20. Y toda isla huyó y montes no se hallaron.
Concordancias:
Νῆσος (isla): cfr. Apoc. I, 9; VI, 14.
Ἔφυγεν (huyó): cfr. Apoc. IX, 6; XII, 6; XX, 11.
Ὄρη (monte): cfr. Apoc. VI, 14-16; VIII, 8; XIV, 1; XVII, 9 (siete cabezas de la Bestia); XXI, 10.
Ὄρη καὶ νῆσος (monte e isla): cfr. Apoc. VI, 14.
Εὑρέθησαν (hallaron): cfr. Apoc. II, 2; III, 2; V, 4; IX, 6; XII, 8; XIV, 5; XVIII, 14.21-22.24; XX, 11.15.
Notas Lingüísticas:
Zerwick: “πᾶσα (toda): valor distributivo: todas y cada una”. cfr. v. 3.
Iglesias: “No se los encontró (semitismo): desaparecieron”.
Citas Bíblicas:
Cfr. Sal. XLV, 3; XCVI, 5; Jer. IV, 23-31; Ez. XXVI, 15.18; Nah. I, 5.
21. Y granizo grande como talento desciende del cielo sobre los hombres y blasfemaron los hombres a Dios por la plaga del granizo, porque grande es su plaga sobremanera.
Concordancias:
Χάλαζα (granizo): Sólo en el Apoc. cfr. Jos. X, 7; Apoc. VIII, 7 (primera Trompeta); XI, 19 (tras la séptima Trompeta).
ταλαντιαία (talento): Hapax absoluto.
Καταβαίνει (desciende): cfr. Apoc. III, 12 (Jerusalén celeste); X, 1 (San Gabriel); XII, 12 (Diablo); XIII, 13 (fuego); XVIII, 1 (San Gabriel); XX, 1 (San Miguel); XX, 9 (fuego); XXI, 2.10 (Jerusalén Celeste).
οὐρανοῦ (cielo): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 21-22; Hech. VII, 49; Apoc. III, 12; IV, 2; V, 3.13; VIII, 1; X, 1.4-6.8; XI, 12-13.15.19; XII, 1.3.7-8.10.12; XIII, 6; XIV, 2.13.17; XV, 1.5; XVI, 11; XVIII, 1.4-5.20; XIX, 1.14; XX, 1.9.11; XXI, 2.10.
ἀνθρώπους (hombres): cfr. Apoc. VIII, 6; IX, 4.6.10.15.18.20; XIII, 13; XIV, 4 (?); XVI, 2.8-9. 18. Ver Apoc. VIII, 13.
Ἐβλασφήμησαν (blasfemaron): cfr. Mt. XXVII, 39; Mc. III, 28-29; XV, 29; Lc. XII, 10; XXII, 65; XXIII, 39; II Ped. II, 10.12; Jud. I, 8.10; Apoc. XIII, 6; XVI, 9.11.21. Ver Apoc. II, 9; XIII, 1.5; XVII, 3.
Πληγὴ (plaga): cfr. Lc. X, 30; XII, 48; Apoc. IX, 18.20; XI, 6; XIII, 3.12.14; XV, 1.6; XV, 8; XVI, 9; XVIII, 4.8; XXI, 9; XXII, 18.
σφόδρα (sobremanera): Hapax en el Apoc. cfr. Mt. II, 10; XVII, 6.23; XVIII, 31; XIX, 25; XXVI, 22; XXVII, 54; Mc. XVI, 4; Lc. XVIII, 23; Hech. VI, 7.
Citas Bíblicas:
Cfr. Ex. IX, 18-25; Jos. X, 11, Jer. LI, 62 ss; Eccl. XXXIX, 35; Job XXXVIII, 22-23.
Comentario:
Este azote corresponde a la séptima plaga de Egipto.
El granizo pesa, según los autores, entre 26 y 53 kg.
¿Tendrá ésto algo que ver con la piedra de Daniel que destruye los pies de la Bestia?
Caballero Sánchez: “La “granizada” es una manifestación de la ira escatológica de Dios en su Gran Día.
“Fuego y granizo, hambre y peste, cosas son hechas para el castigo”, dice el Eclesiástico (XXXIX, 35).
Y Jehová dice a Job, desde el seno de la tempestad final:
"¿Viste los depósitos de granizo que yo reservé para el tiempo de angustia, para el Día de batalla y combate? (XXXVIII, 22-23).
Y cuando el Señor, en su Día, manifiesta su ira, Isaías la ve también caer como "granizo" sobre los borrachos soberbios y satíricos de "Efraím".
"He aquí de Jehová viene un Fuerte y Poderoso como turbión de granizo y huracán devastador, con ímpetu de recias aguas que inundan y derriban a tierra con violencia... (XXVIII, 2).
Pero ese "granizo"
escatológico tiene un destino específico que deja entrever su naturaleza. Lo
explica el mismo profeta Isaías.
Los Rectores del pueblo, satíricos entontecidos, que han hecho pacto con La Muerte
y con el Infierno, piensan evitar el látigo de Dios "haciéndose de la
Mentira un refugio y del Engaño un escondrijo (XXVIII, 14-16).
