martes, 6 de diciembre de 2022

Algunas notas a Apocalipsis XIII, 1

Capítulo XIII 

1. Y vi del mar una Bestia que sube, teniendo cuernos diez y cabezas siete y sobre sus cuernos, diez diademas y sobre sus cabezas, nombres de blasfemia. 

Concordancias: 

θαλάσσης (mar): cfr. Apoc. VII, 1-3; VIII, 8-9; X, 2.5.8; XII, 12.17; XVI, 3; XVIII, 21; XX, 13 (?); XXI, 1 (?). Ver Apoc. IV, 6; V, 13; X, 6 XIV, 7; XV, 2; XVIII, 17.19; XX, 8. 

θηρίον (Bestia): cfr. Apoc. XI, 7; XIII, 2-4.11-12.14-15.17-18; XIV, 9.11; XV, 2; XVI, 2.10.13; XVII, 3.7-8.11-13.16-17; XIX, 19-20; XX, 4.10. Ver Apoc. VI, 8; XVIII, 2. 

ναβαῖνον (sube): cfr. Apoc. IV, 1; VII, 2; VIII, 4; IX, 2; XI, 7.12; XIII, 11; XIV, 11; XVII, 8; XIX, 3; XX, 9. 

κέρατα (cuernos): cfr. Lc. I, 69; Apoc. V, 6; IX, 13; XII, 3; XIII, 11; XVII, 3.7.12.16. 

δέκα (diez): cfr. Apoc. II, 10; XII, 3; XVII, 3.7.12.16. 

κεφαλὰς (cabezas): cfr. Apoc. I, 14; IV, 4; IX, 7.17.19; X, 1; XII, 1.3; XIII, 3; XIV, 14; XVII, 3.7.9; XVIII, 19; XIX, 12. 

διαδήματα (diademas): Sólo en el Apoc. cfr. Apoc. XII, 3; XIX, 12. 

ὀνόματα (nombres): cfr. Apoc. II, 3.13.17; III, 1.4-5.8.12; VI, 8; VIII, 11; IX, 11; XI, 13.18; XIII, 6.8.17; XIV, 1.11; XV, 2.4; XVI, 9; XVII, 3.5.8; XIX, 12-13.16; XXI, 12.14; XXII, 4. 

βλασφημίας (blasfemia): cfr. Apoc. II, 9; XIII, 5-6; XVII, 3. 

 

Notas Lingüísticas: 

Ὀνόματα βλασφημίας (nombres de blasfemias): Hebraísmo: “nombres blasfemos”. cfr. Apoc. XVII, 3 y Ver VD 12, pag. 298. 

 

Comentario: 

Siete Cabezas: cfr. el Dragón de XII, 3. Son siete imperios. 

10 Cuernos, cfr. Apoc. XVII, 12 y Dan. VII, 24. 

Las diez diademas indican claramente que en los cuernos están significados diez reyes. 

Esta Bestia es un imperio formado por diez naciones. Es una persona moral, como bien lo indica Lacunza. 

Straubinger: “Esta primera Bestia (cfr. XI, 7 y XVII, 3 y nota) es, según sentencia común, el símbolo de las potencias que luchan contra el Reino de Dios o la encarnación del Anticristo con sus secuaces. La unión de elementos tan disímiles en la misma Bestia significa que las tendencias más opuestas entre sí se unirán (cfr. Sal. II, 2) para destruir la obra del Redentor, engañando a los desprevenidos (II Tes. II, 9 s.), con apariencia de piedad (II Tim. V, 3) y de paz (I Tes. V, 3). La historia de la Iglesia es ya una prueba de ello, porque “el misterio de la iniquidad” obra desde el principio, como enseña San Pablo (II Tes. II, 6 s.) y el mismo San Juan (I Jn IV, 3). Pero aquí se trata de la crisis final de ese misterio, llevado a su colmo con el endiosamiento del hombre (II Tes. II, 4) en forma no ya disimulada como hasta entonces en aquel misterio, sino abierta, desembozada y triunfante (vv. 4, 12, 15 etc.)”. 

