David Tintore era muy conocido entre los príncipes de Italia, mercader de gemas, familiar de las cortes y tenido en gran estima, de forma que se le llamaba el Duque de los Judíos. Próspero era uno de sus amigos. Sin embargo, odiando cada vez más a los hebreos que procuraban alejar a los hombres del judaísmo, oyendo que David afirmaba en público que quería asar el corazón de Próspero y dárselo a comer a los perros, estando una vez juntos en casa de un cristiano, le preguntó si era cierto lo que se decía. David no lo negó y dijo que Próspero hubiera dicho lo mismo si hubiera sido de la misma religión. Entonces Próspero le dijo:
– ¿Seguirías diciendo
lo mismo si te constara la verdad de la fe católica?
– Dav. De
ninguna manera –respondió–, pero ¿cómo vas a mostrarme que es la verdadera?
– Prósp. Te
voy a abrir los misterios de la fe cristiana que están encerrados en la primera
palabra de la Ley Mosaica.
– Dav. Si me
muestras esto, inmediatamente me confesaré cristiano.
– Prósp. Recuerda
David, lo que has prometido.
– Dav. Una vez
más, lo prometo con sinceridad.
– Prósp. Vamos
al asunto. ¿Cómo lees la primera palabra de la Ley?
– Dav. בראשית, Bereschit, es decir, En
el Principio.
– Prósp. ¿Pero
por qué lo lees así?
– Dav. Porque
así me lo enseñan las puntuaciones.
– Prósp. ¿Aceptarías
el Sefer Torá [copia de la Torá] que se lee en la Sinagoga si estuviera
escrito con puntos?
– Dav. De
ninguna manera, pues sería פּסול, Pasul, es decir, profano.
– Prósp. ¿Por
qué?
– Dav. Porque así lo decretaron nuestros sabios, pues si se escribieran los puntos, se determinaría un sentido, mientras que sin ellos hay libertad para infinitos sentidos, tal como debe concederse a la palabra de Dios.
– Prósp. Muy
bien. Pero esto debe aplicarse sobre todo en la primera palabra de un libro
tan divino y admirable como es el de la Ley, y, por lo tanto, debe estar
contenida allí una gran acumulación de misterios, sobre todo cuando parece que
no está bien dicho y por lo tanto hay que recurrir a los misterios.
– Dav. ¿De qué
manera no está bien dicha la primera palabra de la Ley, בראשית, Bereschit, es decir, En
el Principio?
– Prósp. Porque
בראשית, según la regla de la gramática, está en estado constructo, de
forma que en italiano se debe traducir Nel principio di (en el principio
de) y, por lo tanto, al continuar la escritura ברא, Bará, creó, se ve
que falta una palabra; de ahí que algunos rabinos piensen que falta la palabra כל, col, de todo, de
forma que habría que decir: en el principio de todo creó Dios el cielo y
la tierra; mientras que otros repiten la segunda palabra, leyendo dos veces,
primero Berò, y luego Barà, o sea: En el principio creó
creando. Puesto que nunca podemos admitir un defecto en la palabra de Dios,
de ahí que tenemos que argumentar que está así por voluntad de Dios a fin de
encerrar un misterio; ¿acaso le faltaban a Dios palabras para huir del defecto,
diciendo בתחלה, En el principio, o בראשונה, o algo parecido?
– Dav. Estoy de
acuerdo, ¿pero qué misterio?
– Prósp. Si,
pues, hemos de leer בראשית, Bereschit, En el
Principio, sin puntos, a fin de buscar los misterios, tal como acostumbran
hacer los sabios de entre los hebreos, y tú reconociste, al dividir la palabra
en dos o más voces, he aquí el misterio de los cristianos בר אשית, Bar
asith, es decir, pondré al Hijo; Dios dice pondré al Hijo,
por lo tanto, tiene un Hijo: dice pondré, porque, al ser coeterno,
promete ponerlo en el futuro o exponerlo en el futuro vestido con la carne de
los mortales. Además, dice poniendo Bar, o sea, el grano o trigo,
a saber, el trigo bajo las especies de pan, tal como los cristianos adoran al
Hijo de Dios encarnado o a Cristo en la Eucaristía, y tal como se lee que el
mismo Señor Jesucristo dijo en el Evangelio: Yo soy el pan, el vivo, el que
bajó del cielo (Jn. VI, 51).
