16. Y la ciudad cuadrangular está puesta y su longitud cuanta su latitud. Y midió la ciudad con la caña hasta estadios doce mil: su longitud y latitud y altura iguales son.
Concordancias:
Ἡ πόλις (la ciudad): cfr. Mt. IV, 5; XXI, 10.18; XXII, 7; XXVI, 18; XXVII, 53; XXVIII, 11; Mc. XI, 19; XIV, 13.16; Lc. XIX, 41; XXII, 10; XXIII, 19; XXIV, 49; Jn. XIX, 20; Hech. IV, 27; VII, 58; XII, 10; XXI, 29-30; XXII, 3; XXIV, 12; Apoc. III, 12; XI, 2.8.13; XIV, 20; XVI, 19; XVII, 18; XVIII, 10.16.18-19.21; XX, 9; XXI, 2.10.14-15.18-19.21.23; XXII, 14.19. Ver Heb. XI, 10.16; XII, 22; XIII, 14.
Τετράγωνος (cuadrada): Hápax absoluto.
Κεῖται (está puesta): cfr. Mt. V, 14; I Cor. III, 11; Apoc. IV, 4. Ver Mt. III, 10; Lc. III, 9; Lc. XII, 19.
Τὸ μῆκος (longitud): Hápax en el Apoc. cfr. Ef. III, 18.
ὅσον (cuanta): cfr. Apoc. I, 2; II, 24; III, 19; XIII, 15; XVIII, 7.17.
Τὸ πλάτος (latitud): cfr. Ef. III, 18; Apoc. XX, 9.
Ἐμέτρησεν (midió): cfr. Apoc. XI, 1-2; XXI, 15.17.
Τῷ κάλαμον (caña): cfr. Apoc. XI, 1; XXI, 15.
Σταδίων (estadios): cfr. Mt. XIV, 24; Lc. XXIV, 13; Jn. VI, 19; XI, 18; Apoc. XIV, 20.
Δώδεκα χιλιάδων (doce mil): cfr. Apoc. VII, 5-8.
Τὸ ὕψος (la altura): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Ef. III, 18.
Ἴσα (igual): Hápax en el Apocalipsis. cfr. Mt. XX, 12.
Notas Lingüísticas:
Abel (51y): “ἐπὶ: el sentido hasta, que es clásico, se encuentra en Apoc. XXI, 16”.
Citas Bíblicas:
Ez. XLVIII, 16: “Y éstas serán sus medidas: Al lado del norte, cuatro mil quinientas (medidas); al lado del sur, cuatro mil quinientas; al lado del oriente, cuatro mil quinientas; y al lado del occidente, cuatro mil quinientas”.
Comentario:
1 Estadio = 190 mt.
3.000 estadios cada lado = 570.000 metros = 570 km2.
Jerusalén tiene 125 km2.
Straubinger: “Cuadrada: (cf. Ez. XLIII, 16; XLVIII, 15 ss.). Doce mil estadios: o sea 2.220 kilómetros (cf. XIV, 20). Como se ve, esta cifra parecería simbólica a causa de la magnitud e igualdad de las dimensiones, lo cual significa perfección. No se puede, empero, asegurarlo, pues para Dios nada es imposible. En Ez. XLVIII, 16 la ciudad es cuadrada, de 4.500 "cañas" de lado. "Interpretar en sentido figurado lo que podemos interpretar en sentido propio, es digno de los incrédulos o de los que buscan rodeos a la fe" (Maldonado).”
Allo: “τετράγωνος κεῖται (se asienta - cuadrada): quiere decir que la base es cuadrangular, más precisamente cuadrada; pues jamás τετράγωνος ha significado “cúbica”. Cfr. Ez. XLV, 2; XLVIII, 16-20”.
Allo: “12.000 estadios equivalen a casi 1.500 km; ¿es el perímetro o solamente el costado? En todo caso es una medida enorme, que demuestra claramente que esta Jerusalén no puede descender sino figuradamente sobre una montaña terrestre. Parecería que tiene la forma, bastante sorprendente, de un cubo, y es así que se la entiende por lo general; pero también podría pensarse que la ciudad, envolviendo la cima de una montaña, se eleva en pirámide pentaédrica, cuya altura es igual al costado de la base cuadrada; su silueta recordaría también los muy conocidos monumentos babilónicos”.
Bover: “Midió la ciudad: después de especificar la longitud y la anchura, la ciudad parece ser el perímetro, no uno de los lados. En este supuesto, más probable, corresponde a cada lado 3.000 estadios, es decir, 1.000 a cada una de las doce puertas y a cada una de las doce piedras fundamentales. Dando al estadio el valor medio de 200 metros, cada uno de los cuatro lados de la ciudad tendría unos 600 kilómetros, algo más que la distancia entre Madrid a Barcelona; y la superficie de la ciudad sería algo mayor que la cuarta parte de España”.
