17. Y el séptimo derramó su copa sobre el aire y salió una voz grande del santuario, desde el trono, que decía: “Hecho está”.
Concordancias:
ἕβδομος (séptimo): cfr. Apoc. VIII, 1; X, 7; XI, 15; XXI, 20.
ἐξέχεεν (derramó): cfr. Mt. XXIII, 35; Lc. XI, 50; Hech. XXII, 20; Jud. I, 11; Apoc. XVI, 14.6.8.10.12.
Φιάλην (copa): cfr. Apoc. V, 8; XV, 7; XVI, 1-4.8.10.12; XVII, 1; XXI, 9.
Ἀέρα (aire): cfr. Ef. II, 2; I Tes. IV, 17; Apoc. IX, 2 (quinta Trompeta).
ἐξῆλθεν (salió): cfr. Apoc. III, 12; VI, 2.4; IX, 3; XIV, 15.17-18.20; XV, 6; XVIII, 4; XIX, 5.21; XX, 8.
Φωνὴ μεγάλη (voz grande): cfr. Apoc. I, 10; V,
2.12; VII, 2; VIII, 13; X, 3; XI, 12; XII, 10; XIV, 7.9.15.18; XVI, 1; XIX,
1.17; XXI, 3. Ver Apoc. I, 12; IV, 1; XI, 15.
ναοῦ (santuario): cfr. Apoc. III, 12; VII, 15; XI, 19; XIV, 15.17; XV, 5-6.8; XVI, 1; XXI, 22. Ver Apoc. XI, 1-2.
Θρόνου (trono): cfr. Mt. V, 34; XXIII, 22; Hech. VII, 49; Heb. IV, 16; VIII, 1; XII, 2; Apoc. I, 4; III, 21; IV, 2-6.9-10; V, 1.6-7.11.13; VI, 16; VII, 9-11.15.17; VIII, 3; XI, 16; XII, 5; XIV, 3; XIX, 4-5; XX, 11-12; XXI, 3.5; XXII, 1.3. Ver Apoc. II, 13; XIII, 2; XVI, 10.
Comentario:
Straubinger: “Hecho está: lo ordenado en el v. 1”.
Allo: “La preposición ἐκ (del templo) significa el lugar de donde sale la voz, y ἀπὸ (desde el trono) debe ser el punto mismo de donde parte; el trono donde Dios se sienta está erigido, pues, en el Templo mismo, lo que es bastante natural”.
Allo: “Esta plaga afecta la atmósfera y va a producir una tormenta y granizo; cfr. VIII, 7, primera trompeta, y la plaga de Egipto, Ex. IX, 18-25”.
Wikenhauser: “Al derramarse la séptima copa, la voz del cielo, la misma que ha dado la orden a los demás ángeles (XVI, 1), anuncia que las tentativas de Dios por llevar a la humanidad impía, sacudida por espantosos castigos, a convertirse antes que sobrevenga el juicio final, han llegado a su término”.
Fillion: “La séptima copa se derrama in aerem; por eso se producirán grandes perturbaciones atmosféricas”.
Fillion: “Factum est, Γέγονεν. A saber, lo que se había ordenado en el v. 1”.
Drach: “Hecho está: creemos que es más natural relacionar estas palabras con el v. 1 “id y derramad”, y decir que después que el séptimo ángel derramó el contenido de su copa, la voz clama: está terminado; lo que había sido prescrito se ha cumplido”.
18. Y hubo relámpagos y voces y truenos y terremoto hubo grande cual no hubo desde que hombres hubo sobre la tierra, tamaño terremoto, tan grande.
Concordancias:
Ἀστραπαὶ (relámpagos):
cfr. Mt. XXIV, 27; XXVIII, 3; Lc. X, 18;
XI, 36; XVII, 24; Apoc. IV, 5; VIII, 5; XI, 19.
Φωναὶ (voces): cfr. Apoc. I, 10.12.15; III, 20; IV, 1.5; V, 2.11-12;
VI, 1.6-7.10; VII, 2.10; VIII, 5.13; IX, 13; X, 3-4.7-8; XI, 12.15.19; XII, 10;
XIV, 2.7.9.13.15.18; XVI, 1.17; XVIII, 2.4; XIX, 1.5-6.17; XXI, 3. Ver
Apoc. XVIII, 22-23.
