sábado, 27 de julio de 2024

Algunas notas a Apocalipsis XVIII, 5

   5. Pues se han conglutinado sus pecados hasta el cielo, y ha recordado Dios sus iniquidades. 

Concordancias: 

Ἐκολλήθησαν (conglutinado): Hápax en Apoc. cfr. Mt. XIX, 5; Lc. X, 11; Rom. XII, 9; I Cor. VI, 16-17. 

Ἁμαρτίαις (pecados): cfr. Mt. I, 21; Apoc. I, 5; XVIII, 4. 

οὐρανοῦ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11.21; XVIII, 1.4.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10. 

ἐμνημόνευσεν (recordado): cfr. Apoc. II, 5.16.21-22; III, 3.19. Ver Apoc. IX, 20-21; XVI, 9.11. 

ἀδικήματα (iniquidades): Hápax en el Apoc. cfr. Hech. XVIII, 14; XX, 24. 

 

Notas: 

Zerwick: “ἄχρι con genitivo, hasta: sus pecados o alcanzaron el cielo mismo; aquí se han mezclado dos ideas: “acumularse hasta” y “tocaron el cielo”. 

 

Citas Bíblicas: 

Jer. LI, 6: “Huíd de en medio de Babilonia, salve cada uno su vida, no sea que perezcáis por la iniquidad de ella; porque tiempo es de la venganza de Jehová; Él va a darle su merecido”. 

Jer. LI, 9: “Hemos procurado curar a Babilonia, pero ella no ha sanado. Abandonadla, y vámonos cada cual a su país, pues su crimen alcanza hasta el cielo, y se alza hasta las nubes”. 

Esto parece ser dicho por las naciones, por dos razones: 

a) Sucede después de la destrucción de Babilonia (v. 8). 

b) Habla de volver “cada cual a su país”, ergo no se trata de habitantes de un solo país (es posible que quienes dicen esto no sean habitantes de Babilonia sino los que ven de lejos su destrucción). 

 

Comentario: 

Jünemann: “Conglutinado: Multiplicado, condensado y adherídose hasta llegar al cielo”. 

Martindale: “Sus pecados formaron una sólida masa (κολλἄω = aglutinarse; Vulg. pervenerunt) hasta el cielo”. 

Alápide: “En lugar de pervenerunt el griego[1] lee ἠκολούθησαν, como si dijera: los pecados de Babilonia, uno tras otro, crecieron hasta el colmo y llegaron al cielo; de aquí que otros leen ἐκολλήθησαν, esto es: se adhirieron, crecieron, se amontonaron hasta el cielo, como si aludiera a los constructores de la tierra de Babel que decían: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cumbre llegue hasta el cielo” (Gén. XI, 4), como si dijera: los pecados de Babilonia son tantos y tan grandes que claman venganza al cielo, y por lo tanto, ya no puedo diferirla más”. 

Garland: “Al establecer Babel, el pueblo intentó hacerse un nombre construyendo una torre que alcanzara el cielo (Gén. XI, 4). En vez de esto, fueron dispersados. Ahora han construido una nueva torre que alcanza el cielo, una torre de pecado. De la misma forma que su pecado es tan grande que alcanza el cielo, así es su juicio (Jer. LI, 9)”.



 [1] En realidad se trata del textus receptus.