Bover: “Su longitud, su anchura y su altura son iguales: La altura igual a la longitud (que es de 3.000 estadios) no puede ser la del muro (que sólo es de 144 estadios). No es, por tanto, cúbica la ciudad, como algunos han imaginado. San Juan no era cubista. Esta igualdad de la altura de la ciudad, puesta sobre un monte (XXI, 10), no puede ser otra que la de la distancia que media entre la cima y la base, que será igualmente de 600 km”.
Gelin: “Según Herodoto, la Babilonia antigua formaba un cuadrado de 120 estadios de lado; aquí el costado, a menos que sea el perímetro, mide 12.000, o sea, 2.200 km (1 estadio = 185 mt). Como “el Santo de los Santos” del antiguo Templo (I Reg. VI, 19), la Ciudad es un cubo perfecto. Sus dimensiones astronómicas no nos deben asombrar mucho: ¡la ciudad contiene tantos elegidos! Según un rabino del siglo II, ¿no debía elevarse la ciudad de los tiempos mesiánicos hasta el trono de Dios para decirle: “no tengo espacio; hazme lugar para que pueda establecerme”? y se sabe que los rabinos le daban por base el Sinaí, el Tabor y el Carmelo (Lagrange, Le messianisme, p. 199)”.
Salguero: “Lo más curioso en esta descripción es que la altura, la anchura y la longitud de esta ciudad son iguales. Sería difícil concebir o imaginar una ciudad que tuviera la misma anchura, la misma altura y la misma longitud. Tendría la forma de un cubo perfecto, con 555 kilómetros de alto, lo cual no es imaginable para una ciudad. Pero si una ciudad en forma de cubo perfecto no es concebible para nosotros, resulta una imagen muy apta para expresar el concepto de estabilidad y de perfección. Tanto más cuanto que el Santo de los santos del Templo de Jerusalén formaba un cubo perfecto (III Rey. VI, 19 s). Con lo cual parece querer indicarnos el hagiógrafo que la Jerusalén celeste será el templo de Dios. También podría concebirse su forma como la de los famosos zigutar babilónicos, es decir, en forma piramidal. De todas maneras, es conveniente tener presente que también la literatura rabínica exorbita las proporciones de la Jerusalén de los tiempos mesiánicos: se elevaría sobre el Sinaí y llegaría hasta el cielo, pidiendo a Dios sitio arriba, porque no cabía en la tierra”.
Bartina: “El ángel se dispuso a medir el perímetro de la ciudad, la longitud, de las puertas monumentales y la longitud y la altura de la muralla. Ante todo, se da la forma del plano. La ciudad era cuadrangular (τετράγωνος κεῖται). Entre los griegos, el cuadrado era una figura perfecta y un símbolo de perfección. Las más importantes ciudades del Oriente antiguo tenían una planta cuadrangular, como Babilonia y Nínive. Midió, pues, el ángel el perímetro y resultó ser de doce mil estadios. Se ve enseguida que cada lado del cuadrilátero tenía tres mil estadios (3 x 4 =12). Como en cada lado había tres puertas monumentales y tres tramos de muralla, resulta que cada tramo de muralla, más la longitud de una puerta, tenía 1.000 estadios (…) Tomando como base las medidas de longitud áticas, se tiene: 12.000 estadios x 177,6 metros = 2.131.200 metros, es decir, 2.131 kilómetros de Perímetro. A cada uno de los cuatro lados iguales corresponderían 3.000 estadios x 177,6 metros = 532.800 metros, que son 532,8 kilómetros. Aproximadamente la distancia por vía aérea de Barcelona a Madrid que, por línea férrea, pasando por Zaragoza, es de 685 kilómetros. El perímetro de la España peninsular es de 4.814 kilómetros. Como se ve, la nueva Jerusalén, simple ciudad, cubriría una superficie equivalente casi a la mitad de toda España. Lo más maravilloso es que longitud, anchura y altura son iguales en esta ciudad nueva. Algunos han interpretado cerradamente estas palabras y dan por segura su forma cúbica. La nueva Jerusalén sería un cubo perfecto que alcanzaría 532,8 kilómetros de altura, como se ve, en pleno dominio de los satélites artificiales. Pero esta interpretación no es correcta. Es imposible en todo el pensamiento antiguo, apocalíptico y joáneo una ciudad cúbica, y lo que se dirá de la Jerusalén nueva inmediatamente prueba lo contrario. Se trata simplemente de la altura del monte donde se halla edificada la ciudad (v. 10)”.
