Capítulo VII
1. Después de
esto vi cuatro ángeles que estaban de pie sobre los cuatro ángulos de la tierra,
teniendo los cuatro vientos de la tierra para que no sople viento sobre la tierra,
ni sobre el mar, ni sobre árbol alguno.
Concordancias:
ἀνέμους
(vientos): cfr. Mt. VII, 27
(Babilonia); VIII, 26-27; XXIV, 31; Mc. IV, 37.39.41; XIII, 27; Lc. VIII,
23-25; Apoc. VI, 13.
πνέῃ (soplen): cfr. Mt. VII, 27
(Babilonia).
Notas Lingüísticas:
Zerwick:
"κρατοῦντας (teniendo): tener potestad sobre algo".
Comentario:
Duda:
¿Los 4 ángeles son buenos o malos? ¿Hay que distinguir los cuatro ángeles de
los 4 vientos? ¿Los 4 vientos son ángeles? ¿Los primeros serían buenos y los
segundos malos?
Se responde aquí a la pregunta de
VI, 17 y se narra lo que sucede mientras son muertos el resto de los
mártires de los cuales se habló en VI,
11.
La tierra es aquí Babilonia y el
Mar, el Éufrates.
Notar que en IX, 14 (6ª
Trompeta) hay 4 ángeles atados junto al Éufrates.
Sobre la locución "cuatro
ángulos de la tierra", ver XX, 8.
Allo (Int.): “… todo el capítulo
VII se relaciona con el sexto sello, al igual que VI, 12-17. Es la
segunda parte del cuadro: la seguridad y el triunfo de los justos se opone
al pánico de los enemigos del Cordero. Es la respuesta al grito desesperado de
aquellos “¿quién podrá estar en pie?”.
Bossuet: "Para que no
soplen sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol: Estas
palabras son muy importantes para entender el capítulo siguiente, con el cual
tienen una relación manifiesta, como se verá".
Alápide: "Así como Dios (Ex. XII, 7) cuando estaba
por castigar por medio del ángel a los primogénitos de los Egipcios, ordenó
antes marcar las casas de los hebreos, a fin de que el ángel pasara de largo y
no los lastimara y lo mismo en Ezequiel
IX, 4, Dios antes de castigar a Jerusalén y a los judíos culpables,
ordenó que antes fueran signados los santos, a fin de que no fueran castigados
junto con los culpables, de la misma manera se ordenará signar a los santos en
el fin del mundo a fin de no ser incluidos en las plagas comunes a todo el orbe.
De aquí que en IX, 4 se diga: "Y
se les dijo que no dañasen la hierba de la tierra, ni nada verde, ni ningún
árbol, sino a los hombres, los que no tienen el sello, el de Dios, en las
frentes”.
Parecería según esto que los
144.000 signados (o parte de ellos al menos) van a estar en Babilonia.
Lepin: “Estas visiones forman
una suerte de entreacto. Responden a la
pregunta de VI, 17: “¿Quién, pues, permanecerá de pie?”. Los cristianos
fieles serán perdonados”.