. XLIII, 2. 

Δόξης (gloria): cfr. Mt. XVI, 27; XIX, 28; XXIV, 30; XXV, 31; Mc. VIII, 38; X, 37; XIII, 26; Lc. IX, 26.31-32; XII, 27; XXI, 27; XXIV, 26; I, 14; XI, 40; XII, 41; XVII, 5.22.24; Hech. VII, 2.55; Col. III, 4; I Tes. II, 12; II Tes. I, 9; II, 14; Tit. II, 13; I Ped. I, 11; IV, 13; V, 1; Apoc. I, 6; IV, 9.11; V, 12-13; VII, 12; IX, 20; XI, 13; XIV, 7; XVI, 9; XIX, 1.7; XXI, 11.23-24.26. Ver Apoc. XV, 4; XVIII, 7. 

 

Comentario: 

Sobre la identidad del ángel ver AQUÍ. 

Allo: “Se dice que este ángel es “otro” con relación al de XVII, 1.7.15. Su aspecto grandioso corresponde a la importancia del drama que anuncia”. 

Straubinger: “En su estilo, este anuncio se parece a los de los profetas antiguos contra Babilonia (cf. Is. caps. XIII-XIV; XXI, 9; Jer. caps. L-LI). Véase en la nota al Sal. CXXXVII, 8 los muchos paralelismos entre ambas Babilonias”. 

Sales: “La caída de Babilonia (1-24). En modo trágico se describe ahora la ruina de la gran ciudad representante del reino del Anticristo. Esta ruina, ya anunciada antes (XIV, 8; XVI, 19; XVII, 16-18), se cumple ahora, es presentada por el profeta con los más vivos colores y con un lenguaje parecido al de las profecías de Isaías (XIII, XIV, XXIII), Jeremías (L, LI) y Ezequiel (XXVII, XXVIII), en los que se anuncia la caída de Tiro y Babilonia”. 

En realidad, no se parecen. Son los mismos. 

Sales: “Otro Ángel, diverso del visto en XVII, 1”. 

Bartina: “Este ángel iluminó toda la tierra que veía Juan. Estaba en el negro escenario del capítulo precedente, en que había visto en el desierto, a escala de perspectivas cósmicas, a la Bestia escarlata y a la mujer que sobre ella cabalgaba”. 

Caballero Sánchez: “La descripción de este “Ángel” coincide con la del Ángel del Sello (VII, 2), con la del Ángel-Águila anunciador de los tres Ayes (VIII, 13) y con la del Ángel anunciador del Evangelio eterno (XIV, 6). La misma expresión los introduce: “otro Ángel”, como para insinuarnos que siempre se trata del mismo personaje…”. 

Drach: “Teniendo autoridad grande: Uno de los ángeles principales”. 

Bauckham: “El pasaje que nos ocupa principalmente es la serie de visiones y audiciones de XVIII, 1-XIX, 8. La estructura de este pasaje ha sido frecuentemente malinterpretada, pero es importante entenderla. Se divide en cuatro partes principales: 

A XVIII, 1-3    Un ángel pronuncia el juicio sobre Babilonia

B XVIII, 4-20                  Una voz del cielo predice la caída de Babilonia

A' XVIII, 21-24      Un ángel pronuncia el juicio sobre Babilonia

B' XIX, 1-8               Voces en el cielo alaban a Dios por la caída de Babilonia

 Aunque el cap. XVIII se ha tratado a menudo como una unidad en sí misma, debe quedar claro que la escena de regocijo en el cielo de XIX, 1-8 forma parte de la representación de la caída de Babilonia y es necesaria para completar la unidad. Además, al igual que hay vínculos entre los pasajes aquí etiquetados como A y A', también los hay entre B y B', que muestran que este último es la última parte de una unidad de cuatro partes. El pasaje B describe el duelo por Babilonia de los reyes de la tierra, los mercaderes y los marineros (XVIII, 9-19) y termina llamando a los habitantes del cielo a alegrarse por la caída de Babilonia. Este llamamiento se retoma en B', donde el regocijo en el cielo por la caída de Babilonia contrasta con el luto en la tierra en B.

Pero la sección B (XVIII, 4-20), que contiene el material más relevante para nuestro tema, necesita un análisis más profundo. Es importante darse cuenta de que toda esta sección son las palabras de la voz del cielo a las que se refiere XVIII, 4. La mayoría de los intérpretes y traducciones han supuesto que las palabras de la voz del cielo terminan con el v. 8, pero no hay razón para suponerlo. Más bien, la predicción de la caída de Babilonia que comienza en los vv. 7b-8 continúa con la predicción de cómo los reyes, mercaderes y marineros se lamentarán por ella (vv. 9-19). Juan no está describiendo el luto por su cuenta, sino que continúa informando las palabras de la voz celestial. (Los tiempos futuros de los vv. 9-10.15 dejan claro que el relato de los que se lamentan es una predicción; la viveza de la escena explica los tiempos presentes y pasados de los vv. 11.14.17-19; para la variación de los tiempos, cf. XI, 7-13). Reconocer esto elimina los problemas que de otro modo causarían los vv. 14 y 20. En el v. 14, el relato del duelo de los mercaderes se interrumpe con un comentario dirigido a Babilonia, pero el interlocutor no cambia. El v. 20 no forma parte del lamento de los marineros (v. 19), pues sería bastante incongruente que los marineros que se lamentan de la pérdida de su propio sustento por la caída de Babilonia continuaran invitando a los habitantes del cielo a alegrarse por ello. Pero, por otra parte, no hay necesidad de suministrar para el v. 20 un nuevo interlocutor no indicado en el texto. Más bien la voz celestial, tras citar el lamento de los marineros en el v. 19, se dirige a los habitantes del cielo en el v. 20. La clave para analizar toda la sección B es reconocer los diversos destinatarios de los distintos pasajes y distinguir los pasajes dirigidos a varios destinatarios de los que son predicciones dirigidas a ningún oyente concreto. Así, la sección puede dividirse como sigue: 

4a            Introducción 

4b-5          Llamada al pueblo de Dios para que salga de Babilonia

6-7a          Llamada a los agentes de la justicia divina para que ejecuten venganza en Babilonia

7b-8    Profecía de la caída de Babilonia

9-10    Profecía del luto por Babilonia: Primer grupo de los que se lamentan

11-13   Profecía del luto por Babilonia: Segundo grupo de los que se lamentan (a)

14       Interjección dirigida a Babilonia

15-17a Profecía del luto por Babilonia: Segundo grupo de los que se lamentan (b)

17b-19 Profecía del luto por Babilonia: Tercer grupo de los que se lamentan

20              Llamada a los habitantes del cielo para que se alegren por la caída de Babilonia.

 En estas divisiones hay una progresión lógica. Primero, se advierte al pueblo de Dios que abandone la condenada Babilonia para no compartir su castigo. Luego, se ordena a los "ministros de la venganza" que hagan su trabajo. Luego, se prevé la ejecución de la venganza, la caída de Babilonia. A continuación, mientras Babilonia arde, se representa a tres grupos que lamentan su caída. Por último, se pide al cielo que se alegre de que el juicio de Dios sobre Babilonia haya tenido lugar”.