Pero también presta
atención a lo siguiente: si bien podía decir hijo por medio de בן, Ben, ילד, Ieled, u otras palabras,
lo llamó בר, Bar, que no sólo significa hijo sino también grano
y trigo; y de la misma manera, al poder llamar al trigo דגן, Dagan, y חִטָּה, Chitta,
eligió la palabra בר, Bar, para mostrar el pan y alimento de todos los fieles
en un triple estado: antes del pecado estaba el alimento del árbol del Paraíso,
del cual los hombres hubieran hecho el pan, דגן, Dagan, como si viniera
de la palabra Gan, huerto (esto enseña Próspero difusamente, y está
contenido en una disertación especial que omito para no extenderme demasiado; de
hecho, habría muchas cosas que recopilar al respecto, si no prefiriéramos
cortar la tediosa prolijidad). Después del pecado, el pan de grano debe decirse
חִטָּה, Chitta, como si viniera de Chet, a saber, pecado,
tiempo durante el cual reinó el pecado en el mundo, antes de la venida del
Mesías y Redentor. Después de la venida del Mesías el grano y alimento de los
fieles debía ser בר, Bar, es decir, Hijo de Dios encarnado, dicendo el Señor
en el Evangelio: El que come este pan vivirá eternamente (Jn. VI, 58). Ya
ves cuántos misterios de la religión cristiana están en la primera palabra de
la Ley.
– Dav. En verdad
me deleito con tu exposición.
– Prósp. Oye
otras cosas. Múltiple es la manera en que los Sabios hebreos investigan los
misterios en las divinas letras. En la primera, no cambian las letras
ni el orden sino conservándolo, y quitando los puntos, forman otra u otras
palabras, tal como acabamos de hacer.
En la segunda,
conservando el orden de cada letra, tal como se lee en cada una de las
palabras, y, tal como sabes, llaman a este modo רשי תיבות, Rasce teuóth, Principio de los vocablos, como
por ejemplo נר, Ner,
es decir, lámpara, leen, נפש רוח, Nephesc Rúach, es decir,
Alma Espíritu.
En la tercera,
manteniendo el mismo orden de las letras, reciben las letras con los caracteres
que las componen en sus palabras, y a cada una de ellas las descomponen en
vocablos, como si נר, Ner, se descompusiera en נון, Nun, donde hay tres
letras y vocablos, y en ריש, Resc donde se encuentran otras tres letras y vocablos.
En la cuarta,
conservando el mismo orden, consideran no la naturaleza de la letra, sino el
valor del número, y por la equivalencia de un vocablo con otro con respecto al
número, unen cosas diversas.
En la quinta,
transfieren las letras y forman otras palabras con otros significados.
Ahora bien, dado que ya oíste los misterios de la primera palabra en la Ley בראשית, Bereschit, que tiene seis letras según el primer modo, oye también con respecto al segundo, a saber, seis letras en seis palabras, y tendrás seis exposiciones.
Primera.
Bereschit
1. ב
2. ר
3. א
4. ש
5. י
6. ת
1. Ben
2. Rúach
3. Av
4. Scelusctam
5. Iached
6. Tamim
Es
decir: 1. Hijo, 2. Espíritu, 3. Padre, 4. Su Trinidad, 5. Uno singular, 6.
Perfecto.
Ves aquí las tres personas divinas predicada por los cristianos; pero, en primer lugar, el Hijo; en efecto, puesto que se llama Sabiduría, todo fue hecho por él, y de ahí que la versión caldea traduzca בראשית, Bereschit, por בחכמתא, Bechochmeta, En la Sabiduría. Por último, puesto que fue la primera de las tres personas que se apareció a nosotros, de ahí que el Salmo XL dice:
אז אמרתי הנה־באתי במגלת־ספר כתוב עלי׃
«Entonces he dicho: “He aquí que vengo, en el rollo del libro está escrito de mí”».
¿Qué quiere decir en el rollo del libro, sino donde comienza el libro, que por nosotros es llamado Sefer Torá, que es lo mismo que decir en el comienzo del libro, como dicen los cristianos, puesto que la primera letra ב, B significa בן, Ben, Hijo? Éste envió del Padre al Espíritu Santo, que procede de ambos, que apareció visiblemente en lenguas de fuego el día de Pentecostés, el cual se dice en el Evangelio que se apareció antes bajo la imagen de una Paloma. Primero el Hijo y luego el Espíritu Santo mostraron al espíritu al Padre invisible y a la primera persona; y por eso con razón los cristianos primero celebran la Pascua y la Ascensión para el Hijo, luego Pentecostés para el Espíritu Santo, y en tercer lugar la fiesta de la Trinidad, en la cual se considera principalmente al Padre; pero para que nadie piense que las tres Personas son tres dioses y que tienen tres naturalezas y substancias, se señala que es una, singular y perfecta, y así se dice: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, y sin embargo, no son tres dioses, sino un Dios.