Allo: “Para la descripción de la Bestia, en líneas generales, cfr. la de las “Cuatro Bestias” que parece haberle sugerido Dan. VII, 2 ss; las “siete cabezas”, cfr. el Dragón, XII, 3; los “cuernos”, ver Apoc. XVII, 12 y los 10 cuernos de la 4° Bestia de Daniel (VII, 24); “blasfemia”, cfr. II Tes. II, 4 ss. Ver la prolepsis de XI, 7; “del mar”: XI, 7: “del Abismo”. 

Sales: “Tenía siete cabezas: simbolizan siete imperios (cfr. XVII, 9), y diez cuernos… diez diademas, que figuran diez reyes o diez imperios (cfr. XVII, 12). También Daniel (VII, 8.20-27) dice que del último de los cuatro imperios saldrán diez reyes representados por los diez cuernos, y que luego surgirá el gran cuerno, figura del Anticristo”. 

Sales: “Nombres de blasfemia, porque los siete imperios representados son enemigos declarados de Dios y de Jesucristo”. 

Alápide: “Las siete cabezas significan siete reyes que preceden al Anticristo, de los cuales reinos él mismo ocupará uno, de lo cual hablaremos en el cap. XVII”. 

Alápide: “Los pintores distribuyen de tal forma los cuernos de poner uno en cada una de las cabezas, y los otros tres los distribuyen ad libitumCon mejor tino Alcázar distribuye estos diez cuernos en una sola cabeza, a saber, en la principal, puesto que al ser una la Bestia, tendrá una sola cabeza principal como consta en XVI, 13. Además estos diez cuernos son diez reyes, y de aquí que tengan diademas, que habrá en el mundo cuando venga el Anticristo, de los cuales vencerá y matará a tres, y luego los otros siete se le someterán espontáneamente llenos de terror, como enseña Dan. VII, 21.23-25. Ver lo que dijimos allí”. 

D. Wong (citado por Garland): “¿La Bestia que sube del mar es un hombre o un imperio? La respuesta es: ambos. 

A) La Bestia es un hombre porque su número es el de un hombre (XIII, 18). También el uso del pronombre masculino αὐτὸν (lo) (XIII, 8) para referirse a un neutro θηρίον (Bestia) (XIII, 1-2.4) indica que es un ser humano. Además, los paralelos entre la Bestia y el Cordero indican que es una persona: ambos tienen seguidores en cuyas frentes están inscriptos sus nombres (XIII, 16-17; XIV, 1), ambos son vencedores (V, 5; XIII, 7) y reciben culto (V, 8; XIII, 4). 

B) Al mismo tiempo la Bestia es un imperio sobre el cual reina el hombre. Este hecho se demuestra por el simbolismo de las Bestias de Dan. VII”. 

Fillion: “Capita… et cornua…: La Bestia parecía en ésto al Dragón (XII, 3b). Hecho muy natural, ya que de él tenía su poder (vv. 2.4.5) y que debía ser su agente principal en su lucha contra la Iglesia”. 

Swete: “El vidente ha anticipado esta visión en XI, 7: la Bestia, la que sube del abismo”. 

Swete: “La Bestia que sube del mar embravecido es, como en Dan. VII, 17.23, un vasto Imperio que posee una fuerza que es usada en interés de la fuerza bruta”. 

Swete: “Al igual que el Dragón, tiene diez cuernos y siete cabezas (cf. XII, 3), pero en el caso de la Bestia, los que están coronados son los cuernos y no las cabezas. Los diez cuernos vienen de la descripción de Daniel de la cuarta Bestia, en cuya interpretación son explicados como “diez reyes” (Dan. VII, 24)”. 

San Ireneo: “Una vez que venga (el Anticristo) con sus planes, recapitulará toda la apostasía en sí mismo, realizará todo lo que haga por su propia voluntad y arbitrio, sentado en el templo de Dios para que cuantos se dejen seducir por él lo adoren como a Cristo”. 