Cuando Jehová, poniendo en Sión su piedra preciosa, Piedra angular seguro sostén de los que a Ella se fían, y tomando el Derecho por regla y la Justicia por nivel, “hace que el granizo barra el refugio—Mentira, y el aguacero arrase el escondrijo, sin que le favorezca el pacto con La Muerte ni le sostenga la alianza con el Infierno. (ib. 16-18).
(…)
Para ser lanzados se necesitaba toda la "armadura de Dios", catapulta infalible y todopoderosa. En armonía con el texto antes citado de S. Pablo acerca de esta "armadura" divina, el Sabio había dicho:
"El Señor se arma de su celo como de armadura, y arma a todas sus criaturas para rechazar a sus enemigos. Viste por coraza la justicia, y se pone por casco el juicio recto; por escudo inexpugnable toma la santidad, y afila su ira implacable a modo de espada. Y a su lado el universo pelea contra los insensatos. Certeros saldrán los rayos fulmíneos, y como disparados de arco, de las nubes llegarán al blanco; y la ira, como activa catapulta, arrojará violentas granizadas. El agua del mar se enfurecerá contra ellos, y sobre ellos los ríos se precipitarán con furia; un viento poderoso los embestirá, y como torbellino los zarandeará; y yermará la iniquidad la tierra, y la maldad derrocará los tronos de los poderosos (Sab. V, 17-24)”.
Lamentablemente Caballero Sánchez entiende metafóricamente la granizada.
Garland: “Los habitantes de la tierra son lapidados por blasfemia y rebelión contra los justos mandamientos de Dios, el “testimonio” en el “tabernáculo del testimonio”, del cual salen los ángeles que tienen las últimas siete plagas (XV, 6). El “testimonio” que atestigua contra ellos son las tablas de piedras guardadas en el arca del testamento sobre las cuales Dios escribió los Diez Mandamientos con su propia mano. Parecidas manifestaciones de juicio acompañan las visiones de Juan del arca que siguen al toque de la séptima trompeta antes de derramarse las siete copas de la ira de Dios (XI, 19). Estas manifestaciones incluyen relámpagos, voces, truenos, un terremoto y un pedrisco grande, todo lo cual ha sido enviado ahora a los blasfemos al derramarse la última copa”.
Barnhouse (citado por Garland): “Puesto que la ley de Dios indicaba que los blasfemos sean lapidados hasta morir, así vemos en los últimos momentos de la civilización de la tierra, que Dios cumple Su ley y lapida a los blasfemos con granizo”.
Iglesias: “Como de talento: el talento pesaba 22 o 34 kilogramos, según las diversas regiones (cfr. Mt. XXV, 15)”.
Vaccari: “(vv. 17-21) … este volver sobre los mismos acontecimientos dio origen a la teoría, que agrada a comentaristas antiguos y modernos, llamada recapitulación. San Juan, con nuevas visiones no haría sino variar la representación simbólica de una serie idéntica de acontecimientos futuros. Pero sería conveniente a veces ver más bien una anticipación, como aquí y en el lugar que acabamos de citar”.
Ribera: “Y granizo grande como talento: esto parecería tal vez increíble y que debería ser interpretado espiritualmente, pero ninguno de los signos de los últimos tiempos se debe tener como increíble…”.
Baukham: “Entre los apocalípticos, Juan tiene la particularidad de que su terremoto provoca la caída de las ciudades. Esto se debe principalmente a que ha resumido su imagen de la maldad humana en la imagen de la gran ciudad Babilonia. A su relato de la caída de Babilonia han contribuido muchas naciones y ciudades del Antiguo Testamento: Egipto, Babilonia, Tiro, Edom, las ciudades de la Llanura. Pero cuando en XVI, 19… describió la caída de Babilonia en un terremoto, no pudo haber tenido ninguno de estos precedentes en mente. Si tenía un precedente del Antiguo Testamento, sólo podía ser Jericó. Hay algunas razones para suponer que la caída de Jericó puede haber desempeñado un papel en su composición, aunque no hay alusiones verbales. Las siete vueltas de Jericó, las siete trompetas y la multiplicación de la séptima vuelta por siete, el arca acompañando la marcha (cf. Apoc. XI, 19; XVI, 17), sugieren paralelismos con las visiones de trompetas y copas de Juan. Quizás también su pensamiento se adelantó desde la caída de Jericó hasta la lluvia de grandes granizos sobre los amorreos (Jos. X, 11). Al igual que los salmistas, pensaba en todo el acontecimiento del Éxodo, desde las plagas de Egipto hasta la conquista de Canaán, como una gran manifestación del poder de Dios para juzgar a las naciones y liberar a su pueblo”.
Strack-Billerbeck: “ExR 12 (75 a): He aquí que mañana, a esta hora, haré llover una granizada tan fuerte, que nunca ha habido semejante en Egipto, desde el día que fue fundado hasta el presente, Ex. IV, 18. Esto quiere enseñar que no había existido semejante en el mundo y tampoco en Egipto. No dice: "ni habrá", sino: "como nunca ha habido", para decir: "No hubo tal granizo en el pasado, pero lo habrá en el futuro". ¿Cuándo? En los días de Gog y Magog, como se dice: “¿Viste los almacenes del granizo, que Yo he guardado para el tiempo de la angustia, para el día de la batalla y del combate?” (Job XXXVIII, 22-23). Además, dice: “Lloveré sobre él aguas de inundación y pedrisco” (Ez. XXXVIII 22)”.