Βρονταί (truenos): cfr. Jn. XII, 29; Apoc. IV, 5; VI, 1; VIII, 5;
X, 3-4; XI, 19; XIV, 2; XIX, 6.
Σεισμὸς (terremoto):
cfr. Mt. VIII, 24; XXIV, 7; XXVII, 54;
XXVIII, 2; XIII, 8; Apoc. VI, 12; VIII, 5; XI, 13.19. Ver Lc. XXI, 11; Hech. XVI, 26.
ἀστραπαὶ καὶ φωναὶ καὶ βρονταί (relámpagos y voces y truenos): cfr. Apoc. IV, 5; VIII, 5; XI, 19.
ἀστραπαὶ καὶ φωναὶ καὶ βρονταί, καὶ σεισμὸς (relámpagos
y voces y truenos y terremoto): cfr. Apoc.
VIII, 5
(después del séptimo sello); XI, 19 (después
de la séptima trompeta).
Οἷος οὐκ ἐγένετο, etc (cual no hubo, etc.): cfr. Dan. XII, 1; Mt. XXIV, 21; Mc. XIII, 19.
ἄνθρωπος (hombres): cfr. Apoc. VIII, 11; IX, 4.6.10.15.18.20; XIII, 13; XIV, 4 (?); XVI, 2.8-9.21. Ver Apoc. VIII, 13.
γῆς (tierra): cfr. Apoc. I, 5.7; III, 10; V, 3.6.10.13; VI, 4.8.10.13.15; VII, 1-3; VIII, 5.7.13; IX 1.3-4; X, 2.5-6.8; XI, 4.6.10.18; XII, 4.9.12-13.16; XIII, 3.8.11-14; XIV, 3.6-7; 15-16.18-19; XVI, 1-2; XVII, 2.5.8.18; XVIII, 1.3.9.11.23-24; XIX, 2.19; XX, 8-9.11; XXI, 1.24.
Comentario:
Los terremotos de VI, 12 y XI, 13 son “grandes” como éste, y los de VIII, 5 y XI, 19 van asociados a los relámpagos, voces y truenos.
Los relámpagos y voces y truenos son consecuencia de la séptima copa. Cfr. VIII, 5 y XI, 19.
Cfr. nota en XIV, 14: la tierra es Babilonia, los hombres sobre la tierra, “los que habitan sobre la tierra”.
Straubinger: “Otros terremotos hay en VI, 12 y XI, 13. Este es el último y el mayor de todos y corresponde al fin de las 7 copas, paralelamente a VIII, 5 y XI, 19”.
Wikenhauser: “La plaga consiste en los mismos fenómenos naturales a que dieron lugar el gesto de sacudir el incensario sobre la tierra y la aparición del arca de la alianza: tormentas acompañadas de granizadas y terremotos, pero esta vez con intensidad mucho mayor. Un talento pesa alrededor de cuarenta kilogramos. Entre las plagas de Egipto también la séptima consiste en una terrible granizada con relámpagos y truenos (Ex. IX, 13-35)”.
Bartina: “El pedrisco, del cual se hablará enseguida, el rayo y el trueno, formaron la séptima plaga egipcia (Ex. IX, 13-35). Esta es superante”.
Iglesias: “En el estilo apocalíptico, los fenómenos meteorológicos y sísmicos son signos precursores de la Justicia divina que va a actuar definitivamente sobre el mundo”.
San Andrés de Cesarea: “La angélica voz del cielo dice: “Hecho está”,
es decir, la orden de Dios se ha visto cumplida. Los relámpagos, el fragor,
y los truenos significan la consternación que producen los acontecimientos, y
la inminente venida de Cristo, igual que antaño, cuando el descenso de Dios al
monte Sinaí. El terremoto, por su parte, significa la transformación de lo
existente, de acuerdo a la interpretación que hizo el Apóstol: “Una vez más
haré que se estremezca no sólo la tierra, sino también el cielo” (Heb. XII,
26)”.