Drach: “El contexto exige imperiosamente que la Bestia de la que se habla en este capítulo, se distinga de la ciudad culpable, designada bajo el nombre de Babilonia, XVIII, 1 ss y del pueblo infiel. El v. 18 de nuestro capítulo, y XIX, 20; XX, 9-10 muestran que la Bestia representa una individualidad física y no un ser colectivo (…) Los caracteres de la segunda Bestia, convienen completamente con aquel que el Apocalipsis llama el Falso Profeta de la Bestia y de ninguna manera a los caracteres del poder que se aplican al Anticristo”. 

Drach: “Sobre sus cabezas, nombres blasfemos: Comparar más abajo vv. 5-6; XVII, 3; II Tes. II, 4. Todos estos pasajes precitados muestra que se trata de verdaderas blasfemias, es decir, de proposiciones injuriosas contra Dios, Jesucristo y los santos. Por lo tanto, no se puede aplicar este versículo de los empreadores romanos”. 

Boismard: “Por otra parte, el cap. XIII describe a los enemigos del pueblo de Dios bajo la forma de una como caricatura de la Trinidad. El Dragón, que se opone a Dios, entrega a la primera Bestia potencia y realeza (XIII, 2-4; cf. 12), como Dios Padre entrega al Hijo potencia y realeza (cf. IV-V). La primera Bestia goza de una especie de resurrección, que es una como caricatura de la resurrección de Cristo (XIII, 3). La segunda Bestia realiza prodigios y milagros para inducir a los hombres a adorar a la primera Bestia (XII, 12.14), como el Espíritu sostenía la predicación apostólica primitiva por medio de prodigios y de milagros”. 

Simón-Prado: “Ciertamente, la Bestia designa algún imperio poderosísimo e impío 

Esto se ve por: 

a) La manifiesta alusión a los antiguos imperios significados por las Bestias de Daniel (Dan. VII, 3-8); 

b) La descripción de la tiranía de la Bestia, que abusa de la suma potestad para extinguir a los santos; 

c) La interpretación del mismo hagiógrafo, que dice que las siete cabezas de la Bestia son montes (e.e. reinos) y reyes (XVII, 9). 

Parecería que este imperio se debería tomar, en líneas generales, como la universalidad de los reinos, que, al igual que los antiguos reinos de Egipto, Babilonia, Asiria y Siria, con sus emperadores y reyes, hicieron la guerra al Reino de Dios por medio de una diabólica conspiración”. 

Ribera: “Qué significa el hecho de que asciende del mar se entiende por Dan. VII, donde vio cuatro Bestias, de una de las cuales salió el Anticristo, tal como luego dice: “Yo estaba mirando durante mi visión nocturna, dice Daniel tomando la palabra, y vi cómo los cuatro vientos del cielo revolvían el Mar Grande. Y subieron del mar cuatro grandes Bestias, diferentes una de otra” (VII, 2-3). Sobre lo cual dice San Jerónimo: “El mar significa este mundo y este siglo, lleno de falsos y amargos frutos, tal como se interpreta lo que el Señor dijo en la parábola de la red arrojada al mar”. Esta interpretación de Jerónimo es verdadera, pues, además que la parábola lo confirma, tal como lo indica, Daniel lo dice claramente. Primero dice: “Y subieron del mar cuatro grandes Bestias” (VII, 3), y luego interpreta así: “Estas grandes Bestias, que son cuatro, son cuatro reyes que se levantarán en la tierra” (VII, 17). 

Shea: “Obsérvese que en Éx. XV se alaba a Dios por haber ahogado al Faraón en el mar, mientras que en Apoc. XIII la bestia sube del mar, una especie de resurrección de este poder que dijo: "No conozco al Señor" (Ex. V, 2). De nuevo, se trata de una parodia de la resurrección del Cordero inmolado, y también un eco de la herida mortal que se cura”.