viernes, 31 de agosto de 2018

Algunas Notas a Apocalipsis V, 6-7


6. Y vi en medio del trono y de los cuatro Vivientes y en medio de los Ancianos, un Cordero estando de pie, como degollado, teniendo cuernos siete y ojos siete, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra.

Notas Lingüísticas:

Zerwick: ἐν μέσῳ... καὶ ἐν μέσῳ”: en medio; aquí parecería ser un hebraísmo que se refiere al espacio intermedio entre dos, en este caso entre el círculo interno de los Animales (vivientes) y el círculo externo de los Ancianos”.

Iglesias: “Entre el Trono y los cuatro seres Vivientes, por un lado, y el círculo de los Ancianos, por otro”.

Iglesias: “Degollado: inmolado. En griego es participio pasivo de perfecto; más que en el hecho pretérito de su muerte, el énfasis está en el valor actual, perdurable, de esa muerte”.


Comentario:

Estos siete ángeles “de la presencia” son los mismos que aparecen en I, 4 (siete espíritus delante del Trono); III, 1 (siete espíritus); IV, 5 (siete antorchas de fuego que arden ante el trono); VIII, 2 (siete ángeles de pie ante Dios).

Notar que en el Apoc. sólo se envían “ángeles”, (I, 1 y XXII, 6), por lo tanto, parecería que aquí también deberían ser ángeles.

Straubinger: “El Cordero inocente y santo de Jn. I, 29 es aquí el poderoso e irritado. Cfr. VI, 16 s (Lagrange, Pirot)”.

Allo: "El Cordero aparece sobre el mar de cristal, entre el círculo de los Ancianos y el trono llevado por los Animales, y no en una posición absolutamente central pues pronto se verá que debe acercarse al trono".

Bover: "En medio: en el espacio comprendido por el semicírculo de los ancianos".

Alápide: “Este es el orden de toda la visión: En el trono estaba sentado Dios; junto a Él estaba el Cordero, al cual seguían los animales que rodeaban tanto el Cordero como el trono por sus cuatro lados; después de los animales seguían los veinticuatro ancianos, sentados en sus tronos, teniendo en una mano la copa de perfumes o incienso y en la otra la cítara; después de los ancianos seguían las miríadas de miríadas de ángeles que clamaban “digno eres, Señor, etc”.

Garland: "ἑστηκὸς: estando de pie. El Cordero ha estado allí por algún tiempo. Habiendo estado sentado a la diestra del Padre por miles de años, Jesús ahora se levanta. El tiempo de compartir el trono de su Padre está llegando rápidamente a su fin. Una vez que tome el rollo, como la Raíz de David, iniciará una serie de eventos irreversibles que resultarán en el establecimiento del reino davídico en la tierra".


7. Y vino y recibió (el libro) de la diestra del sentado sobre el trono.

Comentario:

El Cordero es digno de recibir las alabanzas del v. 12, y también de recibir el libro en el v. 9, y por lo tanto aquí lo recibe y no lo “toma”.

Allo: “El pasaje del aoristo (vino) al perfecto (recibió) podría ser intencional, porque el Cordero continúa teniendo desde entonces en el cielo el libro que recibió. No sólo se ha acercado al trono de Dios, sino que veremos en VII, 17 que Él mismo se sentó en él; por otra parte, esta entronización está supuesta por todo lo que sigue en esta perícopa; y en el capítulo XXII, 1.3 se hablará de “el trono de Dios y del Cordero”.

El texto no dice que en VII, 17 el Cordero se siente en el trono, sino que está en medio de él.

Bartina: "El original dice propiamente: fue y recibió; y aunque el verbo (εἴληφεν) puede traducirse por "tomar" o "recibir", es preferible esta segunda significación, que cuadra enteramente con el contexto. El perfecto connota el efecto que se siguió: lo recibió del Padre y se lo quedó. Los dos verbos están yuxtapuestos en sintaxis hebraizante con valor final".