Alápide: “Por Ciudad se entiende a toda, a saber, todo su ámbito y cuadrado; medido éste se mide toda la ciudad. San Juan alude al ámbito de la ciudad de Jerusalén (…) Puesto que esta ciudad tiene doce puertas, se sigue que de una puerta a la otra hay mil estadios…”.
Según Alápide, la Jerusalén Celeste mide 12.000 estadios y la Terrestre 10.509, con lo cual es más grande en 1491 estadios y la Celeste abarca una distancia desde Nápoles hasta Milán.
Fillion: “El campamento de los hebreos en el desierto formaba también un cuadrado inmenso. Cfr. Núm. II, 11 ss”.
Fillion: "La ciudad formaba un cubo perfecto como el Santo de los Santos en el tabernáculo de Moisés y en el Templo; lo cual quiere expresar que la nueva Jerusalén toda será el sitio de la manifestación directa y muy íntima del Señor."
Garland: “Las dimensiones iguales de la ciudad recuerda el Santo de los Santos en el Templo donde residía el arca del testimonio, que tenía 20 cubos de largo, 20 de ancho y 20 de alto (III Rey. VI, 19). La Nueva Jerusalén entera es el eterno “santo de los santos” (Apoc. XXI, 22)”.
Swete: “Ahora se ve que la Ciudad no es sólo un cuadrángulo equilátero, sino un cubo perfecto (v. 17), siendo igual el largo, el ancho y el alto.
El
tetrágono aparece en más de una ocasión en la legislación del Éxodo. Tanto el
altar de los holocaustos como el del incienso tenían esta forma (Ex. XXVII, 1;
XXX, 2), como así también el pectoral del sumo sacerdote (Ex. XXVIII, 16;
XXXIX, 9); la característica reaparece en la nueva ciudad y templo de Ezequiel
(Ez. XLI, 21; XLIII, 16; XLV, 1; XLVIII, 20). En el Templo de Salomón el
Santo de los Santos era un cubo perfecto (III Rey. VI, 19-20) (…) La Nueva
Jerusalén responde en su conjunto al santo
de los santos de la antigua ciudad y por lo tanto asume su forma”.
Nácar-Colunga: “La forma de la ciudad era un cuadrado perfecto, como la de Ez. XLV, 2; XLVIII, 16 ss. Los 12.000 estadios a 185 metros el estadio, dan 2.220 kilómetros, lo que indica que se trata de una ciudad ideal, bien represente esa medida la totalidad de su perímetro, bien un solo lado. Aún no es claro cómo puede la ciudad tener la misma altura que longitud y latitud, como no sea que la suponga edificada sobre un monte alto, como solían estar las ciudades de Palestina para su mejor defensa, y aquí para que resultase más airosa, más visible y más dominante. Es la ciudad puesta sobre el monte, de que habla el Evangelio (Mt. V, 14)”.
Ribera: “Estadios doce mil: toda la ciudad tiene esta medida”.
Ribera: “Su longitud y latitud y altura iguales son: estas palabras no se dicen sobre el muro sino sobre la ciudad. Su, esto es, de la ciudad, αὐτῆς. Nada de eso se dice sobre el muro, sino que su altura es de ciento cuarenta y cuatro codos. Por lo tanto, la longitud de cada parte del muro es de tres mil estadios, y la altitud de ciento cuarenta y cuatro codos, y la longitud, latitud y altitud son iguales en la ciudad, y no en el muro”.
Calmet: “Su longitud y latitud y altura iguales son: ¿Cómo puede ser su altura igual que su longitud y latitud? Unos creen que la ciudad tenía de longitud y latitud doce mil estadios y alrededor cuarenta y ocho mil estadios. Sus muros, tomados desde sus fundamentos, o más bien desde el pie de la montaña sobre la cual está construida la ciudad, eran de doce mil estadios de alto y de ciento cuarenta y cuatro codos de espesor.
Otros, pretenden que la
ciudad tenía tres mil estadios de largo, y otros tanto de ancho, y doce mil
estadios alrededor y que sus muros tenían también doce mil estadios alrededor y
ciento cuarenta y cuatro codos de altura. Lo cual es muy
probable… Lo que dice aquí San Juan, que la altura de la ciudad era igual a su longitud
se debe entender de los muros, los cuales, en su altura, que era de ciento
cuarenta y cuatro codos, rodeaban toda la ciudad por todas partes a la misma
altura”.
Calmet: “Doce mil: Se debe señalar que, por todas partes se encuentra el número doce en las dimensiones de la nueva Jerusalén, como raíz y base de todas las cosas: doce puertas, doce ángeles, doce fundamentos, doce tribus, doce mil estadios alrededor, doce clases de frutos, etc.”.